After High School[AU][YUUVIC][OMEGAVERSE]

Capítulo 4: Todos los santos sobre mí.

Anata marude komorebi no you ni

Watashi ni ikiru kibou kureta shiawase ga waratta

Kioku no naka no nukumori mune ni

Nani yori mo tsuyoi kizuna wo kanjite iru wa

Watashi ga watashi rashiku irareru no wa anata ga iru kara

Anata wo ai shite umareta uta wo utaou

Watashi no ai no akashi ni

Shinjite doko made mo todoke watashi no omoi

Anata ga ikite iru koto ga shinjitsu

Itooshikute ureshikute kanashikute setsunakute

Kuyashikute modokashikute... ai no MELODY

Después de ese hermoso día juntos, Victor cerró los ojos cuando Yuuri le empezó a cantar con esa suave y hermosa voz en japonés, haciendo que el celo de Victor se apaciguase de forma impresionante.

Sin duda eso sí que era extraño puesto que lo normal del celo y el dolor, era que se quitara teniendo relaciones como la gran mayoría, esto sin duda hacía más especial a Yuuri.

Sin embargo, Victor como omega responde bien ante cualquier estímulo de amor siempre y cuando se sienta lo suficientemente protegido por su alfa, se suele aquietar durante esos días donde recibe gestos de cariño y atención.

Atención que obtenía de esa voz que lo sosegaba y no le ordenaba nada como lo haría otro alfa, era esa voz que en vez de dar órdenes llevaba mensajes al corazón de su omega con mucho amor, era esa jodida voz que enamoraba de solo oírla afinar de forma perfecta con el aire...

Aquella melodía que se movía al son del viento emocionó a Victor, quien pensó que Yuuri era perfecto entonando esa voz tan dulce, tan suave y superflua...

Llegué al colegio buscando el amor de mi vida,

Vine buscando el oro para mi alma en manos del destino,

Donde te encontré a ti la primera vez que te vi, mi oro...

Victor casi dormido y con una sonrisa casi que podía oír los pensamientos de su alfa hablándole.

Victor viajó a ese dulce momento donde sus miradas se encontraron entre un mar de personas desconocidas dentro de ASOM hace dos años, y simplemente fue un instante mágico. A pesar de que nunca se atrevieron a acercarse, sabía que existía algo que había abierto las puertas de su corazón con esos bellos ojos marrones...

Cuando el amor vive simplemente se alza pujante

Justo donde yo te vi y te sentí, aunque huías de mí

Me mantuve allí, esperando a que dijeras algo

Desde ese momento Victor supo que su amor por Yuuri nació y creció poco a poco sin darse cuenta que las estrellas se alinearon aquella vez y le sonrieron. Cuando ya quiso abrir los ojos para encontrarse con la realidad, Victor ya había puesto su vista sobre ese alfa exótico y se había enamorado sin miedo alguno de él.