Habían pasado varios meses desde ese accidente, y Laura estaba superando la muerte de sus padres, con la ayuda de su novio Matt.
Agradecía inmensamente a su novio que la dejara vivir con él y sus padres luego de que le llagara la noticia de la tragedia, ya que siendo ella menor de 15 años y sin un familiar que cuidara de ella, podría terminar en un orfanato. Se sentía muy mal porque la última conversación que tuvo con sus padres fue una discusión. Hasta les había gritado "─ ¡Desearía que se murieran! ─". Esas palabras tan rudas hacían eco en su cabeza de vez en cuando, cuando recordaba a sus padres. Pero de cualquier modo intentaba seguir adelante y no pensar tanto en ello, y, gracias a su novio, ya lo estaba superando.
Habían pasado algunas semanas, era fin de semana. Los padres de Matt tenían que ir a una fiesta con amigos suyos dejándolos a ambos solos en casa; y esa noche ella estaba deseando tener algo de acción con su novio.
Eran cerca de las diez de la noche, estaban en la sala viendo una vieja película. Pero Laura no prestaba atención a la pantalla del televisor, ella estaba más concentrada en el paquete de su novio más que en cualquier otra cosa.
─ Mi amor...─. Llamó ella volteándolo a ver con una mirada de excitación, pero él no estaba atento a lo que ella hacía. ─ Mi amor... hace mucho que no metes a tu "amiguito" en mi cuevita ─. Ella descaradamente empezó a acariciarle la entrepierna, a la vez que besaba su cuello de forma juguetona para llamar su atención.
─ Mm~... ¿La zorrita quiere sexo? ─. Él comenzó a introducir su mano dentro de la falda de su novia comenzando a acariciar su húmeda cueva.
─ Mm~ sí, amor mío ─. Comenzaron a devorarse la boca el uno al otro en un beso pasional y placentero.
Al cabo de un rato ya se encontraban ambos en la cama de su habitación.
─ ¡Mm!~ ¡Laurita!~... Eres una diosa~ ─. Decía Matt entre varios gemidos que salían de sus labios sin parar, al igual que su novia que gemía fuertemente.
Ella comenzaba a gritar a causa del placer de sentir a su novio dentro de ella. Pero entre jadeos y excitación ella comenzó a sentir la extraña sensación de que era observada, no por algo pervertido, sino algo más oscuro que sólo un depravado, pero ella lo ignoró. Ella seguía inmersa en el placer, rogaba por más gritándole a su novio.
─ ¡Más mi amor, dámelo todo! ─. Su novio respondió con una fuerza mayor al introducir su miembro dentro de su novia haciendo de los gritos algo más fuerte y dejando inaudible todo lo demás.
Ella rogaba por más entre gritos. Hasta que sintió en ella una sensación cálida que recorría su rostro. ─... ¿Mi amor? ─. Ella abrió sus ojos al sentirse confundida por no haber más movimientos de su parte, al hacerlo quedó horrorizada con la sorpresa que se llevó.
Matt estaba sobre ella, con un pica-hielo atravesándole la garganta.
Él empezó a toser sangre de tal modo que parecía que estaba vomitando ese líquido que emanaba de su garganta y ahogándose al mismo tiempo, manchando a su aterrada novia hasta caer inerte sobre ella. Laura pegó un grito de horror, intentó como pudo quitárselo de encima. Cuando logró levantarse rápidamente de la cama; espantada y asqueada por lo sucedido, caminó hacia la puerta con intenciones de huir del lugar. Entonces se encontró con una chica parada en el marco, mirándola como si nada.
─ Parece que tu novio se quedó... "tieso", debió ser por la emoción ─.
Laura la miró con mucho miedo y nerviosismo; insegura. Y le preguntó con voz temblorosa:
─ ¿Qu-quién eres t-tú? ─. La extraña sonrió burlonamente haciéndola retroceder asustada.
─ ¿Yo?... Tu peor pesadilla, linda ─. Ella sonrió aún más para luego soplar un extraño polvo sobre su cara.
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Creepypastas
Mystery / ThrillerUna recopilación de creepypastas conocidas y poco conocidas