Se posiciono encima de mí y comenzó a besar mi cuello, las sensaciones eran desconcertantes. Jamás me había tocado así, jamás había sentido algo parecido.
Un cosquilleo me recorrió entera, me quede tiesa, no sabía a donde llevar las manos, si recostarme más, besarlo a él, tocarlo... No sabía.
Con las manos temblorosas, y a decir verdad; acelerada, lo tome de los hombros y lo atraje hacia mí en un impulso bastante fuerte.
Su respuesta fue soltar una risita y mirarme a los ojos.
-Hey, tranquila, solo relájate y déjate llevar.
Bien, _____, no seas estúpida y tranquilízate. Me repetía mentalmente.
Solté el cuerpo y me deje llevar.
Lo besé, lo bese con un roce de labios casi imperceptible.
Él se abrió paso en mi boca e introdujo su lengua, saboreando cada centímetro de ella, mientras sus manos recorrían hábilmente mi cuerpo.
Ya no era yo la que estaba ahí recostada, era otra _____ que estaba saliendo a la vista, otra _____ a la que le encantaba lo que estaba sintiendo.
Él tenía una de sus rodillas entre mis piernas... en un movimiento repentino yo estaba alzando las caderas, haciendo que nuestros cuerpos se frotaran.
Dejamos de besarlos, nos miramos cómplices, ambos con la respiración agitada, mientras nos llenábamos cada vez más de deseo.
Desabrocho mi sudadera y fue deslizándola poco a poco.
De nuevo alcance su rostro y lo bese, jugamos con nuestras leguas por unos minutos, nuestras respiraciones se escuchaban cada vez más, pequeños gemidos que no podía controlar salieron de mi boca y ya comenzaba a temblar.
Quite su chaqueta en un sutil movimiento mientras seguíamos con esas miradas que lo decían todo: Estábamos disfrutando.
Después fui desabrochándole la camisa, botón a botón, haciendo la espera cada vez más desesperante.
James iba acelerando sus caricias, pasaba sus manos suavemente por todo mi cuerpo, por lugares que nunca nadie había tocado, se tornaba rudo.
Me quedaba claro que tenía bastante experiencia.
Puso ambas manos sobre mi abdomen y recorrió mi blusa hacia arriba, pasó por mis pechos y luego se deshizo de ella.
Termine de quitarle la camisa y acaricie su bien formado abdomen, era un sueño, era el sueño de hombre que todas en algún momento deseamos tener.
Comenzó a desabrochar mi pantalón y por debajo yo me deshacía de mis botas.
Hizo un recorrido de besos desde mi boca hasta la cadera, esto cada vez me hacía temblar más, hundí mis dedos entre su cabello mientras él seguía.
Casi me da un infarto cuando sospeche a donde llegaría, pero solo se detuvo a desabrochar mi pantalón.
Así, en un suave movimiento lo deslizo por mis piernas en el último instante yo me encargue de quitármelo.
Mis movimientos resultaban tan torpes que el quito por su propia cuenta el suyo.
Se recostó un poco sobre mí y susurro.
-Te hare... sentir lo que... nadie ha hecho- su voz se entre cortaba por la adrenalina y lo acelerado que estaba.
Ambos estábamos ya en ropa interior.
Quito mi sostén y dio húmedos besos en mis pechos, jadeante.
Ya no estaba pensando en nada mas, estaba deseando lo mismo que él, los dos queríamos entregarnos sin pudor alguno... queríamos dejar huella el uno al otro.
