El mundo en blanco, negro y gris.

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Camino por los pasillos de la universidad, la mochila pesa en mi espalda, cargada de libros que ni si quiera utilizo, una carpeta repleta de hojas y una agenda de color negro completamente en blanco. Es un problema que no haya taquillas en mi universidad.

Siento las miradas de mis compañeros en mi espalda, sus rostros ocultos por un aura agobiante, son como sombras de sí mismos, los que ríen lo hacen a costa de los demás, los que lloran, lo hacen por quienes ríen y, los demás, solo están serios.

Me considero extraño en este lugar a pesar de llevar aquí dos años, las cosas cambian cada año, los puestos cambian y, esta vez, yo soy una sombra de mí mismo, vestido de negro, con tres collares adornando mi cuello, cuatro pulseras y tres anillos en mi mano derecha y otras tres pulseras y un anillo en la izquierda, además de dos pendientes en un único agujero en cada oreja, sólo como adorno, sólo para diferenciarme de las demás sombras.

Ni río ni lloro, mi rostro muestra una serenidad que no siento, pero este año es lo que me ha tocado, es el papel que se me ha entregado, no soy el que ríe ni el que llora, sólo el que camina en dirección a casa sin si quiera haber terminado el día, mis compañeros me miran serios, nadie falta a clase, ni si quiera por enfermedad. Me arrepiento de haber escogido este lugar.

Bajo las escaleras hasta llegar a la puerta, los profesores me miran mientras empujo el pesado trozo de metal y cristal, no dicen nada cuando me ven salir del recinto. Ellos también son sombras de sí mismos.

Llego a casa y no hay nadie, miro a mi alrededor, buscando esos colores de los que tanto leo pero que no veo, solo blancos, negros y grises, los colores son solo sombras ocultas a mi mirada, suspiro, algún día dejaré de ser mi propia sombra.

Subo a mi habitación, la pared blanca decorada por algunos dibujos, procuro pintarlos en tonos grises, esos tonos los diferencio con facilidad.

Saco mi lápiz y comienzo el boceto de mi nuevo dibujo, en la pared; una rosa oculta por los dedos afilados y huesudos de la muerte, me centro en lo que siento, mis demonios, me centro en mi enfermedad visual, que no me permite apreciar los colores.

Repaso las líneas mientras recuerdo a mi familia decirme que mis ojos son de un verde azulado encantador, cuando me repiten una y otra vez lo adorables que lucen mis mejillas de carmín, pero el único color que distingo en mí con claridad es mi pelo negro.

Dejo el dibujo a medias, tengo hambre y necesito fumar, bajo a la cocina y cojo una manzana, sé que es roja por su sabor al darle el primer bocado, no es tan ácida como las verdes y la veo de una tonalidad gris diferente, vuelvo al salón y busco mi mechero y cenicero con la mirada, los encuentro en el mueble junto a la televisión, no tardo demasiado en encenderme un cigarro, es una suerte que mis padres suelan olvidarse de mí.

Expulso el humo al mismo tiempo que suena mi móvil, cojo la llamada y espero a que hable mi madre, que no tarda en gritarme. Al parecer uno de los profesores que me ha visto salir no es tan sombra como creía, no respondo, le doy un mordisco a mi manzana, la escucho despotricar durante unos minutos, aunque no le doy demasiada importancia a sus palabras, miro el filtro del cigarro, según me han contado es de color naranja, pero lo veo de un color gris bastante claro, el tabaco, supuestamente marrón, es casi negro a mis ojos. Aparto el teléfono de mi oído, no sé en qué momento a colgado mi madre, pero no me importa demasiado, guardo el móvil en el bolsillo otra vez.

Tras varias horas acabo mi dibujo, otro más que mancha una pared supuestamente blanca, la puerta de la entrada se abre, debe ser mi padre, me levanto del suelo y salgo de mi habitación, desde el pasillo veo la sombra en la que se ha convertido mi padre, a veces me pregunto si es por mi forma de ver los colores, la razón para que todos parezcan sus propias sombras.

Mi madre llega una hora después, ella no es una sombra de sí misma, ella no destaca por llevar colores oscuros, destaca por brillar de un blanco resplandeciente aun vistiendo de negro, su rostro no es una única mueca, al contrario de lo que conozco, sin embargo se olvida de mí y entra en la cocina, suspiro, a veces es peor ver a alguien que brilla que ver solo sombras. Me calzo y salgo de casa, la noche está cayendo, pero distingo bien mí alrededor.

Camino con la espalda ligera y una cámara en mis manos, llego a mi parque favorito, este lugar nunca tiene sombras, tampoco personas brillantes, está desolado y roto, con un par de columpios oxidados que chirrían por la mínima brisa, un tobogán agujereado y lleno de óxido, y mi lugar favorito, una caseta de madera resentida por el tiempo a la que subo cada vez que vengo, enciendo la linterna de mi móvil y subo a esa casita oscura, veo mis viejas cartulinas de colores plastificadas y nombradas.

En ellas veo mis vanos intentos de ser una sombra diferente, mis intentos inútiles de aprender a diferenciar correctamente los colores, como los demás; apunto mi cámara hacia los diferentes colores y saco la foto, el flash se dispara y escucho un quejido, no me sorprende, me da más miedo no encontrar la forma de dejar de ser una sombra de mí mismo. Apunto mi cámara hacia los árboles que rodean el parque como una decoración que ahora se apodera de la construcción humana.

Escucho otro quejido y decido mirar por la ventana por la que acabo de hacer la foto, veo una figura moverse y esconderse de la linterna de mi teléfono.


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Hola mis personitas!!

Han pasado años desde la última vez que publiqué algo por aquí, y sé que os debo una disculpa enorme por haber desaparecido sin previo aviso.

Espero sinceramente que me perdonéis; no voy a robaros el tiempo intentando explicar por qué he tardado tanto tiempo en volver, pero quiero que sepáis que he seguido leyendo todos y cada uno de vuestros comentarios que me han alegrado los días como no os hacéis una idea.

Muchísimas gracias por todo vuestro apoyo y todos vuestros comentarios.

Espero que esta nueva historia que os traigo os guste tanto como las demás, y está de más deciros que estoy deseando leer vuestras teorías y opiniones!

Nos leemos pronto!

Black.

En Blanco, Negro, y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora