♠Capítulo 2♠

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BaekHyun caminaba por los pasillos de la universidad con paso tranquilo y pausado. Había terminado de darle clases al último grupo de estudiantes del día, así que ahora podía ir a la cafetería sin ningún tipo de apuro y beberse un café junto a los colegas que preferían descansar un momento antes de irse a sus casas.

Sonrió con amabilidad a un grupo de señoritas que agitaron sus manos en despedida y meneó la cabeza negativamente, aunque divertido, cuando el corrillo soltó risitas risueñas y extasiadas por su sonrisa. BaekHyun estaba al tanto de que era algo así como popular entre las chicas y algunos chicos en la universidad, pero no era algo que le sorprendiese o exaltase. Había vivido dando clases por cuarenta años y este tipo de reacciones vivían con él desde entonces, así que ya no era algo que lo incomodara ni avergonzara, ya estaba bastante acostumbrado a ello.

Alzó la mano como saludo a su amigo Mark, el otro profesor de arte, aunque humano, y juntos fueron hasta la cafetería sin mencionar nada. Mark parecía bastante estresado, y no lo culpaba, ser profesor no era algo fácil, habían chicos bastante irritantes que podían acabar con la paciencia de cualquier hombre. BaekHyun pensaba que sin su don omega que le permitía controlar el estado anímico de la gente se volvería loco con los desastrosos alumnos que querían hacerse los graciosos en sus clases, Mark, con diecisiete años trabajando como un simple humano, era todo un héroe para él.

−¿Se te antoja un café, Mark? Te regalo el que quieras −le dijo con una sonrisa tranquilizadora y el hombre soltó un suspiro agotado.

−Espero que no te arrepientas por eso, hyung. Necesito un litro de americano para volver a ser yo mismo.

BaekHyun rió brevemente y luego negó con la cabeza, dejando una mano en el hombro del hombre menor por algunos segundos.

−Aunque te invito a cualquier café que desees no pienses que tomarás esa cantidad. Mucha cafeína en el organismo humano hace daño, y yo no quiero que mi pequeño dongsaeng se enferme.

Mark soltó una risita por un momento y luego negó con la cabeza. Lo miró de reojo con una sonrisa floja en los labios y ambos cruzaron en una esquina para seguir caminando por otro pasillo.

−Es increíble que tengas sesenta y ocho años y aún parezcas un jovencito de diecinueve, mientras que yo tengo cuarenta y nueve y ya tengo el cabello casi completamente blanco, y sin hablar de las arrugas. Ays, a veces yo también quisiera ser un cambiaformas.

BaekHyun sonrió con algo de pena y bajó la mirada al suelo.

−Bueno, Mark, ser un cambiaformas no es siempre lo mejor. Hay días en los que me dejo embriagar por mis pensamientos y llego a la conclusión de que yo hubiera dado cualquier cosa por ser un humano normal y corriente, justo como tú.

Ante sus palabras el menor de ambos profesores miró al mayor con sorpresa y perplejidad y BaekHyun le dio una sonrisa dulce, aunque pequeña.

−¿Por qué desearías algo así, hyung? Ser humano es mas complicado y achacoso de lo que te puedes imaginar. Vivimos por un tiempo demasiado corto, lo cual apenas nos deja ver un grano de vida y cosas maravillosas del mundo, sufrimos de dolores corporales y muchos mueren de enfermedades mortales, además, nosotros no hallamos bendiciones como lo son las almas gemelas y la mayoría de las veces sufrimos por infidelidades o porque vivimos en medio de una relación insatisfactoria, ¿qué puedes ver de atractivo en eso?.

BaekHyun lo dejó hablar, sin atreverse a interrumpir en ningún momento su opinión, y cuando hubo terminado su sonrisa se amplió y miró a su dongsaeng con un brillo cariñoso bailando en sus orbes azules.

Salvándote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora