- ¿Cómo estas? - preguntó la rubia de ojos azules a través de la pantalla
- ¿cómo estas tu? - preguntó Alba
- Pues aquí, todo tranquilo, ya lo sabes, nunca pasa nada - rio Marina - pero cuéntame tu
- Pues hoy he tenido mi primer día de clase
- ¿y cómo va eso?
- Muy bien la verdad, más fácil de lo que yo pensaba
- Menos mal, si no a mama le puede dar un pasmo
- Ya jajaja - rio la valenciana
- Bueno ¿y de amores? - sonrió la joven de 17 años
- Anda la otra - contestó Alba
- ¿nada? ¿de nada?
- No Marina, todos estáis igual
- Espera, espera, si todos estamos igual, entonces hay motivos por los que preguntar - razonó Marina - ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿tienes foto?
- No pesada
- ¿y te gusta? - insistió la rubia - Alba dime la verdad
- Solo somos amigas
- Ahhh amigas - sonrió Marina - ¿y sabemos si le gustan las chicas también?
- Tiene novio
- Eso no cancela mi pregunta
- ¡Marina! - rio Alba - no lo sé, no sé qué le gusta
- Reche, ¿has visto mi... - entró Natalia de golpe en la habitación - ay perdón - dijo al darse cuenta de la llamada
- una visita - dijo Marina - hola
- hola - sonrió la navarra acercándose al móvil
- soy Marina, la hermana de Alba - se presento la joven
- Natalia - contestó la castaña - bueno, os dejo hablar tranquilas - dijo Natalia levantándose y cerrando la puerta
- ¿Reche? - preguntó Marina
- Por favor
- Primero, es guapísima - comenzó la rubia - segundo, hetero, hetero no es y tercero, te mola mucho Alba
- Que dices - contestó la valenciana mientras se ponía como un tomate
- Bueno, lo que tú digas, ¿esta María? Pásamela - preguntó Marina
- Está con Natalia - contestó Alba
- Entonces pásame a las dos - sonrió Marina
- Como sigas así te cuelgo Marina, te lo juro
- Vale, vale, pero dile que mañana la llamo
- Yo se lo digo - contestó Alba
- Bueno Alba, te dejo ya, necesito hacer deberes
- Vale - contestó la valenciana - adiós Marina
- Adios Alba, como no me vayas informando de la situación con Natalia me voy a ver obligada a recurrir a María
- Que sí pesada
- Te quiero
- Yo también
- Adiós
- Hablamos mañana enana - dijo Alba antes de colgar la llamada
.................................
- Ya lo sé tía, es un puto pivón - dijo María
- ¿Quién? - pregunto Alba desde el último tramo de escaleras
- Tu hermana - contestó la madrileña
- Ya - asumió la valenciana
- Las dos lo sois - dijo Natalia acercándose a darle un beso a Alba
- ¿si son pivones ellas a ti como te llamamos modelo? ¿pivón al cuadrado? - preguntó la madrileña
- Que va, Alba es la guapa, yo soy la fea - contestó la navarra
- Que te jodan, sinceramente, no voy a contestarte a semejante estupidez - intervino Alba - ¿alguien quiere algo de cenar? - preguntó desde la puerta de la cocina
- ¿no esperamos al resto? - preguntó María
- Mira lo que acaba de mandar África - dijo Alba enseñándole el móvil
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- Perfecto, ¿Quién quiere pizza? - sugirió María
- Por mi perfecto - contestó la navarra sentándose de nuevo en el sofá
- Por mí también - añadió Alba - ven Nat - pidió la valenciana haciéndole un hueco
- Ven tu bollo drama
- Pues muévete
- Ven, encima - contestó la castaña
- Bueno, emm... yo ya me voy, si necesitáis algo estoy en mi cuarto - bromeó María
- Tu puedes venir también - la incluyó Alba
- No, tu tranquila, yo soy muy feliz con el sofá para mi sola - rio la madrileña - bueno, ¿Qué me contáis?
- ¿Qué nos cuentas tu? - preguntó Natalia
- Pablo a lo mejor viene en semana santa - se emocionó María
- ¡¿enserio?! - se emocionó la valenciana - bua que bien tía, hace mucho que no le veo
- ¿y Marina? ¿Cuándo la vas a traer? - preguntó la madrileña
- Cuando mis padres le paguen el billete - rio la rubia
- Alba tronca, haz algo ¿no? Es tu hermana - bromeó la madrileña
- Pues también es verdad - sonrió Alba
- ¿y tú como vas con tema novio? - le preguntó María a la navarra
- No sé qué hacer - se sinceró Natalia
- Tía, si no está bien la cosa, corta el tema cuanto antes
- Es que quiero hacerlo cara a cara - dijo la navarra
- Ya tía, pero ¿vas a esperar seis meses de verdad? ¿vas a seguir con esto tanto tiempo? Sinceramente, no se lo merece ninguno de los dos - añadió la madrileña
- Lo peor de todo es que tienes razón - se frustró la castaña oscura
- Además, aquí no hay gente fea, no es por nada - sonrió María
