5. Dime

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Susurro con fuerza en mi oído, ocasionando cosquillear mi entrepierna. Lo empujé y comencé a tomar un cambio de uniforme ─¿podrías utilizar un método más... limpio para esto, o sólo sabes provocar, viejo?

La camiseta blanca de botones que tenía estaba pegada a mi cuerpo a causa del chapuzón, sonreí de lado pasando mi dedo índice por mi boca, bromeando. ─Aunque yo también se provocar, señor.       
                                                   
Relamió sus labios mientras los demás seguían sin prestarnos una pizca de atención. ─Me gustaría perder mi virginidad pero ya lo hice.

Lo miré con una mirada triste para luego soltarme riendo.

─Ups, mi camiseta.
Me agaché, sentí su mirada traspasar el pantalón azul marino ajustado que tenía.

─¿Perder tú qué?
─Dignidad..., pero ya lo hice.
Me levanté y paré recto para girarme a encararlo, comencé a desabotonar mi camiseta de forma lenta hasta dejar mi pecho descubierto.

─Oh señor, lástima que tiene esposa y no es un maricotas como yo.

Con esa simple frase, enfurecido, me tomó de los hombros para adentrarnos al bosque perdiendonos un poco más de la vista de los demás.
Me acorraló en un árbol, yo sólo giré mi rostro, su respiración lenta y pausada estaba cerca mío hasta que giró mi rostro con su mano.
Besó mis labios.

─¡No!
Grite exaltado y lo empujé una vez más, no se separó mucho.

(...)

Su rostro se habia vuelto rojo, cubría su pecho con la camiseta mientras miraba con sus ojos dormilones las avellanas de su acompañante. John trataba de perderse en la mirada retadora de Paul, mientras el mismo trataba de mirar hacia otro lado encontrandose de nuevo con John.

─Ya no da risa... estúpido. Estaba bromeando
─Dime John, niña.
─Dime Paul, estúpido.
─Primero dime John, niña
─Primero tú dime Paul, estúpido
─No tú
─Tú
─Paul.
─John.
─Soy John, mucho gusto. Hola
─Paul, nada de gusto. Bye

Dijo, apartandose del árbol y alejándose lo suficiente del sargento, aquél lo miro marcharse, viendo como su trasero se movía como gelatina y mucho más al tener esos pantalones apretados y por supuesto mojados.
Sin pensarlo más lo sujeto del antebrazo para acercarlo a él y abrazarlo para sentir un poco la figura torneada del chico.
Paul estaba casi mudo no sabía el que hacer en esos casos, le desagradaba que no fuese de su edad, fuese hombre, mucho más que fuera el líder de todo el campamento...
"El líder de todo el campamento."
Un foco imaginario iluminó la cabeza de Paul, el sargento estaba mendigando "amor de a mentis" y él podría darselo a cambio de mejores tratos, aunque no sería capaz de cometet tal atrocidad por un trato digno en esta pocilga.

─¿John?, detente. No soy de tu bando
Al estar rodeado por los brazos trabajados, habló entre los músculos. John rió. ─Más bien yo no soy de tu bando, pero mi mujer no quiere tener nada que ver conmigo, dice que te miro mucho.

Lo soltó.
Su cara estaba menos colorada y esa mirada incompetente de cualquier adolescente seguía ahí, pero se cruzó de brazos.

─El homosexual aquí es usted, ¿qué tanto me ve?, pelado.
─Ni idea, eres horrible.
─Ouch. Eso dice.

Bueno, quizás si podría ser capaz de ofrecerse para no hacer nada. Sujetó con sus manos el cuello del sargento, uniendolos en un beso. John no se negó, continuó comenzando a bajar sus manos al trasero del adolescente.
Paul se montó encima de él, rodeando su cintura con sus piernas delgadas y el mayor lo acorraló de nuevo en el árbol aún besuqueandose. Comenzó a jugar con la cabellera azabache enmarañada disfrutand el sabor de sus labios, hasta que paró al por fin hablar.

─Esto es solo porque mi mujer no quiere hacer nada conmigo, no soy de los tuyos
Bajó su boca al cuello pálido de McCartney comenzando a succionar dejando diversas marcas rojizas.
El menor a punto de gemir prefirió hablar con voz temblorosa a perder lo que restaba de su heterosexualidad.
─Esto lo hago solo para no hacer ningún ejercicio.

─Ah, muy listo, lo tendré en cuenta...

─¡Señor Jesucristo!, lo buscan.
Se escuchó la voz agitada de un sujeto, John rodó los ojos continuando con los suyo, Paul pensó y sonrió. Gimió, eso le puso los pelos de punta a John.
─Puerco, Mimi se enojará si sabe que está teniendo encuentros amorosos con Yoko en el bosque, otra vez...

─Oh John.
Gimió otra vez Paul con una voz gruesa, John abrió sus ojos alarmado.
─Señor, ¿está con un cadete?
Aquél cabo totalmente curioso comenzó a avanzar entre los árboles, el castaño bajó a Paul de sus brazos y comenzó a ponerle la camiseta.

─¡Pontela rápido!, eres tan, ahg.
Comenzó a ponerle la camiseta, Paul hace rato se deshacía por el placer pero ahora era de risa. Los pasos del cabo se escuchaban cada vez más cerca. 《¿Cómo joderlo más》
Pensó, y lo descifró. Haciendo su homofobia de lado otra vez, con su pecho descubierto e intenciones de molestar, el azabache sujetó entre su mano el miembro de su líder.
Aquél se había marcado en el pantalón oscuro que tenía, Paul mordió su labio y se apegó a él.

─Dame un besito, Johnny.
Paul casi gritó, el hombre mayor rodó los ojos. Hasta que vió al cadete salir de enfrente suya, se quedaron estáticos. La mirada confusa del cabo era para ambos, pidiendo alguna explicación normal.

─Puedo explicarlo, Stuart, en serio. Está de payaso, lo estaba regañando, créeme.
El bulto de John y del niño, las marcas en el cuello del chico, su mirada desorientada, ambos casi desnudos. Claro regaño.

─¿Así se llama ahora, John?
Stuart volvió a hablar, luego se soltó riendo. John le dió un golpe mientras Paul abrochaba su camiseta de inmediato, para luego acomodar con calma su cabello.

─Es un malentendido, Stuart.
─Ah, ¿también se llama así?, wow el siglo 21 si que va con onda con los sinónimos. Ah si a lo que venía, Mimi te buscaba mientras te besabas con tu novio, digo regañabas al payaso ese, unos chicos estaban jugando verdad o reto, uno de ellos comió tierra. Mimi lo vió, y ya sabes como es, el pobre tuvo la regañada de su vida junto a otros dos. Y la verdad no sé para que me mando a buscarte, como dije, ya sabes como es.

─No es mi novio.
Stuart levantó una ceja voltendo a verlo, él estaba recargado en el tronco cruzado de brazos. ─Mira ya se enojó porque dijiste que no es tu novio. ¡Tranquilo, te ama a ti. No es de mi tipo!

Rió casi desplomandose al piso, Paul comenzó a buscar el camino de regreso al río, Stuart y John fueron atras suyo hablando de temas triviales. Hasta que Stuart decidió molestar de nuevo con el mismo tema

─No diré nada sí me das un besito, Johnny.
Stuart pestañeo rápidamente mirando a John, aquél negó con su cabeza. ─No, no soy tu tipo, Stuart.

¿Podremos? (McLennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora