Capítulo 3

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Conforme pasaban mis terapias, sólo sentía pequeños impulsos en mis piernas. Pero nada, aún no podía pararme, ni si quiera podía doblarlas.
Una desesperación enorme recorría mi mente. Quería pararme de esta silla y salir corriendo, correr hacía Iris, abrazarla o cargarla. Lo primero que pasára por mi mente. Pero cada doctor que me veía enn las terapias me decía lo mismo: Dale tiempo al tiempo, a que se referían con eso. Se les hace fácil decírselo a un chico que tiene más días que ellos.

-Tranquilo Emmanuel, con calma - dijo uno de los doctores - no hay prisa.

-Usted no sabe por lo que estoy pasando - dije aferrandome a la idea que podía flexionar al menos un poco mis rodillas.

-Tienes razón, no tengo idea por lo que estás pasando - dijo el doctor - pero si te presionas no lo harás a como tu lo esperas. Todas las cosas llegarán a su tiempo, podrás volver a caminar a su tiempo.

-¿Pero cuánto más?  - le pregunté - no quiero estar así el resto de mi vida. Cada vez que vengo me esfuerzo demasiado y parece que nada sirve.

-Por eso te dije que todo va a su tiempo - siguió insistiendo el doctor - recuerda que Roma no se construyó en un día.

-Tiene razón en eso pero...  Estoy comenzando a perder las esperanzas. - le dije mientras estaba recostado en la camilla.

-Al parecer no me entiendes Emmanuel. Trataré de explicárselo de una forma peculiar para tí - dijo quedándose unos minutos en silencio - ¿Sabes cuál es tu problema?

-Lo siento pero no lo sé - dije escogiendo los hombros.

- Que crees ser estupendo, cuando no así, todos tratamos de ayudarte pero en lugar de seguir a la zona de anotación vas en reversa.

-Pero...

-Creo que estás listo. Enfermera prepare la sala de hidroterapia. - dijo el ayudándome a sentarme

-En un segundo doctor. - dijo la enfermera al salir.

-Debes trabajar en tu izquierda - dijo señalando mi pierna - pero estás mejorando, sólo quédate en tu equipo.

-¿Ahora de que me está hablando? - le pregunté de inmediato.

-Que te quedes en tu equipo. Tu equipo más importante en tu vida son tu familia, tus amigos, y el miembro más importante espera con ansias verte feliz. Habló de tu novia. No la dejes sola, puede que aún no puedas caminar pronto pero que eso no te impida estar con ella. - dijo señalando atravez de la venta.

Vi a Iris sonriendome y sonteniendose el vientre con delicadeza. Volví a recordarme y dejé salir una pequeña lágrima, pero no podía permitirme llorar en este momento. Mis pensamientos negativos me cegaron por poco tiempo, para ser exacto, una hora.
El doctorme dió una buena razón para superar esto. El buen equipo que tengo. No todos tienen la suerte de contar con un buen equipo.

-Disculpe doctor - le dije - ¿creé que podamos aumentar las horas de la terapia?

-Veré que puedo hacer - me respondió -¿porque la pregunta?

-Quiero lograrlo, llegar a la zona de anotación.

-Claro Emma, eso harás - dijo sonriendo.

Me pasaron a un cuarto con una piscina enorme. Un color azul cielo hacia que se viera menos deprimente de lo que sonaba cada vez que lo mencionaban.

-Emmanuel, él es nuestro fisioterapeuta Marco. - dijo señalando a un hombre es estatura mediana piel medio bronceada, debo admitir que con una buena complexión física.

-Es un gusto Emmanuel - dijo estrechando su mano contra la mía - ¿Nervioso? - preguntó.

-Sólo un poco - le contesté entrecortado.

-No te preocupes, no hay nadie de aquí a quien yo no álla ayudado a recuperarse, obvio que todos también pusieron su esfuerzo.

-¿Estás listo? - preguntó el doctor a lo cual yo sólo asentí.

Me fueron colocando en la piscina lentamente sobre los brazos de Marco, el agua estaba tibia al igual que en los balnearios en el mes de Mayo. Todo mi peso estaba apoyado en los brazos de Marco pero poco a poco comenzó a soltarme para que pudiera flotar, aún así sentía que era mucho. Pero no importa. Por una mala jugada estoy aquí. Ahora me toca salir.

Medio tiempo - (Mi Amor En Juego) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora