Cierto, nunca fuiste para mí,
nunca lo serás.
Pero nunca te pude sacar de mí,
ni lo haré.
Tu mirada en arte se fundía,
con la mía cruzándola me fundía yo.
Y fundidos siempre terminábamos los dos.
Más bien así deseaba que fuera,
porque nunca fue.
Tu mirada llena de arte,
pero siempre tan distante...
Y aquí estoy, de nuevo en ti pensando,
Escuchando de nuevo,
la misma melodía de amor.