3 - Por una foto en el periódico.

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Después de la jugada con Marina, se pasó el resto de la semana en su casa, avergonzada por lo ocurrido ya que no pudo taparse al huir del instituto. Casi todos le vieron correr en dirección a su coche.

Nunca guardo secretos con Adak, pero al pensar que esto era demasiado y que podía decepcionarle... En una larga lucha entre mi cerebro y mi corazón, decidí guardarme eso para mi diario ya que si no lo contaba, terminaría arrancándome los pelos de la cabeza.

Llegó el fin de semana, ya tenía la maleta hecha para pasar el sábado y el domingo enteros con mi padre. Ya que John y Lili se divorciaron, éste se fue a vivir a la ciudad de New York.
Gracias a la gran amistad que tengo con un conductor excelente (Adak), pude ir en coche como copiloto hasta la casa (en Central Park) donde me encontraría al señor Dumas. Ya allí, mi amigo me ayudó a instalarme, llevando las maletas hasta mi habitación. Al parecer John no se había presentado todavía, tendría alguna entrevista o se habría ido a dar una vuelta. Bueno, no se sabe ya que no hablábamos mucho.
Cansada del trayecto que duró casi tres horas y no hicimos ni una parada, me tumbé en la cama y mi hermanito también. Nos mantuvimos uno al lado del otro, en silencio, un para de minutos hasta que éste habló.

-Acabo de recordar algo-. Colocó sus brazos bajó su cabeza y respiró hondo, preparado para contarme a saber que. -En Sellpoint-. Es el pueblo más grande de los alrededores de New York, se encuentra yendo por la misma carretera hasta Trombuch (mi pueblo) a pocos quilómetros de diferencia. -En un mes, van hacer un concurso de canto y quien gane, tendrá una entrevista por televisión y una discográfica famosa grabará un disco-. No dijo el nombre de la discográfica ya que no se acordaba.
Al oír sus palabras casi me desmayo. Y ya que eso no ocurrió empecé a saltar como loca en la cama para luego tumbarme sobre Adak y abrazarlo, dándole las gracias por ser una magnífica persona.
Le pedí que se quedara todo el sábado conmigo y ya que no tenía ropa para cambiarse, se iría a su casita a no ser que le comprara ropa porque él no llevaba mucho dinero encima.
Apoyé mi cabeza en su pecho y él rodeó mi cuerpo con sus brazos, para luego quedarme dormida de tanto acariciarme el pelo ya que le pedí que parara y no lo hizo.

Horas más tarde desperté y Adak no estaba. Me asusté de pensar que se había marchado sin despedirse de mí.
Al bajar las escaleras a la planta baja, me encontré con un sonriente Adak y un cambiado John. ¿A qué venían esos cambios?
Besé las mejillas de mis dos chicos y me senté en el comedor con ellos, no estaban comiendo ni nada, solo hablaban de cosas... Cosas de chicos.

Ya que pasaban de mi cara, le cogí de la mano a Adak al darme cuenta de la ropa que llevaba puesta. Quería que se diera cuenta de mi existencia, aunque es comprensible, mi padre es famoso y yo no. Pero soy hija de dos y hermana de uno. Y pronto, puede que hijastra de otra famosa. Al parecer, Samanta (la madre de mi supuesto amigo que pasa de mí) ha terminado de escribir un buen libro que me dejó leer antes de que lo llevara a la editorial, era excelente.
<Trataba sobre extraterrestres, sobre dos que son muy distintos tanto mentalmente como físicamente que se conocen al quedar atrapados en un bar que se derrumbó y allí empiezan a aprender el idioma del otro hasta que se roban los corazones mutuamente.>

Explica a la perfección como se sienten, como si fuera ella misma la que experimenta esa historia de romance extraño.

Al cogerle de la mano, los músculos de todo su cuerpo se tensaron. ¿Eso se lo provocaba yo o era del susto?
Les pregunté sobre la ropa, al parecer a John le cae bastante bien mi mejor amigo, lo trata como a su propio hijo y le ha pedido que se quedara a dormir. Adak le explicó que no podía por las razones anteriormente dichas y mi padre decidió comprarle ropa nueva. Y eso era de lo que hablaban, Adak le agradecía de todo corazón lo que éste hacía por él.

Llegó la noche, solo habían dos habitaciones preparadas. Una en la que dormía John y otra la mía. Así que ¿Adivinen qué? Adak Brar durmió conmigo. Cómo somos casi hermanos, el señor Dumas no le dio importancia a la situación.
Adak se tumbó en la cama a esperar a que me duchara, así dormiríamos juntos.
Cerré la puerta del baño con pestillo. Al desnudarme me miré en el espejo.

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