SIETE HORAS

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NamJoon lanzó todo lo que encontró sobre su escritorio de un manotazo. Esperando una confirmación bastante obvia, reiteró su pesar con una expresión aberrante hacia la secretaria: —¿Cómo dices?

—Kim SeokJin logró llamar al CEO de Cider Corp y quieren que se una a ellos.

Poco faltó para que el jefe de CW&S Consulting se rompiera las manos estrellándolas contra toda superficie que cruzó su camino. Las figuras de cerámica de las que se pavoneaba con cada invitado en su oficina (y las cuales hacía limpiar dos veces al día) se desperdigaban por el piso, la mesa y parte de su sillón. Su traje también estaba cubierto de restos de papel, polvo de los adornos y manchas de sangre provenientes de una herida que se hizo en el cuello sin cuidado.

Su aspecto era tan trastornado y poco fiable que tuvo que recurrir a JiMin, quien le asistió para que se presentara de punta en blanco junto al comité unos minutos más tarde. Todos tenían los ojos fijos en la transmisión de video en vivo, el mismo espacio que ocupó anteriormente la científica del equipo de cuarentena.

—Disculpa la demora, Choi. Te escucho —fingió una sonrisa.

—Me alegra que hagas acto de presencia, Kim. Ha pasado un tiempo desde el paseo en familia —sentenció el holograma de un hombre que se demostraba sorprendentemente tranquilo tras recibir la noticia de una estafa. —Uno de tus abogados se tomó la molestia de hablarme.

NamJoon sentía cómo su labio superior adoptaba un tic de estrés, sin embargo, se mantuvo rígido en su lugar. Apretó tanto los puños que sus nudillos se tornaron blancos por la falta de circulación.

Con ironía en su voz, el cliente retomó: —¿Sigues ahí, SeokJin?

—Sí, señor. A su plena disposición.

—Bien. Quiero que escuches conmigo cuando NamJoon nos recuerde por qué trabajo con CW&S Consulting.

El aludido se levantó de su asiento en la cabecera —Es una locura el rubro, Choi. Necesitas nuestra guía, nuestra defensa. Mejor que nadie resguardaremos tus intereses...

—¿Me lo aseguras? —Interrumpió el ejecutivo.

—Por supuesto, Choi.

Jin luchó por reprimir su risa insidiosa al otro lado de la línea, regañado por JungKook quien le dio un codazo en las costillas para que guardara la compostura. El menor estaba pegado al dorso del teléfono para escuchar parte de lo que se discutía.

—Bueno, me causan inquietud ciertos arreglos tuyos.

—Nuestros clientes son lo primero para nosotros, ¿no hemos colaborado durante años?

—No me malinterpretes, NamJoon —Choi paró el sentimentalismo barato al que seguramente llegaría el diálogo —, pero hay cierto documento que podría sugerir todo lo contrario. SeokJin amablemente me indicó la referencia y mandé a mi asistente a cavar un poco.

—Un informe que hizo CW&S Consulting para Cider Corp, señor. Habla sobre lo conveniente de presentar una demanda multimillonaria en contra de un ex-asociado de Cider —complementó Jin.

—¿Recuerdas ese informe, NamJoon? —Insistió el CEO.

—No.

—Debo admitir que tus consejeros lo hicieron bien. Me fascina cuánto repetían la "altísima posibilidad" —enfatizó sus palabras — de quedarnos en la ruina por los enormes costos de llevar todo a juicio. Me aseguraron que perderíamos el caso. ¿Qué piensas, SeokJin? ¿Estás de acuerdo?

—Por supuesto que no, señor. Usted habría ganado la demanda como indica el informe. Se habría quedado con los millones que le correspondían.

—Entonces, ¿por qué me insistieron —bajo su guía y defensa en esta "locura de rubro" —en que no lo hiciera?

MAYHEM ▹ JinKook/KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora