11 - Evan Craft

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Erika Stock

El fin de semana pasó rápido, me divertí mucho y lo necesitaba. Despejarme de todo era como la pastilla que me tengo que tomar para no enfermar.
Al llegar a casa, me encontré con Adak que se relajaba en los escalones de la entrada, al menos intentaba relajarse ya que sabía que estaba nervioso al ver como movía sus dedos con las manos unidas.

-Hola-. Me coloqué delante de él y le saludé, provocando que levantara la cabeza ya que miraba el suelo. Me sonrió y se levantó del sitio para abrazarme.

-Lo siento-. No me soltaba pero no me negué a no tenerle así de cerca, así que no dije nada aunque me sintiera un poco incómoda. Me encantaban sus abrazos y no pensaba rechazarlos por una chica llamada Marina. Se apartó de mí y me obligó a sentarme donde anteriormente estaba él, para luego hacer lo mismo y colocarse a mi lado cogiéndome de la mano.

-¿Qué haces aquí?- Le miré a los ojos para que me respondiera con sinceridad.

-Es por Marina-. Separé nuestras manos. Ese era el tema del cual menos me apetecía hablar y menos con él. -Rompimos el viernes-. Levanté una ceja esperando respuestas. -Pasé por el baño de mujeres aún en el instituto y escuché lo que hablaban las que tú llamas chihuahuas-. Rió ante la última palabra que pronunció. -Al parecer Marina solo me quería para hacerte daño-. Se levantó del sitio pero sin apartar la mirada de la mía. -Dicen que te gusto ¿Te lo puedes creer?- Hablaba como si eso fuera un simple chiste al borde entre la gracia y el aburrimiento.

-Me lo puedo creer-. Molesta, apreté las manos contra mis piernas y forcé la mandíbula.

-Pensé que podríamos ir a dar una vuelta-. Acercó su mano para que la aceptara y me sonrió temiendo que lo rechazara.

-¿Qué, quieres que ahora te consuele?- Solté aire fuertemente como queja. Me levanté, cogí mis maletas que dejé en el suelo y entré en casa sin dar media vuelta. Sabía que si lo hacía me arrastraría a él como si fueran nubes bañadas en chocolate. Indignada cerré la puerta de golpe.

Al salir de clases, un coche blindado me esperaba en la puerta del edificio. Al entrar, saludé a mi padre que pensaba llevarme a New York, exactamente a un bar privado donde me contaría una bonita historia de amor.
Al llegar allí, me di cuenta que era más que un bar, allí descubrió a un cantante llamado Evan Craft el cual hicieron buenas migas aunque este tuviese 28 años y mi padre le doblara la edad.
Me habló sobre que le ayudó a Samanta, la madre de Adak, a terminar su libro y que desde ese momento empezaron a sentir algo y tuvieron varias citas hasta ese momento, donde mantienen una relación como pareja normal.

-Enhorabuena-. Besé su mejilla. Desde que mis padres se divorciaron, él no volvió a ser el mismo hasta que se convirtió en un buen amigo de Samanta, que hasta entonces no había ocurrido nada así. Me alegraba por ellos. -Celebrémoslo-. Le pedí sonriéndole y rogando para que me dejara. Tardó en responder pero aceptó la invitación solo si yo pagaba como una adulta responsable. Acepté. Pedimos un par de copas de champagne aunque eso no se llevara en ese lugar.

-Felicidades-. Chocamos copas, era mi santo así que era otro motivo por el que festejar. Nos quedamos hablando durante una hora, tenía que ir ya a casa, al día siguiente tenía clases y no podía perdérmelas y menos aún en el último mes.

Al llegar al instituto la gente me observaba y no entendía porque. Desde que Adak me abandonó me aparté de la gente, ya no quería saber nada de nadie exceptuando de Kara. Llegué casi corriendo a su taquilla rezando para que estuviera y me explicara porque la gente se comportaba tan raro. Me sentía tan nerviosa que mi cuerpo temblaba.
Al verla, noté que no apartaba la mirada de la pantalla de su móvil y menos aún pestañeaba. Se lo quité de las manos y observé detenidamente lo que se encontraba ante mí, me paralicé al instante.

Un paparazzi se coló en el bar y nos sacó fotos a mi padre y a mí. Chocando copas o abrazados o yo besando su mejilla. Me encontraba revisando la web de New York. Las publicaciones ya la habían visto millones de personas y eso que aún era por la mañana.
Al parecer, decían: «Nos ha impresionado como ha cambiado John Dumas de su exmujer a una más pequeña ¿Es que ahora las prefiere jovencitas? Deben de llevar tiempo juntos, ya que hace semanas se le descubrió a la misma joven entrando en la casa de éste con sus propias llaves. ¿Que piensan? Dejen sus comentarios aquí debajo.»

-¿Cómo?- Me tapé la boca de inmediato, casi grité esas palabras. Kara se reía de mí. -Le están llamando pederasta.
Inmediatamente llamé a mi padre, temiendo que ocurriera algo malo solo por las publicaciones malintencionadas. Claaro, no podían pensar que somos amigos o familiares, bueno, lo segundo no porque me mantienen oculta, pero este era un motivo por el que salir a la luz ¿no?

Mantuvimos una larga y extensa charla casi matándonos a palabras mutuamente. Me encontraba en la puerta de entrada, donde no quedaba nadie porque entraron en clases y lo prefería, así podía gritarle y que nadie me mirase raro, como si estuviera loca.

Quería que durante el año que me quedaba de clases siguieran pensando que tuvimos algo a que dijera que soy su hija, porque habría una polémica impactante ante la noticia del año. "Una hija de Lily Stock y John Dumas aparece de la nada".

Al llegar a casa noté algo extraño en el ambiente, había una reunión familiar más Evan Craft y otro hombre con cámara de televisión. Estaba deseando saber que pasaba.

-¿Qué ocurre aquí?- Pregunté. De repente todos se callaron y era extraño ya que siempre pasaban de mí. El Dumas junior caminó a paso acelerado hacia mí y me abrazó sin antes gritar mi nombre.

-Tú asiente y calla-. Me ordenó, hablaba en serio y me asusté ya que siempre se hacía el gracioso. Dejé el bolso en el sofá y caminé hasta el grupo que se mantenía casi en un círculo. Al llegar allí Evan me cogió de la mano y me asusté. Miré a Lily que intentaba tranquilizarme con su mirada. Respiré hondo y acepté la mano del cantante que se encontraba a mi derecha.

-Entonces ¿Lo que me están diciendo es que John y Erika son amigos que se han conocido gracias a Evan Craft que es la pareja de ésta?- Terminó diciendo la mujer que acompañaba al cámara hablando con el micrófono delante de su boca.

-Exacto-. Respondió mi madre soltando el aire, le costaba mentir cuando se ponía nerviosa y este era uno de esos casos. La mujer levantó una ceja sin creerse una sola palabra. Le solté la mano a Evan y la subí hasta su hombro zurdo. Hice fuerza para que se agachase y pasé mis manos por la nuca de este para luego besarle. Mientras que mi mano diestra bajaba de su cuello hasta su brazo para que me rodeara. Con mis movimientos le pedí que siguiera un poco más solo para que la mujer que parecía amargada se lo creyera. Y funcionó, incluso la cámara grabó el espectáculo que dimos que más tarde ya estaba subido en la web oficial de New York y en las noticias de televisión.

Al parecer Evan Craft aceptó hacer esto porque le debía un gran favor a mi padre y él, gustosamente, le quiso ayudar.

No dejes de soñarTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang