capítulo 6

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Las siguientes semanas previas a su primer show fueron agitadas e intensas. No había mucho tiempo para cosas personales, pero Alfred y Arthur todavía encontraban momentos en los que podían reunirse, a altas horas de la noche y divertirse un poco. Algunas veces eran rápidos y furiosos, y otras veces su amor era tierno y romántico. Ambos disfrutaron de cualquier manera. Trabajaron muy duro para mantener las cosas en secreto, y hasta ahora, nadie les había dicho nada a ninguno de ellos sobre la situación.

Arthur todavía se mantuvo nervioso, sin embargo. Estaba convencido de que su suerte no duraría. Había un accesorio de vestuario especialmente lleno de acontecimientos, donde el diseñador casi se les acercaba en un tórrido abrazo. Lograron separarse lo más rápido posible y explicar la situación, pero Arthur insistió en que, a partir de ese momento, traten de mantener su distancia en público.

Arthur se puso los ajustados pantalones de cuero en su vestidor y se miró en el espejo. Los pantalones hicieron que sus piernas se vieran más largas y se ataron a la entrepierna que él encontró muy sexy. No podía esperar a ver qué pensaba Alfred de su atuendo. Terminó de vestirse y decidió buscar una botella de agua en la sala verde antes de que comenzara el espectáculo. Aún les quedaba una hora hasta el acto de apertura. Un grupo de chicas que también estaba en ascenso estaba actuando ahora. Podía escuchar los gritos de la audiencia a través de las paredes.

Bajando por el pasillo poco iluminado hacia el área de espera, pasó los dedos por la pared mientras caminaba. De repente, sintió los ojos en él y miró hacia arriba. Alfred estaba parado allí mirándolo, con la boca abierta. El estadounidense obviamente había salido de su propio camerino y estaba cerrando la puerta detrás de él.

-Wow, Artie- suspiró Alfred. 
-Simplemente guau.

-Te ves bastante bien, Jones- reconoció Arthur. Alfred se veía increíble. Su camisa era el color de sus ojos e hizo que su piel se viera aún más suave y bronceada más de lo normal. Arthur sintió que su aliento quedaba atrapado en su garganta.

Se miraron por un momento, simplemente observando la vista y admirando lo bien que se veía el otro. Alfred dio un paso hacia él y Arthur le correspondió. Quería sentir sus dedos en el cabello de Alfred y aunque era peligroso, parecía que no podía detenerse. Se encontraron en un beso feroz, Arthur tirando a Alfred hacia él. Segundos después, se separaron y cada uno de ellos escudriñó el pasillo desierto para asegurarse de que estaban solos.

-Ven conmigo- dijo Alfred. Agarró la mano de Arthur y lo tiró por el pasillo.

-¿A dónde me llevas?- Arthur preguntó mientras lo arrastraban detrás de su amante.

-Aquí- Alfred abrió una puerta unos pasos más abajo de donde estaban parados. Era un armario de escobas.

-¿Quieres que entre allí?- Arthur miró a Alfred a los ojos.

-Nadie nos buscará aquí- Alfred tiró de la mano de Arthur.

Poniendo los ojos en blanco, el inglés obedeció y entró en el pequeño y oscuro armario. Tan pronto como la puerta se cerró detrás de ellos, sellándolos en la oscuridad, Arthur sintió las manos de Alfred sobre él y dejó escapar un gemido.

Alfred lo apoyó contra la pared y pasó las manos por los costados de Arthur. Se sintió increíble ser tocado por un hombre tan atractivo. Arthur no pudo obtener suficiente. Se besaron profundamente y todos los pensamientos de ser atrapados volaron de la mente de Arthur. Él ansiaba a Alfred. Necesitaba el toque del otro hombre como necesitaba aire.

-Estos pantalones te hacen ver tan sexy- susurró Alfred en su oído antes de chupar el lóbulo. -Quiero quitártelos de ti.

-Entonces hazlo- desafió Arthur.

Doing it in secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora