Tras ser despedido por un boicot, Kim SeokJin deberá enfrentarse a un problema aún mayor cuando un virus ataque al personal de su edificio, haciendo que todos actúen bajo sus impulsos más salvajes.
A su lado estará una persona con razones de sobra p...
SeokJin se acomodó la manga derecha de la camisa, mientras analizaba la prenda con sentimientos encontrados. Lee había escogido algo de muy buen gusto, pero en sus arranques por complacerlo nunca escatimaba en el impacto que tendría para su billetera. Como fuere, debía estar mejor de lo que pensó al alistarse en el baño, porque YoungMi seguía mirándolo sin pensar en el espectáculo visual que le estaba dando con sus facciones medio abiertas y sin pizca de vergüenza.
El castaño carraspeó y la secretaria continuó su relato: —Bueno, estaba cubriendo a MinSung en el evento de la penthouse, porque no se sentía bien... —La mujer se puso notoriamente incómoda ante lo que venía — ...Y estoy segura de haber escuchado al jefe hablar con JiMin sobre cómo jodiste el caso de Cider Corp.
Kim, quien procedía a beberse su café, paró en seco sin creer una mierda de lo que estaba escuchando.
—¿Qué estás diciendo? No trabajo para Cider Corp, ese es cliente de Park.
YoungMi no supo qué más agregar, su expresión reflejaba un auténtico temor. En los meses anteriores, más de una cabeza rodó de forma injusta. Los escritorios se vaciaban sin pena ni gloria, así como empleados que dejaron todo por CheonWoo & Seo Consulting se esfumaban sin previo aviso.
Carajo.
La noticia hizo que Jin tuviera un escalofrío desagradable. Casi podía sentir sus latidos martillarle los oídos por la impotencia. Antes de salir de la habitación hizo una pequeña reverencia a la subordinada y caminó lo más rápido que pudo al ascensor. Jamás aceptaría un boicot como este. Cada trabajo que se le había encomendado había obtenido los mejores resultados. Lo mismo ocurría con todos los trapos sucios que tuvo que esconder de la compañía. ¿Cómo NamJoon pasaba todo eso por alto? Qué estupido.
En paralelo a su carrera hacia el último piso, el ID-7 se esparcía frenéticamente. Teclados, contacto. Baños, infección. Móviles, contacto. Comida, infección. Cada rincón se colmó del patógeno que pondría pies arriba todo el edificio. Bastarían unos minutos para que los efectos comenzaran a generarse.
—¿Cómo puedo ayudarlo? —Ofreció la voz al otro lado del ascensor. Para movilizarse en las plantas superiores, había que pasar por el control de la Central.
—Soy Kim SeokJin. Necesito un código de acceso para el octavo piso.
—¿Para ver a quién, señor Kim?
—Park JiMin, director de operaciones.
「Su código es 5, gato 4, 1, 4, estrella」
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—Ssssh, para. Si dices una palabra más, me aseguraré de que vuelvas a trabajar en sitios porno antes del almuerzo.
