21-Tras la noche pasan meses

15 4 0
                                    

Erika Stock

Después de media hora buscando le encontré en el baño del piso de arriba sentado en el suelo mientras miraba el techo.

-Al fin te encontré-. Me apoyé en el marco de la puerta por unos segundos para observarle. Caminé hasta arrodillarme delante suya después de cerrar la puerta con pestillo.

-Enhorabuena-. Me miró. -¿Qué quieres que te diga? ¿Que no me lo esperaba para nada?- Hablaba fuerte y me aterraba un poco. -Pues no es así. Antes o después pasaría, pero me da igual. No he sentido celos. Creo que me enamoré de ti por ser algo imposible. Pero... Ese sentimiento ya no está-. Se levantó del suelo y yo le seguí la acción. -Te dejo libre-. Me sorprendió, pero eso no me hizo feliz. Se marchó dejándome ahí, aunque supongo que era lo mejor. ¡Por favor! Si hace unos meses pensábamos que éramos hermanos. Cerró con un fuerte golpe y solo me quedé mirándome al espejo asqueada por quién soy. No quería verme, cogí el bote de jabón y rompí el espejo haciendo que todos los pedacitos de cristal cayeran por todo el baño.

Al salir ya era demasiado tarde y el cielo se estaba volviendo oscuro. Quedaban pocas personas, solo la familia donde también se encontraba Adak porque su madre sale con mi padre y Dylan porque también forma parte de todo. Me senté al lado de papá, quería estar lo más lejos posible de los dos chicos a los que he besado en el día de hoy. Me sentía terrible conmigo misma y creo que eso ya era suficiente. Necesitaba hablar con alguien y lo iba hacer, con mi mejor amiga. Pensaba volver al pueblo aunque me costara sobrevivir más por el echo de ser reconocida por la película. Tendría clases particulares durante medio año para terminar el último curso y luego seguiría con mi trabajo y mis sueños.
Ese era el plan...

Era la hora de marcharse y no estaba segura de querer moverme de allí. Sin toda esa gente sería un lugar tranquilo, para poder pensar. Era perfecto.

Salí del baño quedándome en el pasillo donde tropecé con Adak, en un principio no dijimos absolutamente nada y era comprensible después de todo.

-Me voy-. Fue lo primero que dije. -Algún sitio donde pueda trabajar mis canciones y a la vez terminar mi último curso con profesores particulares-. Especifiqué.

-Vale-. Contestó. Me resultó extraño.

-¿Solo eso?- Pregunté molesta.

-Ya sabes que te quiero y acepto cualquier decisión que tomes-. Respondió seriamente. -Pero cuando regreses a casa te seguiré esperando.

-No sé si eso será pronto-. Intentaba que se retractara de sus palabras.

-Igualmente ahí seguiré, por ti-. Acarició mi mejilla. -Lo sabes bien. Pero es tu momento y no voy a impedir que cumplas tu sueño-. No sabía cómo decirle que él formaba parte de ese sueño tan famoso que me llenaba la cabeza, él aparecía en cada rincón de mi cerebro como una plaga de insectos, solo que en este caso, tenerle no era malo. No sabía cómo decirle que se viniera conmigo y lo dejara todo, pero eso diría de mí que soy mala gente porque él me deja libre para vivir mi momento cuando yo debía hacer lo mismo con él, así que no dije nada. Me callé. Besé la comisura de sus labios y me despedí.

-Adios Adak-. Nuestros ojos conectaron justo en el momento que me apartaba de él.

-Adios Erika-. Terminó diciendo nada más me separé aún sin apartar la mirada. Empezó a caminar, se marchaba y por mi culpa.

Él sabía tanto como yo que las cosas serían muy distintas desde ahora, teniendo en cuenta que nuestros caminos se iban a separar en ese instante, que solo seriamos unos recuerdos en las memorias de dos amigos que se querían demasiado pero que no pudieron estar nunca juntos. Seríamos dos recuerdos que se cruzarían en un momento de la vida... Pero aún quedaba para eso. Mientras tanto, a seguir caminando, en este caso por el pasillo que le llevaría a la salida de la casa de los Hamptons.
Sabía dónde estaría todo el tiempo pero no estaba segura de poder ir a verle en algún momento, tenía que olvidarme de él y tenía que ser ya porque estaba segura que nadie espera tanto tiempo.
Además, allí tendrá a Marina que le podrá entretener... Obviamente estaba celosa, no se puede negar algo así si se nota a simple vista pero no podía hacer nada.

***

Estaba dispuesta a hacer todo lo que tenía planeado. Durante diez largos meses me mantuve en Los Hamptons estudiando, quedando con gente en la playa y teniendo días de vacaciones. Lo mejor de aquello fue conocer gente nueva y experimentar emociones por hacer viajes en mis descansos como ir a montañas o bosques viajando por todo el mundo.

De vez en cuando quedé con Dylan por las celebraciones que se hacían gracias a tanto público que obtuvo la película y no sé cómo hubo gente que se enteró que tenía Instagram, la única aplicación aparte de WhatsApp que tenía en mi teléfono, menos mal que solo mantenía mi nombre y solo habían tres fotos y dos de ellas con Adak. Le echaba de menos por eso entraba en mi cuenta que era pública y me quedaba mirando esas dos fotos que tanto me encantaban porque estábamos juntos, contentos y todo antes de que la vida se nos complicara tanto. Cada día observaba como más gente me daba a seguir hasta llegar a miles e incluso encontré hashtags con mi nombre y vídeos del concurso que gané gracias a Adak... Todo me recordaba a él.
Pero el tiempo pasó, pensaba más en mi misma. Me divertía, empezaba a olvidarlo después de haber pasado más de doce años con él, con esa amistad inseparable, irrompible.

Un día me encontré con Evan Craft en una fiesta de famosos que suelen organizar casi siempre, esa vez invitaron a personajes de unas cuantas películas y cantantes y allí lo vi a él. Nos quedamos hablando toda la noche y él me habló que pensaba hacer viajes para encontrarse a sí mismo y me quiso llevar con él así que acepté con gusto, era buena idea.

Viajamos primero a Guilin y el río Li, pasamos en barco por El laberinto cárstico. Fue emocionante y sorprendente, no puede apartar la mirada de aquel lugar.
Y terminamos por Fiordos, Noruega. Decidimos pasar unas semanas en el bosque, hubo noches que las pasamos fuera de las cabañas y dormimos en tiendas de campaña. Terminamos cansados pero valió la pena el esfuerzo.

Al terminar aprobé todo así que me gradué, mis tutores me enviaron el diploma de graduación y por fin ya estaba libre. Decidida para hacer lo que me encantaba en ese momento, viajar y hacer fotos. Ya tenía dieciocho cuando hice ya mi primer viaje y ese fue un regalo de Evan, a la vez un día antes de marcharnos papá llegó a la casa y me regaló una cámara de fotos profesional porque ya sabía que me iría con su amigo Craft.

Ya todo fue planeado, excepto una cosa... Que él y yo nos gustábamos, fue un pequeño cambio en nuestros viajes pero todo fue mejorando por momentos.
De esta relación no había mucho que contar, éramos una pareja normal que viajaba por todo el mundo haciendo fotos como recuerdo y disfrutando el momento. Después de mi graduación continuamos, él componía y yo también. Le acompañaba a sus conciertos y ante todos sus fans solo éramos dos amigos de viaje además de que subíamos fotos juntos en las redes pero nunca admitiendo nuestra relación como pareja.

No dejes de soñarOù les histoires vivent. Découvrez maintenant