_The Secret That I Hide_[JIKOOK] ГOmegaverse]

Capítulo siete: Coraza rota

Jungkook respiraba pesadamente mientras miraba fijamente los ojos avellana del contrario, a tan solo unos centímetros de él.

Un silencio sepulcral se hizo presente ante la repentina declaración del pelinegro. Una lejana tos se hizo presente pero ésta fue ignorada por ambos jóvenes parados uno frente a otro en medio del pasillo. Sus ojos estaban clavados en los del otro; fulminándolo con la mirada uno, mientras que con los ojos abiertos de par en par el otro.

Jimin se dio cuenta de la vena que sobresalía de la frente del menor, también de la forma en que arrugaba la nariz tal conejito y de como sus cejas parecían unirse gracias a su profundo ceño fruncido. Pero de repente, toda su rostro cambio. Sus ojos se aguaron mientras se cubría la boca con las dos manos y sus mejillas se tornaban rojas junto la punta de sus orejas. Retrocedió unos pasos hasta que su espalda tocó la pared, como si estuviera frente a una de sus más grandes pesadillas. Mantenía una expresión de horror.

Y como si fuera por arte de magia, una frase soltada por los labios cereza del pelinegro rondó por la mente del castaño, dándose cuenta que significaba más de lo que le prestó atención en un principio. Al inicio su expresión reflejaba incredulidad por el tono de voz que utilizó su menor, pero ahora se daba cuenta del peso de las palabras que dijo junto aquella subida de voz el mismo.

- Jungkook- Dijo en un susurro el mayor.

El mencionado bajó la mirada junto sus brazos los cuales yacían sobre su boca, sus dientes sobresalían de la misma mientras se mordía el labio inferior con nerviosismo.

- "Caer rendido a tus pies" ¿Que quieres decir con eso?- Citó la frase anteriormente dicha en el discurso del contrario para no malinterpretarla, ya que eran mejores amigos y no debían sentir eso por el otro, o eso era lo que creía el castaño.

Jungkook lo miró por un momento con un brillo esperanzador en sus ojos que luego desapareció rápidamente al conectar miradas con su mayor.

- Dime, acláramelo por fa- En su insistencia Jimin se vio interrumpido por una voz suave pero a la vez delicada que parecía quebrarse en cuanto se diera un mínimo movimiento en falso.

- ¿Aclarar?, ¿qué? ¿quieres que te lo escriba en un papel y te lo envíe por correo?- Dijo con un intento de sonrisa sarcástica que en realidad se veía reflejada en sus aguados ojos, desvelando el pesar del chico.

Jimin se acercó a él rápidamente con preocupación notable en sus ojos. Lo intentó reconfortar con una caricia en su brazo, sin saber bien que hacer en la situación, pero el pelinegro lo rechazó con una palmada como si de un reflejo de protección se tratase.

- Mejor vete- Susurró con voz suave pero audible.

El alfa interior del aludido gruñó con frustración, arañando con enojo, como si pretendiera salir a arreglar toda la situación que le estresaba en vez de la parte humana.

- NO- Gruñó escapando de sí su voz alfa.

Jungkook abrió los ojos con sorpresa al escuchar aquello y levantó la mirada para observar como a Jimin se le cambiaban de color los ojos a un ámbar brillante intenso.

- Me vas a decir en este instante que es lo que sucede- Dijo de forma lenta y fuerte mientras sostenía con una mano la mandíbula del pelinegro, a la vez que apoyaba la otra en la pared.

En la mente de Jungkook era todo un caos. Pensamientos con posibles respuestas que no dejarán en evidencia sus sentimientos revoloteaban sin fin con desesperación. Pero, a pesar de que un lado de él quería intentar arreglar su metida de pata, él en su mayoría estaba harto y exhausto de mentir constantemente, de sentir que se ahogaba en sus propias mentiras. Por lo que decidió que por una vez, está vez, iba a ser sincero.