Colores.

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Sigo el movimiento con mi mirada, no consigo entender que hace una sombra aquí, nadie viene nunca.

Bajo de la casita y me encojo de hombros, no estoy cómodo si hay alguien más aquí, no puedo pensar ni soñar, no puedo librarme de mi papel, apunto mi cámara una última vez al parque, en la pantalla digital diferencio con facilidad las figuras de los columpios, el tobogán y la casita, de fondo, el bosque.

Sonrío, me gusta la foto, dejo de ser una sombra, he sonreído sin la necesidad de hacer llorar a nadie, lo he conseguido, durante unos segundos.

Camino de vuelta a mi casa, dejo atrás el parque, normalmente me quedo allí por horas, a veces, hasta que sale el sol; me enciendo un cigarro, y dejo que me quite diez minutos de vida conforme va convirtiéndose en ceniza.

La idea de no poder quedarme en el parque no me gusta, tampoco me gusta que mis padres se olviden de mí, paro delante de mi puerta, pienso en mi infancia y adolescencia, nunca he recibido un golpe por parte de ninguno, nunca me han castigado, como mucho me han gritado durante un par de minutos, eso debería significar que soy un buen hijo, ¿por qué no lo siento así?

Suspiro y entro a casa, todas las luces están apagadas, mis padres han vuelto a olvidarse de mí, entro en la cocina y no veo un plato con comida para mí, abro la nevera y saco un filete que me hago en cinco minutos a la plancha, se han vuelto a olvidar de dejarme un poco de cena, sin embargo ni me importa demasiado. Creo que ya entiendo por qué no me siento un buen hijo, ¿se sentirán ellos malos padres?

Me siento solo en la cocina a cenar, mi móvil vibra en mi bolsillo, miro de quién es el mensaje, no tengo amigos ni redes sociales, entonces, ¿por qué un desconocido tiene mi número?, me encojo de hombros y dejo el mensaje en leído, no me interesa responderle, tampoco me interesa bloquearle, no tengo ganas de malgastar energía en un desconocido.

Dejo mi plato vacío en la encimera y subo a mi habitación otra vez, me pongo los cascos y conecto mi música, en una hoja en blanco comienzo a hacer diferentes bocetos para futuros dibujos pero acabo por aburrirme.

Reviso mi correo y veo un mensaje de mi universidad, me pregunto si tendré alguna amonestación por lo que he hecho hoy, sin embargo no veo nada negativo, sólo la noticia de que ha quedado libre una habitación en la residencia, leo los detalles, es mixta, no compartiré habitación y no es necesario hacer demasiado, sólo una firma.

Me lo planteo, la idea de que sea mixto no me interesa realmente, tengo claros mis gustos, creo que eso es algo que me diferencia de las demás sombras, aunque no estoy del todo seguro, la firma es fácil de conseguir, soy mayor de edad y puedo autorizarme a mí mismo, la habitación es solo mía, pero tendría que dejar de dibujar en las paredes, tendría que conseguir amueblar la habitación con mis cosas y eso implicaría tener que transportarlas.

Pienso en mis padres, no estoy seguro de si les molestaría si lo acepto pero no me interesa, hacen sus vidas cotidianas como si yo no existiese, entonces, ¿qué cambio habría para ellos?, como mucho la molestia de una mudanza.

Reviso nuevamente el correo, le doy a aceptar, a los segundos recibo otro correo de la universidad, mañana debo presentarme en dirección para firmar los papeles y hablar sobre mi conducta de hoy, le dan demasiada importancia a algo tan casual como una falta.

Apago la música y me quito los cascos, tengo sueño y mañana quiero empezar con el cambio, tal vez esta sea una manera de cambiar, de dejar de ser una sombra de mí mismo.




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Hola de nuevo, mis personitas!

Creo que el viernes es el mejor día para actualizar, ¿os parece bien?

También quería preguntaros si os gustaría que hiciera un maratón de entre 5 y 7 capítulos.

La historia ya está escrita al completo, así que si veo que le dais mucho apoyo haré más maratones, pero antes me gustaría saber si os gustaría tener uno.

Así que sin mucho más que deciros, espero que os guste y nos leemos pronto!!

Black.

En Blanco, Negro, y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora