c a p í t u l o 35

1.9K 146 13
                                    

Sábado.

El gran día.

Los días antes había encontrado finalmente un sitio donde celebrar el cumpleaños de Alex. Finalmente sería un salón elegante, pero no demasiado, donde se solían celebrar bodas o donde se organizaban reuniones de gente adinerada, entre otras cosas.

Pero por ahora, me tocaba entretener a Alex todo el día hasta por la noche.

Ya eran las diez de la mañana así que decidí llamar a Alex para quedar para ir a comer juntos, el plan era llevármelo a hacer algo después de comer para luego llevarlo a la fiesta.

Habíamos debatido el llevarlo con ropa normal y cuando viera todo darle el traje y máscara que Marco había comprado para el o llevarlo vestido directamente, pero en ese caso ya el sabría la temática y todo, pero era lo más lógico, así que haríamos eso, yo en mi casa ya tenía preparado su traje en la habitación de invitados y el mio en la mía.

-¡Feliz cumpleaños!. -Le grité al verlo llegar al restaurante, corrí hacia él y lo abracé. El respondió mi abrazo riendo.

-Gracias Iri.

Entremos al restaurante y nos sentamos.

-¿Qué se siente ser un año más viejo?. -Le pregunté mientras miraba el menú.

-Pues lo mismo, hasta que no tenga los 60 y pase la típica crisis supongo que me sentiré igual.

Justo en ese momento llegó la camarera y le dijimos lo que íbamos a pedir, estábamos en un restaurante japonés así que yo pedí pollo al limón con arroz tres delicias y el pato a la naranja y pollo con almendras junto a sushi para compartir.

-Dios, esto está buenísimo. -A Alex le costaba coger la comida con los palillos y yo me reía de el. -No te rías. -Se le volvió a caer la comida de los palillos.

-¿Quieres que te pida unos cubiertos?. -El negó rápidamente.

-Sé comer con palillos.

-Sí, ya lo veo, vamos, te has llevado a la boca dos trozos de pollo cuando los has intentado veinte veces. -Me miró mal y suspiró porque se le callo otro trozo de pollo. -Espera, yo te ayudo. Mira, tienes que cogerlo así. -Le enseñé como se cogían e intento imitarme pero no pudo. -Así. -Le agarre sus propias manos y le coloque yo los palillos. -Está vez lo intento y le salió a la primera. -Ves, era que eres muy torpe.

-O que tú vas de lista.

-Tambien puede ser. -Le enseñé la lengua como una niña pequeña y el rió.

-Y bueno, ¿Cual es el plan?. -Me preguntó. -No pongas esa cara, todos los años mandan a alguien a entretenerme y me da curiosidad que me harán este año. -Se encogió de hombros.

-No sé de qué me hablas. -El empezó a reír a carcajadas, exageradamente.

-Menos mal que no eres actriz, venga anda, dime. -Robó comida de mi plato y me seguía mirando expectante esperando mi respuesta.

-Pero es que no hay nada que decirte. -Su cara me hacía querer decirle todo pero no podía.

El siguió insistiendo varias veces hasta que opté por pasar de el, y el rato pasó. Terminamos de comer y fuimos a dar una vuelta por un parque y nos encontramos con unas pequeñas atracciones, que constaban de una pequeña montaña rusa, una lanzadera, los toros, un puesto de globos y golosinas varias y un puesto de comida rápida.

-¡Montemos en los toros!. -Gritó Alex señalándolo con la ilusión de un niño pequeño en los ojos.

-¿Que?, ¡No!... llevo tacones. -Esa era la excusa más rápida que se me ocurrió. No quería subirme.

-Vengaaaa, es mi cumpleaños. -Hablaba como un niño pequeño y eso me hizo gracia pero aguanté y no reí ni sonreí, solo enarqué una ceja.

-¿Crees que por que sea tu cumpleaños los demás estamos obligados a hacer lo que tú quieras?. -Pregunté cual madre reprendiendo a su hijo.

-Pues... sí, en eso consiste un cumpleaños.

-Me temo que no, es tu día especial, pero no te vuelves dictador, por si no te habías dado cuenta. -Me cruce de hombros.

-Venga ya Iri, no seas aburrida, te subes sin los tacones, voy a comprar las entradas. -Salió corriendo hacia el feriante y volvió con dos entradas en las manos. -Le he preguntado y dice que puedes subirte descalza, que no hay problema.

Me miró con una sonrisa a la que no pude decirle que no.

-Será lo primero y lo último a lo que me verás ceder en algo que no quiero, porque es tu cumpleaños solamente. -Esperamos a que la gente que estaba subida terminara tu turno terminara y se bajara para luego subirnos nosotros. -Está es una malísima idea.

Y hombre si lo fue. Nuestro turno llegó rápidamente, éramos nosotros dos en un toro, yo detrás de Alex, tres chicas en el toro de al lado, y una pareja en el tercer y último toro. Cuando la atracción empezó a moverse empezó suave, yo me mantuve agarrada a Alex en todo momento, mientras miraba a la gente expectante, nos miraban divertidos, alguno que otro sacaba fotos, seguro habían reconocido a Alex. Hasta que en un momento dado el toro empezó a hacer movimientos más bruscos, sacudiendonos, intentando tirarnos. Yo me aferré a Alex con toda mi alma ya que era mi único agarre y el único suyo eran los cuernos del toro. Lo que pasó después fue que rápidamente vi a una chica del toro de al lado caer y rápidamente al mirar para ella me desconcentré y rápidamente caí yo también arriba de sus piernas, ambas no parabamos de reír mirándonos hasta que Alex aka el señor pesos pesados cayó encima de ambas.

-¡Perdón, perdón, perdón!. -Gritaba intentando levantarse pero con el rápido movimiento de la atracción no podía, lo que hacía que se removiera por todos lados.

-Ríndete, esperemos a que acabe. -Le dijo la chica amablemente y el asintió.

Cuando la atracción paró y nos levantamos miré los otros toros y sólo quedaba arriba el chico del último toro, se bajó y ayudo a levantarse a la chica.

-¿Estáis bien?, ¿os hice daño?. -Preguntó Alex una vez ya estábamos de pie.

-No, tranquilo, hasta luego. -Se despidió de nosotros con una cordial sonrisa y se fue con sus amigas.

-A mi si, me has roto una costilla, animal. -Me sové la zona de las costillas y el puso cara de apenado.

-Lo siento mucho Iri, te compensaré, vamos por un helado. -Agarró mi mano y empezó a halar de mí hasta el puesto de helados.

Mientras comíamos el helado Alex no paro de grabar historias para el Instagram contando lo que nos había pasado, lo contaba como si fuera la historia más divertida del mundo, no paraba de reír y se le veía muy feliz, me encantaba verlo así.

Miré la hora y ya eran las 7.

-Mierda Alex, mira la hora que es, volvamos al coche. -Grité y empecé a caminar rápidamente hacia el coche.

-¿Tienes prisa por algo?. -Preguntó con una sonrisa traviesa.

-Decirte que no es bobería, si, llegamos tarde a tu fiesta, vamos, está tu ropa en mi casa.

-¿No puedo ir como yo quiera?. -Preguntó haciendo un puchero.

-No.

-Pues vaya...

-------

Perdón por el retraso y lo poco interesante que ha sido este capítulo, el siguiente ya es el cumple de Alex y asdfgh, tengo muchas ganas de empezar a escribirlo.

Cambios. (Alex Hogh Andersen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora