Epílogo

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(Espero que tengan mucho tiempo libre porque este es el capítulo más largo que he creado hasta ahora. No olviden dejar su ♡
PSD: Leer hasta el final!)

Pov: NARRADORA

Nuestros amados protagonistas no paraban de correr tratando de alejarse de sus perseguidores, hasta el punto en que sus extremidades no daban más, se vieron obligados a esconderse tras un árbol con las esperanzas de que no los vieran

Cosa que parecían escasas...

El peli-violeta estaba tan desesperado por recuperar el aire perdido que su novio se preocupó más por él que por ser atrapados. Su madre les hace unas señas con las manos dándoles a entender que deben separarse para distraer a los oficiales que bajaron a recorrer el terreno.
Con duda, se miraron mutuamente antes de asentir con la cabeza al mismo tiempo que la mujer abraza a su hijo mientras le susurra...

Andrea: Corran al bosque Amadeus y no miren atrás. *Le besa la frente con lágrimas en los ojos* Te amo conejito.

Bon: *Asustado* yo también...

Sin darle tiempo de soltar otra palabra guarda algo en los bolsillos de su hijo antes de correr en dirección opuesta de ellos. Bonnie no pudo evitar temblar o soltar gritos al escuchar disparo provenientes del lugar al que corrió la mujer.
Su contrario, con el miedo a flor de piel, le tapa la boca mientras siguen corriendo.

Las sirenas y disparos no paraban de escucharse a una enorme distancia pero el sonido era tan ensordecedor que se sentían cerca.
Apenas pasaron unos segundos corriendo pero quedaron expuestos cuando una de las balas alcanzó a Bonnie.

El grito desgarrador fue tal que logró dejarlos a la vista de un oficial que se ubicaba enfrente en de ambos con su arma. Eso a Bon le importó un pepino, su pareja era lo único que realmente le carcomía el alma verlo sufrir.

¿¿??: *Los apunta* ¡Policía, quietos! *Por una radio* Acá oficial Ramírez Owinn, logré inmovilizar al sospechoso. Nos encontramos cerca del campamento Amadeus, envíen refuerzo.

El peli-turquesa no reaccionaba en lo más mínimo. Su amado no paraba de llorar y gritar del dolor que sentía, no podía hacer más que intentar hacer presión sobre la herida, de lo contrario, terminará desangrándose.

Bonnie: *Con la voz entrecortada y solloza* ¡M-mi pierna! 

Bon: Tranquilo, vas a estar bien...

Bon vuelve a hacer presión frenando levemente el sangrado, pues no dejaba de ser un procedimiento doloroso para su contrario.

Bon: *a Owinn* ¡No te quedes ahí parado! ¡Ven acá a ayudarlo!

Owinn: *Apuntar* ¡No eres nadie para decirme que hacer!

Bon: *Enojado* ¡Hijo de puta! ¡Cerra el orto y vení a ayudarlo!

Owinn: *Se acerca* ¡Dejen sus mariconadas y pongas las manos tras la espalda o les vuelo la cabeza!

Bon: *Furioso* ¡¿No te das cuenta de su herida?! ¡Él no tiene nada que ver en esto!

Owinn: Debiste pensar antes de matar una inocente.

Bon: *Sostiene a Bonnie*

Owinn: ¡Hagan lo que les dije o les juro que disparo!

El peli turquesa no contesta o reacciona a favor de esas órdenes.
Al contrario, su furia logra nublarle la vista, antes de desatar su locura, deja al peli-morado sentado para después acercarse, con paso decido a él.

 La Locura de Un EscritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora