Capítulo 3

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- Ai Martita... que te me has enamorado. - Dijo Marilia mientras terminaba de maquillarse.

Yo que estaba terminando de peinarme deje el cepillo en la cama y me acerqué a Marilia por detrás para mirarla a través del espejo - Oye Marilia para con la bromita por favor, que como le llegue algo a Paco me muero, le quiero con todo mi ser.

Marilia rodó los ojos y me miró - lo que tu digas... - guardó sus cosas- pues ahora que te vas a hacer amiga de María, ¿por qué no le cuentas sobre Paco y cuanto le quieres?

- Pues mira lo haré si surge el tema. - me crucé de brazos.

- Anda, no te enfades que sabes que lo digo de broma tonta - se me acercó, me abrazó y me dio un beso en la mejilla. - Nos vemos más tarde.

Marilia se marchó y yo miré el reloj. Marcaba las 5:45 aún. Me pasé quince minutos ordenando la habitación y afinando mi guitarra hasta que escuché un par de golpes en la puerta.

Me acerqué a abrir y allí estaba María - Hola, pasa. - Me hice a un lado y cuando pasó vi como me echaba una sonrisa de lado.

- Bueno - pegó un salto y se sentó en mi cama - ¿quieres que la cantemos?

Yo me encogí de hombros, estaba demasiado nerviosa por su presencia allí que todo lo que había pensado que podríamos trabajar se me olvido de un segundo a otro - Si, ¿no? - me senté en la cama de Marilia a un par de metros.

María le dio al play en mi ordenador y comenzó a soñar la parte instrumental. No parecia saberse ni la letra porque estaba mirando su book todo el rato.

- Ella se ha cansado de tirar la toalla
Se va quitando poco a poco telarañas
No ha dormido esta noche pero no esta cansada
No mira ningún espejo pero se siente to' guapa...

Toca mi parte me siento recta en el borde de la cama e intento sacar mi mejor voz.

- Hoy ella se ha puesto color en las pestañas
Hoy le gusta su sonrisa, no se siente una extraña
Hoy sueña lo que quiere...

- A ver, a ver, a ver... - me interrumpe y para la música - esto no está quedando bien, ¿a quién se la cantas?

-¿A qué te refieres?

-¿En quién piensas?

-En mi novio - dije rápidamente

María soltó una carcajada - Vale, ahora enserio.

- No se... siempre canto pensando en él.

-Marta cariño, ¿has leído la letra?

Miré la letra y me di cuenta que tenía razón - Ya veo... ¿tú a quien se la cantas?

-Hasta ahora me la estaba cantando a mi pero se me ocurre que podríamos cantarla la una a la otra. - propuso

-Bueno... -me encantaba la idea obviamente, pero por alguna otra razón me daba miedo cantarle - cantartela a ti misma también me parece una buena idea.

María agarró el portáril, se levantó y se sentó a mi lado, muy cerca, diría que demasiado. - Te la voy a cantar al oído, tu mira al frente.

Yo tragué sin palabras e hice lo que me dijo.

-Ella se ha cansado de tirar la toalla...

Me susurró al oído, incluso notaba su respiración contra mi cuello.

- ...Se va quitando poco a poco telarañas...

Cerré los ojos, noté que se me encendían las mejillas.

MARTIA/ Tu Dedo En Mi EspaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora