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Nada más llegar de trabajar, me doy una relajante ducha y me visto con un jean de tiro alto, un jersey negro de lana fina, mis converse blancas. Me seco el pelo y me lo plancho un poco, me pongo la chaqueta, cojo mis cosas y salgo de casa.

El plan de hoy es quedar con las chicas en casa de Anetta. Y ya. Un día normalito.

Cuando llego a casa de Ane, llamo al timbre y es su madre quién me abre.

-Hola, señora Campbell. -saludo sonriendo.

-Hola, cariño. Pasa, están arriba en la habitación de Anetta. -me dice, dejándome pasar.

-Gracias. -sonrío.

Entro en su casa y subo las escaleras rápidamente. Camino por el pasillo hasta el fondo que es donde está su habitación. Llamo a la puerta y entro cuando me dan paso.

-Hola. -saludo sonriendo a las chicas. Ambas están sentadas en la cama. Beso sus mejillas, me quito los zapatos y subo en la cama con ellas.

-Hola. -canturrea Ane. Yo sonrío. -Ahora que estáis las dos, tengo que contaros algo.

-¿El que? -preguntamos Char y yo a la vez, mientras me tumbo apoyando la cabeza en las piernas de Charlotte.

-Ayer quedé para ir al bar, por la noche, con Max. -dice.

-Ya. -decimos al unísono, obvias.

-Pues el muy cabrón no se presentó. Bebí mucho, bastante y cuando estaba por irme a casa, me encontré con tu hermano, Marshall, Ed y Ryan. Me uní a ellos y besé a Marshall.

Mis ojos se abren mucho. No mucho, muchísimo y Char me mira a mí con los ojos igual de abiertos que yo.

-¿Que besaste a... a Marshall? -pregunto yo, sentándome de nuevo en la cama. Ella asiente con la cabeza.

-Chica, me dio un calentón y lo besé. Ha mejorado notoriamente. -dice sonriendo pícara.

Siento como mi corazón se estruja pero no de la buena manera. De la mala. Duele. Char me coge la mano disimuladamente y le da un apretón.

-¿Él te siguió el beso? -pregunto. Ella sonríe. -¿Estaba borracho?

-Marshall no bebe. -me dice obvia.

Y aquí se me cae todo.

-Pero a ti no te gusta Marshall, Ane. -dice Charlotte entrelazando nuestros dedos.

-¿Quién sabe? A lo mejor a partir de ahora las cosas cambian y volvemos a estar juntos.

-Vaya... -digo yo, mirando mi móvil disimuladamente. -Mi madre que me acerque un momento al hospital.

-Vale. Luego o mañana hablamos. -dice Ane sonriendo pícara. Yo sonrío tensa y asiento con la cabeza.

Beso sus mejillas y Charlotte me da una mirada de compasión. Cojo mis cosas y me voy rápidamente de allí, con las lágrimas en los ojos. Subo a mi coche e intento calmarme un poco.

Ahora mismo tengo ganas de muchas cosas. De arrancarle el pelo a Ane por besar a mi novio, de pedirle explicaciones a Marshall y de matarlo. Lo único que puedo hacer son las dos últimas, y lo voy a hacer ahora mismo.

Conduzco hacia el departamento de Marshall y cuando llego, subo por el ascensor. Respiro hondo para tranquilizarme. Salgo del ascensor y llamo al timbre de su departamento.

-¡Ya voy!

A los diez segundos, abre la puerta Marshall y al verme, sonríe contento.

-Amor. -sonríe.

LAS CARTAS SOBRE LA MESA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora