V

493 31 2
                                    

[Love in "The fluffy caniches"]

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

Victor cada fin de semana se dirigía a una cafetería de caniches que quedaba cerca de su departamento con el lindo nombre de "The fluffy caniches, Coffee-shop", debido a su trabajo tuvo que mudarse a Tokio, Japón para poder continuar en él y aunque no entendía mucho el idioma siempre le gustaba conocer una cultura nueva, después de todo viviría algunos años en ese lugar para después mudarse a algún otro lugar que lo necesitara.

Makkachin, su gran amigo canino siempre lo acompañaba a este lugar que, aunque fuera de la misma raza, estaba permitido traer a los canes que estuvieran adiestrados para así no causar disturbios en el local y que todos pudieran llevarse bien.

Y aunque Victor entro por casualidad a esa pequeña cafetería había algo que desde ese instante lo hizo volver cada fin de semana. Un dulce japonés que lo recibió con gran amabilidad, una cálida sonrisa, el rostro angelical, un precioso color vino y por supuesto los postres que le sugería hechos por él mismo, con esas hermosas manos que Victor juraba ser la primera vez que alguien cuidara tanto su aspecto. Cada que iba de visita al establecimiento era atendido por el japonés por el cual, después de varias visitas Victor se atrevió a preguntarle su nombre el cual fue el más bonito que pudo escuchar con ese bonito acento japonés, Yuuri.

Yuuri tenía un caniche pequeño el cual tenía por nombre Vichan, una linda coincidencia porque el mayor se llamaba Victor, lo cual hizo reír a ambos. Desde que Victor supo que podía llevar a su propio can decidió hacerlo y desde ese momento, Makkachin y Vichan se llevaron de maravilla. Desde entonces Victor tenía la pequeña duda de que si aquel japonés tan lindo le gustaría "llevar a pasear" a los canes y así poder pasar más tiempo del que tenía permitido.

A Victor le gustaba mucho Yuuri, incluso verlo desde la distancia atender a otros clientes y el cómo sus dulces mejillas se teñían de un rojo bermellón al olvidar algo o cometer un insignificante accidente hacía que su corazón tuviera una palpitación diferente. Sentía florecer más los sentimientos en su corazón con cualquier cosa banal que le dijera el japonés.

Ese día lo tenía decidido, iría de nueva cuenta con un atuendo formal-casual para proponerle una cita, con una linda rosa azul, con adornos de lilas purpúreas y lavanda. Si bien Victor tuvo que investigar mucho los últimos días que flores sería la decisión adecuada para regalarle al chico, pudo llegar a la elección perfecta debido que así, Yuuri se daría cuenta de sus sentimientos e intenciones con el simple hecho de regalarle el pequeño ramo, ya que anteriores días el mismo le había comentado que era fanático del lenguaje floral.

Después de comprarla la guardo en su saco para así esperar el momento indicado en entregársela. Victor, al llegar al establecimiento dejo pasar a su amigo canino para después pasar él e irse a sentar al lugar que frecuentaba, lo que ignoraba Victor es que Yuuri y su gran amigo Pitchit lo habían visto caminar en su dirección desde el gran ventanal llamativo del local, lo cual puso más nervioso a Yuuri al ver que el ruso llegaría con un atuendo que lo hacía ver bastante atractivo.

Pitchit siempre lo animaba a que solo el japonés atendiera a Victor, desde que Yuuri le comentó todas las maravillas que había platicado con el ruso, Pitchit supo que eso no debía llegar a una simple amistad, sabía que podía pasar a algo más y estaba dispuesto a ayudar para poder hacer que surja el amor entre ellos.

Pitchit le entrego la carta de postres y cafés para así poder empujar a Yuuri fuera de la cocina para que se dirigiera al ruso. El nipón respiro profundamente para tranquilizarse y dirigirse a Victor para así poder tomar su orden.

- H-hola, Victor.

- Hola, Yuuri, que gusto poder verte de nuevo. - Victor hizo el ademán para que tomara asiento, el cual Yuuri rechazó sin importancia.

One-shots || VictuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora