Capítulo 7

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El jueves, al final de la tarde, Seiya entró en La Tentación con un montón de cajas para la mudanza de las cosas de Serena. Ella estaba sola en el bar, detrás de la barra. Colgó el teléfono y esbozó una enorme sonrisa.

—Hola —le saludó ella al verlo entrar y enarcó una ceja al ver la cantidad de cajas—. ¿Eres consciente de que sólo poseo un armario lleno de ropa y una vajilla incompleta?

Él se acercó a ella y la miró desafiante.

—Esas cajas son sólo para tus zapatos. Ella se mordió el labio inferior.

—Has curioseado en mi armario, ¿eh?

—En los grandes almacenes no tienen tantos zapatos. Ella ladeó la cabeza.

—Todos tenemos alguna debilidad —afirmó ella.

«Y tú eres la mía», pensó él. Se apoyó en la barra y jugueteó con un mechón del pelo de ella.

—Muy bien, pues aprobaré tu vicio si te pones para mí una noche esas botas de cuero negro hasta por encima de la rodilla.

—Así que las has visto... —dijo ella y se humedeció los labios—. Eran parte de un disfraz de Halloween, pero me las quedé. Por si acaso...

—¿Por si acaso querías volver loco a un hombre?

—Por supuesto.

Sin que él dijera nada, Serena sacó un botellín de cerveza de la nevera y se lo ofreció. Seiya lo agradeció. No bebía mucho, pero cuando no tenía concierto le gustaba una cerveza helada al final del día. Ella recordaba perfectamente la marca que le gustaba más.

—Pues que sepas que mi colección de zapatos es ideal para seducir — comentó ella.

Él se puso tenso al pensar en Serena seduciendo a otro hombre.

—Mi amiga Rei, la dueña de la librería de al lado, se puso el sábado por la noche uno de los pares de zapatos más atrevidos que tengo.

Estaba hablando de las ganas de seducir de otra mujer, no de las suyas.

Seiya respiró aliviado.

Él había oído hablar de Rei, igual que de otra amiga de Serena, Lita, y de su hermana, Minako. Pero aún no conocía a ninguna.

—Bueno, pues Rei acudió con esos zapatos a la reunión de los diez años de su curso del instituto.

—¿Diez años, dices?

Menos mal que Rei no era un año más joven. Porque si hubieran estado en el mismo curso, quizás ella sí que lo identificara al verlo.

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