No se lo compraba. La tranquilidad de Byun al arribar al punto de encuentro era sospechosa. Jeon lo supo por cómo se movía, por su estúpida sonrisa y porque no se alteró cuando SeokJin registró sus ropas para que no intentara nada mientras hacían el intercambio.
—¿Quién es este pendejo? —El ejecutivo miró con asco al estudiante, mientras se acomodaba el puño de la camisa. Si algo detestaba más que rebajarse con peones que eran asuntos de Recursos Humanos o similares, era rebajarse con personas que no pertenecían a la empresa.
—Es una de las cuentas hipotecarías que tú...—Comenzó Kim.
—Soy Jeon JungKook. Vivo en el 16-13 de Hangang-daero en Yongsan-gu.
—No por mucho —corrigió el miembro del comité. —¿Me dices que recogiste a esta basura cerca del sector de inmigrantes, Kim? ¿Al menos tienes conciencia de cómo se vería eso para nuestra clientela? Estos casos déjaselos a los becados que tienen tiempo y estupidez de sobra.
Jin tomó la mano de JungKook por debajo de la mesa para que no dejara su posición. Sabía que BaekHyun se metía debajo de la piel con una sencillez abrumadora. Demonios, hasta él mismo le aplastaría las costillas a rodillazos.
—Dame la tarjeta de acceso exclusivo, sé que bloquearon el ascensor y me aburrí de jugar. Las tarjetas de Min y Park son inútiles.
—Primero los archivos...—Exhortó el directivo, apoyando su cuerpo sobre la mesa metálica con un leve desnivel en sus hombros. Sus dedos ni siquiera se escucharon bajo el mueble cuando se topó con nada más que cinta adhesiva cortada.
—¿Buscas esto, Byun? —Jin exhibió una pistola de aire comprimido, repiqueteando sus dedos contra ella. —Permíteme darte un consejo digno del lugar donde nos encontramos, "la cuna de las mentes del mañana": el nivel de sueldo aquí es inversamente proporcional a la inteligencia de tus empleados. Mientras te llenas el bolsillo pensando en que vas tres pasos adelante, realmente somos nosotros los que desarrollamos la imaginación para llegar a fin de mes —el arma no tenía seguro y la tensión era aplastante cuando Kim acarició el gatillo con el pulgar.
Al captar el peligro que corría su vida, BaekHyun lanzó la tarjeta de inmediato. Ésta se desplazó hasta quedar frente a JungKook.
—El disco, SeokJin —farfulló el superior.
—Antes firma esto —ordenó Jeon, lanzándole el documento para hacer inválido el embargo de su hogar.
Al examinar el deteriorado papel el tipo rio con desprecio —Podría firmarlo —concedió, recuperando la compostura —, pero después bastaría con alegar coerción bajo el ID-7 para que quedase obsoleto. Sólo la Firma completa podría acceder a esto considerando las desfavorables circunstancias... —El hombre acarició su ojo de un carmín furioso.
Jeon soltó el contacto con Kim bajo la mesa y se puso de pie, acomodando sus hombros con decisión.
—Hyung, ¿me esperas fuera?
Antes de que BaekHyun pudiera burlarse de que la mierdecilla —contra todo pronóstico —tenía modales, el martillo se estrelló con vigor sobre su pertenencia. Los pedazos de metal y plástico se repartieron en el tercer golpe y supo que su propósito ahí había sido destruido por completo junto al disco.
Kim, en paralelo, había tomado la tarjeta y acelerado el paso hasta la entrada de aquella sala, pero un muro humano lo hizo caer sobre su trasero de sopetón. Un brazo fornido, entonces, lo tomó de la remera y lo alzó hasta que sus pies se separaron del suelo por varios centímetros.
—Quiero que corras —demandó el guardia de seguridad y lo tiró hacia el ventanal de una habitación próxima que servía como pared de división. El cuerpo de Jin traspasó el vidrio y aterrizó sobre unas sillas con ruedas que sólo empeoraron la amortiguación que pudiera recibir. Tenía un pedazo irregular del cristal incrustado en el muslo y réplicas de menor tamaño repartidas por su abdomen y brazos. Podía sentir las palmas de sus manos agrietadas por los cortes y el miedo volvía a rogarle que se pusiera a salvo.
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MAYHEM ▹ JinKook/KookJin
FanfictionTras ser despedido por un boicot, Kim SeokJin deberá enfrentarse a un problema aún mayor cuando un virus ataque al personal de su edificio, haciendo que todos actúen bajo sus impulsos más salvajes. A su lado estará una persona con razones de sobra p...