38 (El hombre de blanco)

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Ahora me encuentro en la habitación, con la cabeza dando vueltas por todo esto, llevo 3 días aquí y lo único de lo que me he dado cuenta es que Carlos no tiene corazón, no se que es lo que en realidad quiere, vaya que las apariencias engañan, y ahora Ethan está en una capsula sin saber que pasará con él.

Sentí como tocaron el borde de mi cama.

-Gaby, cariño, no puedes pasar todo el dia aquí, sal a tomar un poquito de luz- era Vero.

-Ni que me fuera a morir por falta de vitamina D-

-Ya le he dicho que debería salir de este encierro, parece un gato, ni siquiera me deja encender la luz- dijo Jess.

-Gaby, aquí pensando en todo lo que ha pasado no solucionará nada, necesitas salir, jum....¿Qué tal si ayudamos a buscar la cura al Señor Will?-

Pensé mucho en esa opción, y me senté en la cama aún a espaldas de Vero.

-De hecho, no suena nada mal, hagamoslo- bajé del camarote, caminé a la puerta para abrirla pero ellas no daban ni un paso.

-¿Pasa algo?- pregunté.

-Que es mejor que antes de ir allá te peines un poco y te cambies esa ropa, está desgarrado en la parte de atrás, parece que algo lo hubiera cortado-

-Ah si, Carlos me ha lanzado una navaja, el día de todo ese incidente-

-¡¿Qué?!- dijeron ambas al tiempo.

-¿Porqué no nos habías dicho nada?- dijo Vero acercándose a mi para revisarme-

-¿No te duele nada?¿Estás segura que estás bien?- Agregó Jess

-No chicas, enserio, estoy bien, si hasta yo misma saqué la navaja sin dolor-

-Pero no entiendo, el señor Will nos ha explicado que los guardias y los ángeles pueden herir a otros, y ¿Carlos es algo así como un ángel malo, no?- 

-Bueno, yo tampoco lo comprendo Jess-

-¿Pero segura que estás bien?Podemos hacer que te revisen-

-No, enserio no es necesario, y tomaré sus recomendaciones, ¿Pueden acompañarme a cambiarme?-

-Si claro, vamos-

A decir verdad si me ha dejado pensativa lo del porqué no pudo herirme, todo sería más fácil si alguien me explicara lo que sucede.

Al llegar al lugar tomé un vestido bastante suelto y entré al vestier para cambiarme.
Al salir tomé un cepillo.

-Vaya chicas, realmente ha habido un nido de pájaros en mi cabello, recuerdo el dia que estuve aquí con... -tragué un poco de saliva- Carlos- comencé a hablar más despacio- en una situación muy similar- sonreí, pero no realmente de alegría por tal recuerdo.

-Estuve tan cerca de mi enemigo, confié tanto en él, que me siento ilusa-

Vero me quitó el cepillo de las manos y comenzó a peinarme ella.
Jess se sentó a mi lado.

-Gabrielle, no eres una ilusa, todos creímos en la "bondad" de Carlos, y todos fuimos engañados- Dijo Jess tomándome las manos.

Vero me hizo una trenza sencilla, y colocó el cepillo sobre la mesa.

Respiré profundamente y me levanté.

-Bueno, vamos a ver al Señor Will, pero antes, quiero pasar por las llaves para ver a Ethan-

-¿Estás segura que quieres verlo así?- preguntó Vero.

-Si, no sé que ha pasado con él, o como está, necesito verlo unos minutos por lo menos-

-Esta bien, vamos-

Al llegar a la oficina del Señor Will, había un guardia en la puerta y él estaba sentado en su escritorio leyendo varios papeles, tomaba uno y luego otro en 3 segundos y luego otro.
Al verme se levantó de su escritorio.

-No necesita levantarse, solo he venido por la llave si no es problema-

El miró a las chicas y luego a mí.

-¿Van juntas?- preguntó el Señor Will.

-De hecho, no, solo iré yo, ellas han venido a ayudarle, luego vendré a ayudarle también-

-Está bien, pero debe acompañarte un guardia-

-Está bien, no hay problema-

El Señor Will abrió un cajón bajo su escritorio y me entregó las llaves, al salir, el Señor Will le hizo una señal para que me siguiera.

Realmente quiero que Ethan se recupere, se que lo he dicho muchas veces pero, el no merecía, ni merece esto.

Al llegar introduje las llaves y abrí.
El guardia quedó parado en la puerta, yo me acerqué a la capsula donde se encontraba Ethan, puse mi mano sobre el vidrio, quisiera tocar su rostro, pero no debo abrir.

-Ethan, te necesito aquí, tu sabrías que hacer, cuando Carlos despierte, no se que podrá pasar, y por favor discúlpame, yo no quise que esto pasara, todo fue por mi culpa, tu solo me estabas escuchando- recosté mi cabeza sobre el vidrio, creo que de alguna manera es lo más cercano a darle un abrazo, ya que no puedo tocarlo.

-Desearía poder hacer algo por tí para poder salvarte- me levanté del vidrio -Pero sé que no puedo-

Me alejé lentamente y pasé llave a la puerta para irme ya, no quiero llorar de nuevo, quiero ser fuerte para él.

En el camino, el guardia me tocó el hombro.
Pensé que los guardias no hacían contacto con nadie.
El me señaló hacia atrás de él y se hizo a un lado.

Había un hombre vestido de blanco, bigote y cabello rubio con un gran sombrero parado en el pasillo.

-¿Puedo ayudarlo?-

-Quizás, pero creo que yo te ayudaré más a tí-

-No entiendo a que se refiere, ¿está desorientado?¿Acaba de llegar?-

-Si acabo de llegar, pero se perfectamente de donde vengo y a que vine Gabrielle-

-¿Como sabe mi nombre?-

-Tu me solicitaste-

-¿Que yo qué?-

-Dijiste que desearías poder hacer algo para salvar a Ethan y el guardia ha mandado el mensaje-

-No sabía que podían hacer eso, pero ¿Quien eres?-

-Bueno, soy un ángel y he venido aqui para ayudarte con tu novio-

-No es mi novio- lo miré seriamente.

-Que genio, ¿Quieres o no salvarlo?-

-Claro que si, ¿Que debo hacer?-

-Vamos paso a paso querida, pero primero- se acercó a mi y me dio un abrazo, yo estaba muy rigida.

Al apartarse de mi me miró, aún con su mano en mi hombro.

-Si, te preguntarás el porqué de ese abrazo, Pero en el cielo estamos muy feliz de que pudimos encontrarte, estarán realmente maravillados al verte Gabrielle-

-¿Verme?¿Quienes?-

Gabrielle contra la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora