CAPITULO III

3.4K 159 5
                                    

One Thing

Continua negándose de ser atendido por ella, quisiera volver a coquetearle para poder distraer su mente de todas las cosas negativas que ha tenido que vivir.

Por su parte, Lily entendiendo que no solamente era el daño que tenía físicamente, sino también psicológicamente, que tendrá que irlo sanando de adentro hacia a fuera para que pudiera acceder a las terapias.

Comienza a redactar en su expediente de pacientes los planes, ejercicios y actividades que lo terminarán ayudando a él. Mientras tanto en su mente aún se mantenía la incógnita de saber quien es el tal Harry S. Holmes, del que tanto habían criticado, alabado y hasta desear conquistarlo.

El rizado comenzó a quejarse del clima, de lo incómodo de la cama, los colores de las paredes e incluso llego a lanzar al piso el vaso de vidrio que tenía en su mesa de noche. 

—No pensará que yo lo limpiaré, ¿verdad?
Levanta su vista al escuchar estruendo sonido, viendo como él levanta una ceja retándola.

Resopla. Deja su libreta en el sofá para salir al cuarto de servicio, tomar una escoba y recogedor para así limpiarlo. Tras recogerlo y tirarlo en el bote de basura, se dispone a seguir planificando todo lo necesario, mientras que seguía escuchando las quejas de su paciente. 

Trata de estar tranquila, de no sacarse de juicio. Aunque sabe que es lo que esta tratando. Por desgracia ambos son igual de caprichudos, por lo tanto, ninguno de los dos se va a dar por vencido a lo que vinieron a hacer. Las horas pasaban, llegando así el horario de comida de él. 

Baja por las escaleras para dirigirse a la cocina; ahí se encontraba Anne cocinando mientras escuchaba las noticias

—¿Qué tal te ha ido con mi hijo?
Sigue partiendo rodajas de zanahorias, colocando unas pocas en dos recipientes verdes

Ríe —Un poco complicado, su hijo suele ser un caso difícil, señora Anne— toma asiento en uno de los bancos de madera

—Lo sé y no tienes que tener tanta formalidad, puedes solo decirme Anne y tutearme —dice —puedes iniciar con charlar sobre las cosas que él adora hacer, para que tengan tema de conversación y luego puedes irle haciendo mención sobre tus terapias —suelta aire —siempre les digo todo esto a las enfermeras que vienen, pero ninguna me hace caso y prefieren irse por el lado técnico

Observa como pone sopa de letras en otros dos platos —Tomaré su consejo, haré lo posible para ayudar a su hijo

Le dedica una sonrisa no sin antes poner los platos en una bandeja —Anda, sube antes que el malhumorado de Harry comience a enojarse más por no comer, también llevas comida para que coman juntos —le entrega la bandeja —gracias, por venir

Asiente, tomando la bandeja y subiendo con cuidado las escaleras de madera que tienen en su casa. Tras llegar, toma haciendo en el borde de la cama del rizado, intentando darle de comer, pro desgracia solo él se niega con cada intento que hace ella.

No se esfuerza en tomar el plato de la sopa, ni mucho menos en solamente abrir la boca para que lo pueda comer. —Tiene que comer, Señor Holmes— ella ya se encontraba algo fastidiada por haber tenido un día algo complicado con él

—No quiero, puedes retirarte, no necesito de una persona para mejorarme— su mirada se encuentra en cualquier parte de su habitación, sin siquiera verla a los ojos sabe que ella se ha molestado por su comentario, ya que ha dejado el plato en la misma mesa de noche.

Se levanta hacia el sofá, guarda sus cosas y se dirige hacia la puerta. No sin antes darle una última mirada, quien si la esta observando con detenimiento el rizado.

El accidente | EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora