Scarlett the killer

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Alguna vez te has preguntado, ¿Qué clase de acontecimientos llevan a una persona a convertirse en alguien que siente gusto al hacer sufrir a los demás? Es decir ¿En una asesina? ¿Qué tan fuerte es el hilo que divide a la cordura con la locura?

Era un lunes normal como todos. Scarlett llegaba a la escuela secundaria caminando, llamando así la atención de varios muchachos lo cuales se le quedaban viendo, y a causa de esto despertaba la envidia de algunas chicas, pues la mayoría de eso chicos se convertían en sus novios. y ella lo sabía, y le daba gracia ver que sus novios la prefieren en lugar de a sus propias novias. Esa era una de las razones por las que era popular en la escuela, porque era hermosa, llamaba la atención de casi todos los chicos dentro y fuera de la institución, pues su cabello rojizo rizado y sus lindos ojos marrones eran algo que llamaban la atención, por no mencionar su buena figura. Porque además tenía dinero, y todo eso era la razón por la que tenía el ego demasiado grande y se creía mejor que nadie. Por eso, y además que tenía un carácter fuerte. Si había algo o alguien que no le gustara o hicieran algo que ella desaprobaba, se hacía cargo. Y si alguien le quería hacer frente y retarla, Scarlett le hacía arrepentirse de haberlo siquiera pensado, porque era así, se creía la reina. No sólo de la escuela, sino del mundo, se creía superior a todos.

En el pasillo de la escuela de camino a su salón se encontró con sus amigas, Ámber y Mónica. A ellas las conocía desde que tenía nueve años en quinto grado de primaria, y seguían juntas hasta ahora que las tres tenían dieciocho años en sexto año de secundaria, y hasta ese día no se habían separado. Con ambas chicas ella reinaba en la escuela, eran el trío que siempre ponía en su lugar a las personas que creían que podrían desafiarlas, y en el peor de los casos; para ellos, los humillaban de tal forma que los hacían desear no haber pisado ese planeta nunca. Eran superficiales, presumidas, ególatras, y se podría decir que Scarlett era racista. Pues ella siempre se consideró mejor que las personas negras, sobre todo con las chicas de su escuela. En especial con cierta chica que iba a su misma clase que era su juguete favorito para molestar; Shannon. Mientras ella y sus acompañantes entraban al salón ella salía con unos cuantos libros que, al toparse ambas al abrir la puerta, salieron disparados al suelo al igual que su pequeño y frágil cuerpo y sus lentes. Scarlett se sostuvo de sus amigas antes de siquiera tambalearse por el choque entre ambas, con algo de molestia miró a la pequeña Shannon que con mucha timidez y algo de torpeza recogía sus libros y sus lentes mientras sentía la mirada de desprecio de Scarlett sobre su pequeño ser. Justo antes de recoger el último libro que le faltaba, le fue arrebatado por Ámber quien en seguida se lo entregó a Scarlett y empezó a revisar sus páginas.

- Vaya, aparte de ser una negra inútil, también eres bastante torpe. Parece que esos estúpidos anteojos no te sirven de nada, o quizás eres demasiado inútil como para saber usarlos. - Dicho esto escupió gran cantidad de saliva en una de las páginas del libro, y se lo entregó a Shannon que se encontraba perpleja ante esa demostración de desprecio hacia ella, y con manos temblorosas y ojos llorosos se lo sostuvo. Hecho eso, Scarlett palmeó la cabeza de la chica como si de un perrito se tratase y tomó rumbo hacia su escritorio en el salón mientras se limpiaba la mano en el pantalón y sus dos amigas reían tras ella al ver correr a Shannon llorando. Probablemente iba a encerrarse en el baño hasta el recreo. Como siempre.

Al terminar la primera hora de clase los pupitres de Ámber y Mónica ya estaban pegados a los de Scarlett, puesto que en cada receso lo hacían para ponerse de acuerdo y armar planes para salidas, o para simplemente chismear un poco, como el resto de los alumnos. Todo iba bien hasta ese momento, hasta que en la parte de atrás Scarlett logró escuchar a unas compañeras hablando sobre un tema que ciertamente llegaba a fastidiarle por lo cotidiano que se hacía últimamente.

- Lo digo en serio chicas, Jeff the killer es el ser más genial que existe sobre la faz de la tierra. -

- No es sólo genial, ¡Es hermoso! Es sumamente sexy. -

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