Capítulo 2.
Damien era un chico de Universidad que siempre me había gustado, pero tenía novia y nunca estaba solo.
Y como ____ no tenía voz pues prácticamente no existía para el… y por eso una de las palabras que más me hicieron daño de Jessy fueron que Damien nunca se fijaría en mí.
Dolorosamente cierto.
Las 7:03 a.m. y yo seguía como rata llorando en el baño, me levante y seque mis lágrimas, por suerte no me quedaron ojos de mapache… una de las ventajas de no usar maquillaje.
Salí del baño y me dirigí a mi aula, la profesora de historia ya estaba ahí y no me quedaba otra más que tocar la puerta.
Me abrió.
-¿Puedo pasar Profesora?-agache la cabeza
-5 minutos tarde señorita Zierold, 2 retardos más y no vuelve a entrar a mi clase. ¿Entendido?
-Si Profesora.
Por fin se quitó de la puerta y me dejo pasar, esta vez no me senté con mis “amigas” y como era de esperarse las 3 me miraron haciéndose las extrañadas porque me iba a otro lugar. Durante toda la clase me la pase haciendo garabatos tontos en mi cuaderno, obviamente no preste atención a todo lo que hablaba la maestra, no me interesaba en estos momentos, solo quería salir corriendo de ahí, gritar y llorar…
Así estuve las 4 primeras horas antes del descanso, estaba encerrada en mi mundo, sin escuchar a nadie…
Sonó el timbre de salida, todos se alborotaron y salieron corriendo, yo estaba acostada en mi pupitre con la cabeza cubierta.
Escuche pasos, seguramente eran ellas, mis grandiosas y siempre amables amigas.
-____ conmigo no te enojes, yo no dije nada, me molesto que Jessy te hablara así, pero sabes que tiene algo de razón…
Interrumpí a Amaia antes de que siguiera hablando, sabía lo que venía:
“Eres una amargada, sonríe, siempre estas enojada…..bla, bla, bla”
Sabía que sus palabras me harían daño, así que decidí hablar…
-Entonces si tu amiga Jessy tiene razón, hagan una tregua contra mí, me vale un carajo lo que piensen de mí, ya basta de estar criticando todo lo que hago, yo no vivo en un mundo de fantasía como ustedes, así soy yo, déjenme en paz- Me levante y Salí del salón dejándolas paradas ahí.
Salí a caminar, a comer un poco y a quitarme todos los pensamientos que traía encima.
Volvía a mi estado natural, a la soledad, sin novio, sin amigas, sin padres… así como siempre.
Termino el descanso, pasaron mis últimas horas de clase, por fin la hora de salir!
-Hey!-Alguien me tocaba el hombro.
-Logan, Hola- Sonreí amablemente-¿Qué pasa?
-Ah, quería decirte que estás invitada a la fiesta que hare este fin en mi casa.
-Fiesta, emmh pues gracias por molestarte y tomarte el tiempo para invitarme, pero no creo ir.
-Pero ¿Por qué? Irán tus amigas y estará genial.
-Pues veras, esas- las señale ya que estaban mirando como hablaba con Logan-Ya no son mis amigas, ahora tengo que irme, Y Gracias.
Salí algo apenada, fui grosera con él, pero ¿A qué iba?, ¿A ser mirada como bicho raro?, pues no, no me apetecía ir.
