Capítulo 4

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Ya pasaron dos días desde que María y yo hablamos por última vez y tomé la decisión de contactar con ella.

Yo:
Hola María.

Pero nada. No recibí respuesta de la rubia hasta las nueve de la noche, mientras leía tranquilamente en la cama.

María:
Hola.

Yo:
Tenemos que preparar la canción.

María:
Ni un ¿cómo estás?

Yo:
Perdón.

¿Estás bien?

María:
Si.

¿tú estás bien?

Yo:
Si, gracias por preguntar.

María:
Bueno, yo no puedo decir lo mismo.

Yo:
Jo María, la tomas con todo lo que digo.

María:
Tranquila Marta, estoy de coña.

Quedamos mañana que es sábado, cuando tu quieras.

Yo:
Vale mañana por la mañana.

¿Puede ser en tu habitación?

Después del otro día prefería que Marilia no rondara por la escena.

María:
Que rápida vas Marta, ya quieres venir a mi habitación.

Estaba claro que era una broma y no pude evitar sonreír.

-¿Qué te pasa Marta? - Me preguntó Marilia - ¿Paco?

-¿Eh?

- Que si estás hablando con Paco.

- Si. - Mentí, en realidad hacia ya una semana que nos sabía nada de él.

- ¿Cuándo va a venir a verte? Llevamos ya dos meses aquí y ni siquiera has mencionado que tenga intención de hacerte una visita.

Me escogí de hombros. La verdad que no me apetecía nada hablar de mi novio en esos instantes.

Yo:
Ya ves, aunque no lo parezca soy una ligona.

-Mierda, no me puedo creer que haya enviado esto - me dije mirando la conversación.

-¿El qué? - Marilia se incorporó en su cama, me miró y entonces me di cuenta de que había hablado en voz alta.

-Nada nada

María:
Vaya, vaya jajajajaj

Por favor traigan a alguien que la agarre porque se me lanza encima.

No pude evitar sonreír de nuevo.

- Ai ricurita que ya se con quien estas hablando.

Miré a Marilia al instante. En su cara habia una sonrisa burlona.

MARTIA/ Tu Dedo En Mi EspaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora