Kim Seungmin es el hermano mellizo de Kim Janice. Aún siendo hermanos, se pasaban el día juntos sin cansarse. Todo esto cambió una vez Seungmin audicionó para JYPE y empezó a pasar mucho más tiempo con sus nuevos amigos también trainees, y aunque Ja...
Ya había pasado cerca de un mes desde que cogieron a Seungmin en JYPE. Le veía muchísimo menos, sólo de camino al instituto y de vuelta a casa, aunque también pasamos las horas del recreo juntos. Ambos estamos estudiando artes, sólo que Seungmin estudia artes escénicas y yo artes puras, así que no compartimos ninguna clase.
Cuando llegábamos a casa a las 5 de la tarde, Seungmin entraba rápidamente, dejaba la mochila y recogía el bocadillo que mamá le hacía cada día y se dirigía directamente a ensayar a JYPE. Ya nunca pasaba las tardes en casa, a penas le veía.
Regresaba a las 10 y media de la noche y se ponía a estudiar y a hacer deberes. Y además, se pasaba desde el viernes al salir del instituto hasta el domingo por la noche allí. Sólo estaba en casa para dormir pero a veces llegaba tan tarde y se despertaba tan pronto que ni le veíamos. Yo intentaba quedarme despierta hasta tarde alguna vez para verle, pero la mayoría de veces me quedaba dormida sin darme cuenta. De vez en cuando, Seungmin sí que se pasaba una o dos horas por casa por las tardes, ya que el edificio estaba cerca. Pero no era lo mismo, para nada.
Me parecía frustrante que apenas tuviese tiempo para respirar. Es de gran admiración lo que estaba haciendo. Sólo es un crío.
Me quedé embobada mirando el nuevo episodio de Shingeki No Kyojin que estaban dando mientras tomaba mi ramen en el sofá. Mis pensamientos no me dejaban concentrarme en la historia.
Miré la hora. 21:30.
Y ante un impulso de los míos, corrí a por mi chaqueta y me puse los primeros zapatos que vi. Antes de salir por la puerta principal grité "¡salgo un segundo, no tardaré!" y cerré lo suficientemente rápido como para que mis padres no me interrogasen. No tenía tiempo para ello.
Al salir de casa me di cuenta que no tenía ni idea de cómo llegar. Genial, simplemente, genial. Saqué mi móvil y con un escaso 20% de batería abrí Google Maps y me puse a andar de un lado para otro durante un rato hasta ubicarme.
No soy precisamente buena a la hora de saber dónde estoy o cómo llegar a un sitio. Soy despistada y torpe, aunque también tozuda. Si quiero hacer algo de verdad, lo haré cueste lo que cueste.
Cogí el bus 4419 en la parada situada a un par de manzanas de mi casa. Todavía tenía 20 minutos, llegaba a tiempo.
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El viaje duró menos de lo que esperaba, quizás unos 15 minutos, eran ya casi las 10. No tardé mucho en encontrar el edificio al que me dirigía, ya que se veía la iluminación desde el cielo oscuro que claramente indicaba el edificio de JYP.
Miré la hora en mi móvil. 21: 50. Llegaba perfecta.
Justo después de mirar la hora, la batería de mi móvil llegó a su fin y vi mi cara de terror reflejada en la negra pantalla de éste. Si mis padres me enviaban un mensaje o me llamaban y vieran que yo no contesto les daría un infarto al corazón.
