El rechinido de la butaca estaba volviéndome loco, jamás había esperado por más de una hora con el obstetra de Iris, cuatro, solo cuatro meses y su padre ya está presionándonos demasiado como si ya fuera el día del parto, en cambio, mi madre se la pasa sermoneándonos de la importancia y los cuidados de un bebé recién nacido. Para ser sincero, no tengo idea de cómo cuidar a un bebé, pero bueno, siempre me han gustado los niños, cuando Adam y yo eran más pequeños y mi madre salía con Melanie, yo me sentía como un guardián, protegiendo hasta mas no poder a mi hermanito menor. Debo de admitir hay ocasiones en las que Adam me saca de mi juicio y me dan ganas de matarlo, ah no tanto así pero, si me dan ganas de agarrarlo a cachetadas.
—Emma, ¿podrías pasar por favor? — me dice el padre Iris asomándose por la puerta del consultorio.
—¿Está todo bien? — pregunte mientras tiraba de las ruedas de mi silla al entrar.
—Queremos que te enteres de algo, que a partir de este momento cambiara tu vida. Bueno después de que te dijo Iris que ibas a ser padre
—¿Cómo? No estoy entendiendo. ¿Paso algo malo? — pregunto mientras mi corazón se acelera.
—Nada de cariño, solo que y es el momento de ver que será. Si es niño o niña. Y es muy importante para mí y también quiero que lo sea para ti.—dijo mientras me acercaba a un lado de la camilla donde se encontraba recostada.
—Y lo será mi vida, lo será.
El doctor comenzó a proyectar en ese momento el ultrasonido en tiempo real, no podíamos ver nada pero después de unos segundos el doctor pudo enfocar un poco a lo que parecía ser un pequeño bulto. Ese era, nuestro pequeño en camino. Iris apretó ligeramente mi mano al ver la pantalla, supe que se estremeció, se lo que le pasa, se cuándo y cómo expresa sus emociones, es como si la conociera de hace siglos.
— ¿Están listos para saber que será él bebe? — pregunto el doctor algo emocionado mirándonos a ambos.
— ¿Amor, estás listo? — me pregunto ella, a lo cual yo solo asentí.
—Perfecto, aquí viene... Listo, su bebe será una hermosa y maravillosa niña.
No podía hablar en ese momento, tenía un nudo en la garganta y una felicidad muy grande. Mi pequeña hija en camino, ¿podría ser un hombre más feliz?
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Medio tiempo - (Mi Amor En Juego) #2
Teen FictionNota: Es necesario leer el primer libro (Mi amor en juego) para continuar con éste.