Cap 10 (Señor Wilson)

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Ella se detuvo

-Y luego mami nos pegó a las dos- la verdad, estoy sorprendida, como recuerdo eso, mi madre era la mujer en ese cuarto-

Ella giró y corrió hacia mi y me abrazó fuerte, yo hice lo mismo.
Tenia en mis brazos a mi hermanita, lo que mas adoraba en el mundo, no quería soltarla, porque tenia miedo que fuera la ultima vez que lo hiciera, y quiero que sea un abrazo eterno, necesitaba tanto este abrazo, me sentía tan sola, ella era mi única fuerza en la vida, no quiero dejarla ir- apreté mis ojos y yo sentí mi hombro un poco mojado, ella también estaba llorando
Abrí mis ojos y ella estaba ahi, su pequeña figura frente a mi, con mis manos limpié las lagrimas que iban cayendo en sus mejillas

-Tranquila, estoy bien, pero quiero que tu también lo estés, te quiero mucho mi kelly- volví a abrazarla
 Cuando nos soltamos vi como de mi cuerpo salia una luz, me estoy desvaneciendo
Ella estaba asustada, estaba viendo como desaparecía poco a poco y se abalanzó hacia mi para abrazarme, pero era tarde, ya no estaba allí con ella, estoy en un lugar blanco, no hay nada a mi alrededor

-Gabrielle- escucho una voz muy al fondo, no se de donde proviene, no hay nada cerca

-Gabrielle- dice de nuevo mi nombre, siento que está mas cerca

De repente abro los ojos

-¡Gabrielle!!- Dice gritando alguien a mi lado, abro los ojos despacio para adaptarme a la luz y me quitan algo de la cabeza
Es Carlos

-Rapido, ponte el casco, ¡alguien viene!- actúe de inmediato y así lo hice y me levanté, enseguida entró aquel hombre que habia hablado frente a nosotros, venia a preguntarle a Carlos si me había visto, el lo negó en todo momento, pero el no quiso darle las razones del porqué me buscaba, salió y yo me tiré de nuevo en la camilla exhausta y me quité el casco

-¿Porque lloras?, ¿la viste o no?- el se cruzó de brazos

-Claro que si, pero tu no lo entiendes, yo no quería solo abrazarla, quería hablar mas con ella, explicarle todo-

-Pensé que lo habías hecho, ha pasado una hora, ¿Que tanto hacías en la tierra?- no me atreví a verlo a los ojos

-Yo, solo andaba por ahi, extrañaba la tierra, demoré para entrar a la escuela y eso, solo pude abrazarla y decirle que estoy bien-

-Vaya, que mal por ti- bajó los brazos y empezó a apagar todas las pantallas

-Oye pero, ¿porque eres asi?, ¿no puedes ayudarme a ir de nuevo?-

-no, usar estas salas gasta mucha energia, ahora como hay varias funcionando a la vez, nadie se da cuenta que hay otra encendida, el señor Wilson puede darse cuenta, ¿de hecho, porque te vendría buscando?-

-No lo se, está raro- suspiré

-Bien, vamos para que te cambies-

Y así fue, llegamos a la sala de ropa, esta vez quise ponerme un vestido blanco algo suelto, tenia un lindo lazo dorado en la cintura
Y Carlos me llevó a la oficina del señor Wilson
La puerta estaba abierta, pero golpeé dos veces para que se alertara de mi presencia
El tenia los ojos frente a una laptop

-Si, hola, pasa pasa- yo seguí y me senté en una silla que estaba frente a su escritorio blanco

-Si digame, ¿para que soy buena?-

-Pues, queria preguntarte que ¿como va tu estadía aqui? ¿Has recordado cosas?- Carlos me habia dicho que no hablara nada de eso, no se si deba hacerlo con el señor wilson, supongo que no, estará mas pendiente de la salas de los cuerpos

-No señor, tengo imágenes confusas en mi cabeza, nada relevante-

-Oh, pues si recuerdas algo no dudes en decirme que yo te puedo ayudar, vale?-

-¿Estaa bien?, ¿era todo?-

-Oh si, bueno, puedes llamar a carlos y decirle ¿que venga a mi oficina?-

-Si, claro señor- me levanté y salí, Carlos estaba en la puerta, imagino que escuchó todo, no me dejó hablar, solo entró
La verdad si tuve ganas de escuchar que hablaban, pero pensé que si buscas lo que no se te ha perdido, encuentras lo que no quieres saber
Mejor fui de nuevo a mi habitacion, subí a mi cama, tal vez a Jess le molestaría que me acostara en su cama
Solo miraba al techo, no se cuanto tiempo ha pasado
Oí cuando la puerta se abrió, supongo que es ella, se acercó y me tocó un brazo, tal vez pensó que yo estaba dormida
Giré para verla

Gabrielle contra la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora