CAPITULO 8: INSOPORTABLE

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Al final de todo Peeta se había roto el brazo, y no podía ir a la panadería, y lo peor era de qué yo tenía que cuidarlo. No me desagrada la idea en absoluto, ya que voy a poder pasar más tiempo con Peeta, pero lo que me no me gusta es tener que cuidar personas en este punto, ya que ni yo soy capaz de hacerlo por mí misma. No soy capaz de hacer un buen desayuno, no soy capaz de entretenerme en la tarde, no soy capaz de tener una noche de paz sin tener pesadillas, no soy capaz de vivir en paz. A pesar de todos los meses que pasé en el bosque sigo sin entenderme algunas veces. Me sorprende lo mucho que ha avanzado Peeta. Él ya puede trabajar en algo que le gusta, ha pasado mucho tiempo desde que le agarro un ataque, puede entretenerse pintando, todavía tiene pesadillas, pero no se preocupa mucho por eso; esa es la única cosa que tenemos en común: los dos tenemos problemas en las noches. Ambos no somos capaces de tener al menos una noche de paz.

Estábamos en la sala, sin saber qué hacer, Peeta estaba muy insoportable. Como se rompió el brazo derecho no podía pintar, cocinar, ni siquiera comer; para todo necesitaba ayuda. Ya no podía soportarlo, y además se estaba aprovechando mucho el tema de estar “enfermo”: si leía un libro le tenía que dar vuelta la página, si comía tenía que cortarle la carne, si estábamos sentados le tenía que acomodar el almohadón. Que este lastimado está bien, pero que se aproveche de eso no lo está.

Decido prender la televisión, ya que ahora pasan más cosas, como: reality shows, noticieros, series de televisión, programas de cocina y muchos más. Ahora están dando el noticiero del Capitolio, pero este nos informa de todos los distritos, no como antes que a veces y raramente los nombraban.

—En el distrito 4 abrieron un nuevo restaurante de…

¿Katniss? —Dice Peeta. Por favor… no otra vez.

— ¿Qué pasa Peeta? —Le digo intentando que mi voz no suene con ira.

— ¿Puedes bajarle el volumen? Estoy intentando leer.

—Claro —digo, dirigiéndome al televisor—. ¿Necesitas algo más?

—Mmm… no, espera sí, tengo hambre ¿puedes hacer algo de comer? —me dice con un tono algo infantil, miro la hora en el televisor 12:00.

—Claro, ¿te gustaría algo en particular? —Le digo un poco irritada.

—No, haz lo que quieras —me dice, me vuelvo hasta la cocina, cuando estaba en la puerta su voz me detiene—. ¿Katniss?

— ¿Si? —Le digo apoyada en el marco de la puerta.

— ¿Me podrías dar vuelta la página? —Dice con una pequeña sonrisa en la cara, intento devolvérsela y camino hasta el sofá, le doy vuelta la página y vuelvo a la cocina.

No quiero ayudarlo a comer de nuevo, así que esta vez no haré nada de carne ni nada que necesite cortar. Hago un poco pasta con salsa, pero con carne cortada, así no tendrá que molestarme. Haymitch también va a venir así que pongo la mesa para los tres. Escucho la puerta —que Haymitch me ayudo a reparar—, y voy a abrirla.

—Hola preciosa —dice Haymitch dándome un pequeño abrazo—. ¿Cómo estás?

—Ya debes de imaginar, Haymitch —le digo esbozando una pequeña sonrisa—. Me está volviendo loca —le digo en voz baja, lo cual hace que él se ría.

—Sí, me lo imagino, preciosa.

—Ven al comedor, el almuerzo está listo.

Él se dirige al comedor y yo al salón, para buscar a Peeta. Cuando le digo, automáticamente se va al comedor. Yo me quedo unos minutos en el salón, apago el televisor, guardo el libro de Peeta y acomodo los almohadones. Me voy al comedor y veo que están hablando, yo no me uno a la conversación.

Es bueno ver que Peeta no necesita ayuda ahora, una de las primeras veces que hice de comer, le tuve que dar en la boca como si fuera un bebe. Lo peor de todo es que él lo hace a propósito. Cuando terminamos de comer, Haymitch se va, Peeta se va a continuar leyendo —aunque le tuve que abrir el libro porque él “no podía” —, y yo me quedo limpiando la cocina y el comedor.

Listo, no pienso ayudar a Peeta en nada más, a menos de que realmente lo necesite.

— ¿Katniss? —Me dice Peeta. Si me llama por alguna estupidez, llevare mi arco.

— ¿Qué pasa? —Le digo con la voz más alegre que puedo llegar a poner.

—Tengo sueño, ¿me puedes acompañar a mi casa? —Bueno, al menos eso es razonable, no pienso arroparlo claro, pero puedo acompañarlo hasta la puerta de su casa, donde no me podrá molestar en un buen rato. Eso será bueno, quiero dormir un poco.

—Claro, Peeta —le digo un poco más relajada. Me dirijo a la puerta y nos vamos hasta su casa.

Es algo estúpido que lo acompañe, ya que vive en frente mío, pero si es lo último que tengo que hacer por él en un rato, lo haré. Abro su puerta y él entra.

—Volveré más tarde —me dice, le sonrío y cierra su puerta.

Vuelvo a mi casa, donde me procuro cerrar con llave, para que Peeta no me dé un susto de muerte como la otra vez. Me voy hasta el baño y tomo una corta ducha. Salgo y me pongo una camiseta blanca, unos pantalones térmicos negros y una polera verde. Bajo al salón y prendo la televisión. En pocos minutos el sueño me vence.

****

Me despierto sobresaltada cuando tocan la puerta. Maldición, olvide que Peeta iba a venir. Miro la hora en el televisor 17:30. ¿No podré dormir un rato más? No me levanté con un humor agradable. Voy a la puerta y abro, pero no es Peeta, es Haymitch.

— ¿Se puede saber por qué me despertaste? —Le digo con ira.

—Lo siento preciosa, pero era urgente —me dice algo nervioso—. Peeta tuvo un ataque.

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Hola!

No me odien por lo que hice. Es que quería ver como era la reacción de Katniss. 2 capitulos en 2 días, hurra por mí! Es que no se qué hacer, estoy algo enferma, pero al menos estoy conciente (risas). Algunos preguntaron por que estoy en la escuela, la resouesta es simple: En mi pais (o al menos en mi ciudad) ya se nos acabaron :(. Pero voy a intentar actualizar siempre que pueda.

Besos <3

¿Solo amigos? Yo no lo creo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora