8. Sin John por un día

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─"Paul es gay" al frente.
Una mujer asiática gritó alarmando a todos por completo. El nombre de la sección no daba tanta gracia ante su presencia, mucho menos sin los comentarios absurdos que decía Lennon. ─El señor no estará el día de hoy, salió a la ciudad por algunas cosas que utilizaremos luego. Así que por decirlo de alguna manera hoy estoy acargo de todos ustedes bola de inútiles, especialemente de ustedes "Paul es gay".

La mujer hablaba con superioridad y sin parar  ─Hagan 50 lagartijas, luego dan una vuelta al campamento. Se que es poco pero empezemos con eso, luego descansan máximo diez minutos y hacen unas sentadillas, ¿30?, sí 30. ¡Todos, ya!

Con una mueca pegada en rostro de todos, cada uno se apresuró en moverse, si Lennon daba miedo ella más.  ─Paul, te jodes, tus encantos no sirven con ella

Habló bajito George mietras era observado por la mujer y Ringo había tapado su boca para evitar reírse igual de fuerte como lo hacía normalmente. ─Jah, Jah. Eres ultra hiper mega mucho gracioso. En serio, me sorprende que seas tan, tan chistoso. Siempre me matas de risa Harrison

Paul hizo su cara habitual de pocos amigos, Brian sin quererlo se carcajeó y Yoko atacó. ─Vayase al otro lado, el bullcio suyo y de sus amiguitos desconcentra a los que están  empeñados en hacer algo. R-á-p-i-d-o vayase.

Brian se marchó de ahí apenado mientras mantenía abajo su rostro, ahora estaba haciendo ejercicio alejado de sus amigos. Los tres ahora estaban soportando la gracia del acontecimiento con mucho fervor, hacian lagartijas mientras una mujer los miraba fijamente para que no hicieran una estupidez y ellos solo querían reirse.

─Paul, a alguien no le han dado arroz con popote.
Habló Ringo suficientemente fuerte para que Paul y George escucharan, Paul hizo cara de confundido a la vez que George cambiaba de color y sus ojos se llenaban de lagrimas. Pero Paul aun no había entendido ¿arroz con popote?.

(...)

Paul
George se deshacia en el suelo mientras hacia las lagartijas. No sabía si era por lo que dijo Ringo o fue porque en verdad ya no podía más  con las lagrtijas. Pero volví a lo anterior, ¿arroz con popote?.

─¿Arroz con popote?, ¿lo estás  diciendo por qué es china o por qué?
Le susurré al momento que la señora se volteó. Él me miró. ─No, es que ya sabes. No le han dado plátano porque te lo dan a ti.

Pensé en algo relacionado con eso y nada. ─No me han dado plátano Ringo...

le dije serio sin entender muy bien las estupideces que decía. Rodó los ojos.
─No le han dado chicharrón...
fruncí mi ceño mientras lo veía y a George le había dado mucha mas gracia, podrá parecer un tipo normal pero era en realidad un estúpido con todas sus letras.
─No te entiendo

le dije tratando de evadir los posibled regaños de la mujer viendo cuando se volteaba para hablar ─¡Qué no a tenido sexo, animal!

gritó en un susurro al fin. ─Ahh, ya.
Me solté riendo bajito mientras George ahora estaba con su cara seria haciendo lo que restaba de la tortura. Brian se veía muy gracioso de lejos.

─¡ahora la vuelta!
todos sin muchas ganas sacudimos nuetras manos y comenzamos a correr, ahora Brian estaba otra vez con nosotros.
─Chicos, creo que le gusto a la señora, me dijo que la viera al terminar de dar la vuelta, que me iba a decir algo importante.

Habló Brian todos nos miramos entresí para soltarnos riendo. Aun fuese la señora la menos atractiva Brian se sentía empoderado. ─Qué  asco, eso lo hace Paul. No tú y ni ella te querrá, tambien todo mundo bien sabe que es para romperte tu hocico

No reí y seguí corriendo en la pista tratando de ignorarlos siguiendo mi trayecto. Poco a poco íbamos  llegando a donde habíamos empezado.

(...)

Al llegar, la mayoría estabamos en el suelo tratando de cobijarnos con la tierra. Mi piernas dolían peor que otros días pero esta vez moría al saber que descansaríamos tan poco. ¡Para qué descansar!, de un momento a otro ya habían pasado los 10 minutos. Todos completamente como zombies fuimos hasta la plaza para empezar a hacer sentadillas. La mujer iba contando lentamente las sentadillas que haciamos, y cada vez iba más lenta la cuenta hasta que llegamos a la treinta. ─¡Muy bien!, acaban de ser las cinco. A las 6:30, justo a esa hora se van a la cafetería para cenar. ¡Puntualidad!

se marchó con una gran sonrisa en su rostro, nunca hizo nada. En cambio John hacía lo mismo que nosotros solo que nos hacía sufrir un poco más de la cuenta con cosas extra que agregaba pero  de que era mas divertido y dinamico lo era.

Al llegar a la cabaña junto con los demás esta vez no llegaron burlandose, llegaron acostandose en la cama ya que se escuchaban ronquidos de toda clase en la habitación. Rodé los ojos y con una sonrisa mientras mis piernas temblaban fui al baño, era ideal darme una ducha después de tanto.

Me deshice de la ropa y puse el agua lo más caliente posible haciendo que el vapor se llenara en la pequeña habitación.
Al estar en la ducha todo iba bien, hasta que imaginé escuchar la voz de John.
Provocó un escalofrio extrañamente amigable alrededor de mi cuerpo y sin querer imagenes extrañas comenzaron a aparecer en mi mente, provocandome diversos espasmos y recordandome lo calientes que se sentían sus manos tocar mi cuerpo indefenso.
Cerré mis ojos con fuerza mientras la agua caía por mi cuerpo y mi mano se iba directo a mi entrepierna. Aunque  no podía evitar pensar qué era estúpido y enfermo a la vez.
Toqué la punta, comencé a masajearla con cuidado. Me estremecía sin quererlo.
De tocar la punta se pasó a todo mi miembro, bajaba y subía mi mano con lentitud disfrutando un poco de momento. Mi otra mano estaba apoyada en la pared mientras recordaba el aroma de sus claviculas.

─Oh John
Dejé salir, después de todo daba lo mismo. Con mi rostro rojo continué tratando de escuchar su respiración al lado mío o tratando de imaginarlo tomar sin cuidado mis caderas, recordando el sabor agridulce del cigarrillo que dejaban sus besos en mí. No era tanto tiempo pero esta actitud sumisa con él ya me estaba hartando pero a la vez me gustaba, no me gustaba pensar en él pero hacerlo era muy divertido y satisfactorio. Despues de una fuerte presión en mi abdomen había dejado salir lo indeseable. Aún así seguí, por mas que intentara volvía una y otra vez mi erección. ─Maldito John...

Apreté mis dientes, otro chorro más salía de mí. Al final salí de la ducha y tomé otro cambio de uniforme, me vestí y me tiré a la cama tratando de olvidar lo que había hecho.


 


¿Podremos? (McLennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora