Portate bien

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"¡_______(Violeta)!" Curiosa por el repentino llamado me gire para ver quien era que me llamaba.

"¡Jojo!" Respondí a su llamado con una sonrisa. Él se veía radiante hoy, lo cual me generaba mucha felicidad. "Hoy pareces de buen humor ¿Ha pasado algo bueno?"

"¿Bueno?" pregunto exaltado. "¡A pasado algo fantástico! ¡Quiero contártelo enseguida!"

Reí ante su emoción. Me resultaba enternecedor verlo ser el mismo de siempre. "Si estás de tan buen humor, tal vez no necesites el obsequio que te compre."

Su rostro se iluminó nuevamente, parecía que hoy solo le daban buenas noticias. "¿Regalo? ¡¿Me has comprado algo?! ¡Eres un amor!" Me abrazo tan fuerte que sentía que me trituraba los huesos.

"Relájate enano ¡Recuerda que soy un ser delicado!" Ambos reímos ante aquel comentario.

Caminamos por todo el pintoresco jardín con los brazos enganchados. De vez en cuando me ofrecía una uva, y su rostro se ruborizo cuando le pregunté de dónde había sacado semejante canasto. "Así que Erina Pendleton. Mañana saldrás con ella, luego cuentame como te fue ¿si?"

Me miró algo sorprendido, sus ojos estaban abierto de par en par con la boca casi por el sulo. Ladee la cabeza con curiosidad luego comenzo a reir fuertemente. "¿Quien eres y qué hiciste con mi _____(Violeta)?"

"Soy un vampiro, la mate y me comí sus entrañas." Moví mis dedos para tratar de generarle algo de repelús pero solo conseguí que rodara los ojos.

Tras unos minutos más de charla el termino por irse a asear y yo seguí con mi tranquila caminata, Danny estaba a mi lado hasta que lo vi salir despavorido. Mire en la dirección opuesta para ver que habia espantado de tal manera a mi valiente guardián. Realmente no me sorprendió ver al rubio sentado debajo de un árbol del jardín, leyendo un libro rodeado de rosas.

Me acerque lo más sigilosamente que podía. "(Es realmente guapo)" Claro que no admitiría eso, ni aunque mi vida dependiera de ello. Saqué mis cosas de dibujo, realmente estaba para hacerle un retrato.

Suspire mientras me castigaba en silencio por hacer esto, aunque realmente una parte de mi quería tocar su suave y dorado cabello, la otra quería arrancarlo por ser tan mala persona.

Los minutos pasaban mis manos se perdían en el papel. Las ligeras líneas delgadas de su cabello, la curva de su nariz y la filosa mirada de sus ojos mientras leia atentamente ese libro. Cuando subí mi vista para verlo una última vez, ya no estaba allí. Bufé con molestia, no era un detalle realmente importante, pero queria ver cuantos puntos tiene en su oreja. "Así que esto era lo que habías estado haciendo treinta minutos." Gire mi cabeza y ahí se encontraba el, con esa sonrisa tan molesta que tenia. "Para ser una mujer tan mediocre, tienes cierto talento al dibujar. Pero no debe ser tan difícil si tu puedes lograrlo."

Reí fuertemente por su comentario. "¿Quieres intentarlo?" Dije al acercarle las cosas. Algo desconfiado se sentó a mi lado y tomo lo que le ofrecía. "Dibuja lo que quieras, luego veremos si es tan fácil como dices."

El tiempo pasaba lento, solo escuchaba los frustrados trazos en la hoja de papel y luego la goma para borrar lo que ha hecho con desesperación. No me permitió ni una sola vez ver lo que hacía, así que solo me concentraba en mirar los alrededores.

La tranquilidad era exquisita, la tarde de verano realmente se disfrutaba, aunque escuchara gruñidos cada dos por tres por parte de mi acompañante. Los párpados cada vez me pesaban más y comenzaba a cabecear en mi lugar. "Deja de moverte. Me desconcentras Ludenberg." Pero no obtuvo respuesta. "¿Ludenberg?"

Eres lo que más odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora