Mi nombre es Catherine Walker, tengo diecisiete años y estoy estudiando en el instituto Trinity, es el más prestigioso de Nueva York. Mis padres dicen que allí puedo conseguir mejor educación y disciplina, yo no lo veo de esa manera, el instituto tiene sus normas y yo las cumplo, pero no siempre puedes seguir las reglas con una mejor amiga como la mía. Más que mejor amiga, es como mi hermana, estamos juntas en todo momento. Hace poco ella se fue a Canadá con sus padres, por trabajo, por lo que iba a quedarme sola el último año de instituto. Intentamos por todos los medios convencer a mis padres y a los suyos de que se quedara a vivir conmigo, pero no sirvió de nada.
Iba a ser muy difícil no tenerla a ella, yo soy una persona demasiado tímida, introvertida. Me encantaría conocer a una persona y poder pasar mi último año de preparatoria junto a alguien, pero es imposible en Manhattan. Todos se creen mejor que el otro, sólo por tener dinero. A mi me encanta mi instituto, pero no encajo allí. Yo no soy del tipo de chica que le gusta vestir ropa de marca o presumir sus caros bolsos. No soy del tipo de chica con el que la gente de mi edad se quiera juntar, pero eso no me importaba. Me encantaba ser yo misma. Era esa típica chica nerd, pero no a la que todos molestaban, a la que todos pedían las tareas.
Me gusta leer, y escribir. Tengo mi propio libro, es un poemario, nadie sabe de él. Sólo yo. Y ahora estoy escribiendo acerca de mi, para crear una historia a lo largo de este año. El cual espero sea, un maravilloso año. Un año de cambios.
- Cariño. - mi madre estaba del otro lado de la puerta. - ¿puedo pasar?
Cerré mi computadora e invite a mi mamá a pasar.
- Bebé la cena ya está lista, lavate las manos, toma tus píldoras y baja. - Hace un poco más de un año mi pequeña hermana Hazel murió, fue en un accidente automovilístico en el cual íbamos toda la familia, ella sólo tenía tres años. Un maldito imbécil estaba ebrio y nos tomó por sorpresa. Yo sólo tome la mano de mi hermanita y cerré los ojos. Desde ese momento no paro de pensar, si tan sólo la hubiera cubierto con mi cuerpo, o si la hubiera atraído a mi lado quizá ella seguiría con vida.
Han pasado apenas dieciocho meses, yo no dejaba de culparme por no haber hecho más que sólo agarrarle la mano. He intentado suicidarme un mes después del accidente, el sentimiento de culpa me llevo a hacer eso, es por esa razón que voy a terapias con psicólogos. Y también es por esa razón que mi madre es tan amable conmigo.
- Claro mamá, en un minuto bajo. - le dedique mi mejor sonrisa para que se retirará de mi habitación, no me gustaba que me vea tomando los antidepresivos. Al cabo de dos minutos baje, mi padre no se encontraba en la mesa, ya hace un mes papá no venía a comer, sólo venía al otro día. Mamá decía que era por trabajo, pero yo sabía que algo andaba mal- ¿Papá?
- Amm se quedó haciendo... horas extra en el estudio... mañana tiene un caso muy importante que defender. - Me olvidé mencionarlo, mi padre y mi madre tenían un estudio de abogados, su propio estudio de abogados. - Así que no vendrá o quizá más tarde. - mi madre me sonrió y yo note sus ojos cristalizados.
- Mamá, ¿te encuentras bien?
- Claro que si cariño. - Sabía que no estaba bien, pero ella escondía los problemas para que yo no me ponga mal y no tenga una recaída.
- Mamá yo se que...
- Hija come, se enfriara. Ya vuelvo. - se levantó y se fue a su habitación, mi madre no estaba bien y yo tenía que hacer algo para saber que estaba pasando y ayudarla. Terminé de comer y lave los trastes, así le daría tiempo a mi madre de reponerse y que pueda contarme que estaba sucediendo.
- Permiso. - Sabía que si golpeaba y preguntaba ella no me iba a dejar pasar, así que decidí entrar sin previo aviso
- Cat, cariño. Ven, acuestate junto a mi. Necesito compañía. - apenas me acosté ella me abrazo y rompió en llanto. Yo sólo acariciaba su cabello y daba besos en su frente. Mi madre era muy joven, había quedado embarazada de mi a sus dieciséis años de edad. Es por eso que nos contábamos todo y teníamos mucha confianza entre nosotras. Una vez tranquila, bebió un poco de agua y se sentó mirándome. - Desde... tu ya sabes... Desde el accidente las cosas con tu padre no están bien. Hemos buscado la forma de actuar normal, de no pelear en frente tuyo, pero cada vez que tú dejas está casa los gritos empiezan. Hoy peleamos en el estudio, y pensé que esto no sería bueno ni para mi, ni para él, mucho menos para ti. Pero es la única alternativa que tenemos, ya nos quedamos sin opciones, yo espero que tú puedas comprenderlo. Queríamos hablar los dos contigo, pero no encontrábamos el momento para hacerlo. Espero que entiendas, que esto lo hacemos por el bien de la familia. - Yo no podía creer que mi padre y mi madre vayan a separarse, su historia de amor era como la de las novelas, en los libros. Ella era la típica chica invisible del Instituto y papá el capitán del equipo de fútbol. - Hija puedes decirme algo.
- Yo... no se que decir. Si ustedes creen que es lo mejor para la familia yo puedo entenderlo, claro que puedo. ¿Sólo van a separarse? ¿O piensan divorciarse también?
- Nos vamos a divorciar hija. Pero esa parte podra explicartela mejor tu padre. - mire a mi madre, quien se durmió luego de unos quince minutos.
Me levanté despacio para ir a tomar agua y escuche la puerta, supuse que era papá. El sólo entró y se dirigió a la habitación de huéspedes. La relación con mi padre había cambiado luego del accidente, él también me culpaba de la muerte de Hazel.
- ¿Papá? - Me gire sobre mis pies para verlo
- ¿Qué necesitas? ¿Dinero? - tomo su billetera y sacó dos billetes de cincuenta
- No. Hable con mamá. - él levanto su vista y me miro fijamente. - sólo me dijo que se van a divorciar, entiendo que hay problemas entre ustedes, pero ¿divorciarse? ¿no crees que es demasiado?
- Si, es demasiado, pero es necesario.
- ¿Por qué? ¿Ya no amas a mamá?
- Estoy enamorado de otra persona. - eso había sido un gigantesco baldazo de agua fría.
- Wow, sólo así sin más. ¿Y ahora qué? ¿Te irás y te olvidaras de nosotras?
- Claro que me iré, ¿O quieres que siga aquí peleando con tu madre?
- No.
- Bien. Me iré a dormir. Descansa. - entro a la habitación y cerró la puerta.
La única razón por la que creía en el amor era por la historia de ellos dos, por como se amaban incondicionalmente y como se apoyaban mutuamente, pero ya veo que nada es para siempre.
Baje a la cocina por una botella de agua, mientras está se cargaba escuche que golpearon la puerta de la cocina que daba al patio, pegue un salto del susto y tiré la botella al suelo. Cuando vi, un chico, encapuchado y desesperado me pedía que le abra la puerta. Yo le hacía señas para que se vaya, pero él insistió. En mi cero por ciento de noción abrí la puerta y lo dejé entrar.
- Gracias gracias gracias gracias - estaba agitado, aún con su capucha puesta y sus lentes. - oye voy a quitarme esto, por favor no grites o me encontrarán - Yo estaba totalmente confundida, ¿por qué iba a gritar?
Se quitó su capucha y sus lentes.
- Puedes ofrecerme un vaso de agua si quieres. - me sonrió y yo seguía confundida. Me di la vuelta para servirle un vaso de agua y por la ventana de la cocina vi un montón de paparazzis. - te agradezco.
Me quedé observandolo para descifrar quien era, ¿por qué estaba corriendo en la calle a las doce de la noche encapuchado y con lentes de sol? ¿por qué iba a gritar yo al verlo?
- Disculpa, podría quedarme aquí por está noche. No quiero salir y toparme con esos tipos. -
- ¿Disculpa?
- Si podría quedarme aquí está noche. - ¿quién se creía que era para venir así como si nada y pretender quedarse en mi casa?
- Oye disculpame, yo... No estaría entendiendo.
- Oye es tan simple de... - se detuvo un momento, y luego de pensar un rato su cara cambio a una expresión de sorpresa - Espera... ¿No sabes quién soy? - perfecto, ahora la que estaba sorprendida era yo.
- ¿Se supone que debo saberlo?
- ¿Se supone que le abras la puerta a desconocidos? - jaque mate. - ¿De verdad no sabes quién soy?
- Mmm... no. No lo sé.
- Oh perfecto, me siento como en casa entonces. - el se sacó la campera, la gorra y dejo todo sobre la mesada. - Mucho gusto - estaba estirando su mano hacía mi en modo de saludo - mi nombre es Alex... Alex Parker. - su nombre me resultaba conocido. Tome su mano y me dio corriente, por lo que quite rápido mi mano.
- Catherine Walker. Oye disculpame, yo entiendo que no puedes salir, que te persiguen y todo tu inventario. Pero no puedes quedarte aquí, debes irte o mis padres van a asesinarme por meter a un desconocido a la casa. - luego de decir eso oí unos pasos en la escalera. Mis ojos salieron para afuera prácticamente, y mis manos comenzaron a temblar.
- Ay Dios hija me... - mi mamá me miro, miro al chico a mi lado y su cara tomo una expresión de confusión. - ¿Quién es el muchacho?
- Soy... - el chico Alex estaba levantando su mano en modo de saludo, pero no podría permitir que mi madre se de cuenta que no lo conocía. Debía inventarme algo rapidísimo.
Tome la mano de él y me posicione a su lado
- Mamá él es Alex... Es del Instituto... es... mi novio. - Alex me miro confundió y al segundo sonrió como si le hubiera regalado un millón de dólares. - Yo, lo siento, no debería traerlo a escondidas es que... necesitaba mi ayuda... necesita quedarse aqui por esta noche y yo le dije que no habría drama... puede dormir en la habitación de huéspedes... No le digas a papá si? - la voz me temblaba y no dejaba de tocar mi cabello, lo que significaba que estaba nerviosa.
Mi mamá sonrió y volvió su vista a Alex
- Bien cariño, tu padre no va a enterarse. Claro que lo hará si lo llevas a la habitación de huéspedes, ya que ahí se encuentra él. -
- Si, claro. Cierto. Veré que hago.
- Bien, sólo vine a por agua. - mi mamá lleno su botella - un gusto en conocerte Alex - luego de ello se dirigió a su habitación.
- No puedo creerlo. - tape mi cara pasando los dedos por mis ojos - Yo ni si quiera te conozco, no se que hago cubriendote ante mi madre.
- No estabas cubriendome a mi, estabas cubriendote a ti. No sería bueno que mamá se entere que dejaste entrar un desconocido a casa. - me sonrió, y Dios santo si que era la sonrisa más linda que había visto jamás. - Así que... ¿Dónde voy a dormir?... novia. - Lo mire con mi peor cara y lo dirigí a mi habitación.
- Bien... tú dormirás en el piso.
- Oye, entiendo que no sepas quien soy, pero necesito que comprendas que alguien como yo no puede dormir en el piso.
- JA. Disculpe, si quiere puede irse a un hotel. En la otra manzana hay uno. - saque un colchón que había debajo de mi cama y arme la cama que siempre le armaba a mi mejor amiga Abi cuando venía a dormir. - había olvidado que lo tenía
- Bueno, peor es nada.
- Voy al baño a cambiarme, luego de mi entras tú, ¿bien?
- Por mi perfecto, aunque si quieres que entremos juntos está perfecto también. - me metí al baño ignorando el comentario del chico Alex. Hice mi rutina de ducha, me puse un short blanco y una remera violeta como pijama, me cepille los dientes, arregle mi cabello y salí. Al salir me encuentro con el chico Alex en boxer.
- Ay por Dios. -Me di vuelta tapando mis ojos - Oye, te daré un short de mi padre y una remera.
- Es más cómodo para mi dormir así.
- Para mi no y estas en mi habitación- salí a buscar un short de papá y una remera, volví a mi cuarto y le tire la ropa - Vístete y apaga la luz. Oye y por favor no hagas ruido si? Mañana es mi primer día de instituto y ya no voy a dormir bien por tu culpa.
- Bien, no voy a molestarte. Me iré temprano, a primera hora, yo también tengo instituto mañana.
- Bien. - me acosté y me acomode para dormir
- Buenas noches. Que descanses. Y gracias otra vez por ayudarme
- Igualmente, no es nada. - Cerré mis ojos y sentí como mi cuerpo se relajaba sobre mi cama. No podia dejar de pensar en quien seria ese chico, tantas preguntas rondaban en mi cabeza y no tenia respuesta para ninguna de ellas. Mi respiración era lenta, tranquila. Y luego de dos minutos ya estaba dormida.
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Somos tan distintos.
Genç KurguEsta es la historia de una chica completamente ordinaria que se encuentra frente a frente con la estrella de pop del momento. Ella no sabe que ese será el principio de un amor. Ella no sabe que ese amor va a dar un giro de trescientos sesenta grados...