El plan en marcha

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Después de alcanzar a Meliodas, convencerlo rápidamente de seguir el plan, y de alguna forma conseguir un taxi a esa hora, todos estaban rumbo a la estación de policía. La dulce anciana iba repasando con Meliodas lo que iba a decir, y Ban estaba contactando con Escanor, al cual muy probablemente había despertado, para que le mandara evidencia de que Meliodas había estado trabajando con ellos, solo por si acaso volvían a ponerles un pero por la falta de trabajo del casi adulto.

Al otro lado de la ciudad, Estarossa estaba sentado fuera de la casa de su hermano mayor, se podía notar lo molesto y triste que estaba, con muy buenos motivos.

Meliodas le había explicado la situación y luego el plan, pero no lo hacía sentirse mejor.

Si no hubiera discutido con su hermano, este no hubiera salido de casa...o sin tan solo se hubiera quedado en el apartamento en vez de venir hasta aquí, Zeldris no hubiera salido y sido acosado por ese hombre, por lo que la policía no hubiera tenido que ir a arrestarlo y de esa forma descubrir que el menor estaba solo en casa...

Se sentía tan culpable por la situación....

Dentro de la casa, Ludociel tenia un pañuelo en la nariz, para detener el sangrado que le había dado después de que su hermano menor literalmente le soltara un golpe en toda la cara. Okay, tal vez se lo merecía, pero le había dolido más emocionalmente que físicamente.

Miro de reojo a los demás que habían quedado envueltos en la discusión.

Sus dos amigos murmuraban algo, bajoneados por la situación y sin querer mirarlo al rostro.

Elizabeth, por su parte se veía...molesta. No un enojo grande e iracundo, solo....más parecido a la decepción. Miraba directamente en su dirección, solo para desviar la mirada y negar con la cabeza.

Antes de que pudiera comentar sobre eso, la joven salió de la casa, probablemente para hablar con Mael.

Esta bien, entendía que la había cagado. No debió llamar en primer lugar a la policía, era obvio que las cosas podrían terminar así...Pero él genuinamente quería algo mejor para su hermano menor. No había podido ser parte de su vida en gran medida, solo cuidando ocasionalmente de él por un tiempo, antes de que el chico con el cabello plateado decidiera volver nuevamente donde su otro medio hermano. Realmente quería darle una vida mejor que lo que había estado teniendo hasta el momento, y no podía comprender porque su hermanito elegía vivir en ese apartamento pequeño, comiendo pizza recalentada y apenas pudiendo asistir al colegio mediante becas, cuando tenia a su alcance un hogar grande y cálido, comida de buena calidad e incluso de quererlo mucha más facilidad para la educación. Simplemente escapaba de su entendimiento.

Tampoco es que pudiera hacer mucho para convencerlo. Sus padres ya habían tomado la decisión de que no aceptarían a los otros dos, y Mael parecía demasiado terco a dejarlos.

Todo sería más simple si tan solo ese maldito hombre no hubiera metido a su madre en el problema que los llevó a ambos a la muerte, y a esos tres a la vida de huérfanos.

"El viejo no tuvo nada que ver con esa muerte", ¿cuántas veces más tendría que escuchar a su hermanito repetir esa estupidez? ¿Porque se negaba a aceptarlo? Si ese idiota no hubiera tenido enemigos de años, su madre seguiría viva...

Las horas pasaban y el sol ya empezaba a asomar, sin embargo nadie en el hogar del pelinegro parecía querer irse a dormir. Elizabeth habia conseguido que el peliplata entrara, más que nada para evitarle un resfriado por estar toda la noche afuera, sin embargo, nadie hablaba.

Ambos estaban sentados en la mesa, el chico revisando a cada rato su celular por noticias, pero nada nuevo.

Los otros tres estaban en la sala, sentados en el sillón, sin decir una palabra. La nariz de Ludociel ya le había dejado de sangrar, así que ya no necesitaba el pañuelo.

Eran las 6:30 de la mañana, cuando escucharon un vehículo.

Al principio, no prestaron mucha atención a eso, podía ser un vehículo cualquiera pasando por ahi en la madrugada. Sin embargo, el sonido del transporte deteniéndose y alguien tocando la puerta fue suficiente para que se percataran de que, en realidad, si debían estar atentos.

Al salir Ludociel y Estarossa, se encontraron con una mujer adulta, alta y cuanto menos atractiva. La aparición de esta dama habia dejado desconcertado al mayor, pero el menor parecía conocerla.

-¿Señorita merlin?

- ¿No te llegó el mensaje, cariño? Estamos en medio de un caos en la estación de policía, si queremos recuperar a tu hermano necesitaré que vengas y testifiques

No necesito decir más para que el menor entrara de inmediato al vehículo. Ludociel miró a su hermano irse con esta mujer que para él era una desconocida y pensó en decir algo, pero antes de poder hacerlo, ella le dirigió la palabra.

- He de suponer que tu eres Ludociel, no?

-...así es..

-De acuerdo.... Quiero que sepas que nadie esta muy feliz con esta situación, muchacho. Y espero que elijas hacer lo correcto si se te llama para que des testimonios más adelante.

Nisiquiera pudo protestar antes de que ella volviera al automóvil. No porque no lo dejó el tiempo, si no porque se quedó mudo ante la situación.

"Hacer lo correcto".....

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Yo solo puedo pedir perdón y hacerme bolita

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2021 ⏰

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Actor Porno ~ Meliodas AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora