Actor Porno ~ Meliodas AU

No quiero que termines asi

La noche ya habia caido en la ciudad, esos momentos eran los que el rubio adoraba aprovechar para salir al tejado del apartamento y poner musica.

Esta noche siguio su tipica rutina y subio al tejado, sin notar como esta vez era seguido por su hermano más pequeño, quien siempre queria saber que era lo que hacia el oji esmeralda en las noches.

Cuando el mayor llego al tejado, coloco su vieja radio a un lado de él y la encendio, para despues ponerse a observar las estrellas.

Entonces, una de las canciones que sono en la radio le dejo pensando:

Todos me dijeron que había peligro,
Pero yo no les creía, hasta hoy
Papá está muy preocupado,
Él en verdad siente miedo...

¿Qué debo hacer?, 
No quiero eso para ti...

Todos siempre dicen que la vida es un tesoro,
En el planeta Tierra,
Y eso eres tú,
Solo quiero protegerte...

Si lastimada sales tú
¿Qué voy a hacer?
No quiero eso para ti...
Uuuh...

¿Cómo es que voy a decirlo?
Es mejor que no sepas lo que tuve que hacer,
No quiero que te preocupes, en cuanto a lo que hice 
Y lo que tuve que hacer...

No tienes que ser parte de esto,
No creo que quieras serlo...
No lo necesitas...
Tampoco a mí...

Uuuhh...

Meliodas solo hizo silencio, la cancion le recordo a algo en especifico, soltando un suave susurro.

- no quiero que termines asi, zeldris..

La principal razon por la que el rubio les habia insistido a sus hermanos en sacar una beca, era porque deseaba que tuvieran un mejor futuro, y ahora que tenia "ese" empleo, era cuando más deseaba eso, no queria que estarossa o zeldris, en especial el menor, terminaran con un trabajo tan denigrante solo para vivir, no queria que terminaran como él.

Por su parte, el pelinegro logro escuchar lo que su hermano habia dicho, no entendío a que se referia, ¿ Terminar asi? ¿Asi como? ¿ Meliodas tenia algun problema?

Decidio no molestar a su hermano, ya empezaria a ver en que se habia metido este luego.

- a la mañana siguiente.

- ¿Quien quiere huevos revueltos recien hechos?

- ¿los cocino estarossa verdad?

- zel, sabes que sí, si mel cocino atenta contra la vida de alguien aqui.

Las carcajadas no se hicieron esperar en la mesa, donde los tres hermanos disfrutaban del desayuno.

Llevaban un buen tiempo sin tener un desayuno minimamente decente, y ahora estaban disfrutando de este mismo.

Mientras comian, al rubio le llego un mensaje a su telefono, de esos de tapita por si las dudas, por parte de escanor, quien le avisaba que lo necesitaba en el estudio dentro de dos horas.

Solto un suspiro al leer el mensaje, pues aun no se creia su trabajo, pero el simple hecho de ver la carita de felicidad que ponia zeldris al comer era suficiente para que el muchacho quisiera ir.

- lo siento chicos, debo ir a trabajar, nos vemos en la noche.

Despues de despedirse de sus hermanos, cogio rumbo para el estudio, quedaba algo lejos de su casa y le tomaba una hora a pie, por lo que debia apresurarse.

Cuando al fin llego, faltaban solo dos minutos para la hora a la que tenia que llegar.

Toco la puerta como de costumbre, esperando a que alguno de ellos le abriera.

Esta vez quien abrio la puerta no fue Ban, si no escanor, quien recibio al joven con una de sus tan arrogantes pero a la vez amables sonrisas.

Al entrar, noto que el peli-celeste se encontraba preparando unas cosas para la sesion de fotos de ese día, que parecia iba a ser menos suave que la del día anterior .

- Hey, hola meliodas~

- ¡Hola ban!

Cuando todo estaba listo para la sesion, un gran sonrojo inundo el rostro del más joven del lugar, al ver aquel famoso juguete sexual que vibraba.

- tranquilo, si te incomoda solo dinos ¿sí?

- es...esta bien.

Repitio la accion del día anterior, ponerse la venda en los ojos y desnudarse, pra luego sentarse de piernas abiertas en el sillon, pero esta vez con el pequeño instrumento entrometido en su parte.

Era bastante incomodo al inicio, y la mueca que habia hecho al meterselo fue digna de fotografia, la cual claramente fue tomada por escanor.

Sin embargo lo importate inicio cuando el oji-carmesi encendio el aparato, produciendole al oji esmeralda un escalofrio, que rapidamente se tradujo en una expresion de verguenza mientras su cuerpo temblaba.

Al segundo más grande del lugar le produjo una risita que con el nivel dos del vibrador el más pequeño ya estuviera tan agitado, pues aun no terminaban.

Fue cuando subio la intensidad a cinco, el maximo, que empezo la diversion, pues el cuerpo del joven se retorcio al instante al sentir aquello, seguido de que intentara ahogar gemidos que salian de su boca, lo cual no logro.

El peli naranja tomo varias fotos antes de que terminaran, las cuales en verdad estaban saliendo bien, pues el de cabellos alborotados era bastante fotogenico para estas cosas.

Cuando alfin termino la sesion, el pobre rubio estaba hecho un tomate andante que ni queria decir nada de nada, debido a la verguenza que le producia el haber tenido esas reacciones enfrente a alguien más, y para recompensarle el momento vergonzoso Ban le dio algo de comer mientras Escanor terminaba la revision de imagenes.

- oye, Meliodas, creo que es justo que veas las fotos antes de que las publique.

Ante eso, el rubio fue a ver la imagen mientras comia un sandwich que el peli celeste le habia regalado.

Cuando vio las fotos no pudo evitar ponerse rojo como tomate... otra vez.

Ademas de las seis fotos que habia de él haciendo distintas expresiones por culpa de aquel juguete, habia una que era una fusion de tres, pues en la parte superior se veia la expresion que tenia cuando le pusieron el ya mencionado artefacto, la segunda era de cuando empezo a vibrar y la tercera era de cuando este estaba al maximo, dando como resultado que el menor encorbara la espalda justo en esa foto y sacara la lengua, entre la sesion ni siquiera se habia dado cuenta de que habia hecho esa expresion.

Como las fotos fueron buenas y seguro tendrian audiencia en la pagina donde las publicaba, le dieron un poco más de dinero que el día anterior, lo cual puso muy contento al chico.

Despues de despedirse fue directo a su casa, pues ya empezaba a atardecer, y queria llegar a casa antes de que anocheciera, pues las calles se volvian peligrosas a esa hora.