Siente mi piel,
Óyeme, no; escúchame.
Veme, no; obsérvame,
Dices que así me quieres, pero no es suficiente.
Esa seda conmigo abajo,
ese sonido que de mi surge,
este cuerpo, que a mi alma comprende.
Son tuyos.
Claro, si así lo quieres,
tómame o déjame y deséchame;
así como lo hiciste uno, no dos, no diez, espera;
¿Cuántas veces?
Juégame, pero sigue mis reglas,
téjeme, pero recuerda:
Quien con fuego juega,
se quema.