Capítulo 3.

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NARRA DANIELA:

Las clases acabaron y en cuanto llegué a casa comí y me dormí un rato la siesta.

A las 7 de la tarde solía ir a ver a mi novio, ya que estudiaba en la misma cuidad que yo.

Quedábamos siempre en un parque y nos quedábamos ahí hasta las 9, que se iba a su pueblo en autobús.

Manu: ¿que tal te van las clases? -me coloca un mechón detrás de la oreja-

En ese mismo instante se me vino a la cabeza el muchacho de ilustración. Ignoré ese pensamiento que me hacía sentir mal conmigo misma y le respondí.

Daniela: bien -sonrío- este curso parece interesante -disimulo-

Manu: -sonríe- me alegro -me da un beso en la frente-

Fue una tarde normal, la verdad es que echaba de menos verlo todas las tardes entre semana, me alegraba el día.

Llegó las 9 de la noche y fuimos para la estación de autobuses.

Manu: nos vemos mañana, ¿vale? -me besa en los labios-

Daniela: Si -sonrío tiernamente- te voy a echar de menos -le doy un beso-

Nos despedimos y él se subió al autobús. Yo me coloqué los casos y fui directa a coger el autobús para que me llevase a mi casa.

Me fui a la parada y el autobús no tardó mucho en llegar, subí, pagué y me senté en uno de los asientos libres.

Estaba con la mirada perdida escuchando música, viendo las gotas de la lluvia recorriendo el cristal del autobús.

El autobús paró para recoger a más gente y noté que alguien se sentó a mi lado

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El autobús paró para recoger a más gente y noté que alguien se sentó a mi lado. No le di mucha importancia, hasta que vi quien era.

No puede ser, era él, el chaval de ilustración. No pude evitar ponerme un poco nerviosa, pero quise que no lo notara, así que fingí indiferencia.

Ya tenía bastante con verlo en la escuela, para que también aparezca todas las tarde en el autobús.

Menos mal que se bajó antes que yo, el momento incómodo duró poco. Suspiré aliviada y cuando el autobús cerró las puertas y comenzó a avanzar me quedé observándole.

Daniela, para ya. Olvídate, tienes pareja.

Suspiré frustrada. Llegué por fin a casa y me puse a escuchar música hasta que me dio sueño.

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Me levanté a las 7 de la mañana para prepararme para ir a clase. Me duché y me vestí.

Todas las mañanas eran lo mismo, veía a mi amiga a mitad de camino y nos íbamos juntas a la escuela.

El profesor nos mandó nuestro primer trabajo. La verdad es que me encanta este curso y los trabajos que nos mandan.

La mañana fue un poco aburrida. En los cambios de clase salíamos a fumar.

Hoy salíamos antes, ya que sólo teníamos cuatro horas de clase.  Estábamos en el recreo con todos los de clase.

Maria: ya son las 11:30 -mira su móvil- deberíamos ir subiendo

Nos quedamos en la puerta de la escuela, esperando a que yo terminase de fumar.

Maria: mira tía -mira disimuladamente detrás de mi- ahí está el buenorro

Me giré disimuladamente y como no, estaba el tío que me gustaba a Maria y al lado el chaval que llamaba mi atención.

Daniela: vámonos -tiré el cigarro-

Maria: ¿y ese enfado? -extrañada- ¿te pasa algo?

Le iba a responder a Maria, pero sentí una mano reposar en mi hombro.

El chaval de ilustración, ni si quiera sabía como se llamaba.

Desconocido: perdona, ¿tienes mechero? -me mira-

Fui incapaz de mirarle a los ojos, me ponía nerviosa. Metí la mano en mi bolsillo y le dejé el mechero.

Desconocido: -se enciende el cigarro- gracias -me lo devuelve-

A los segundos, sin decir nada a María, subí las escaleras para ir a clase.

No estabas en mis planes. // Chandler RiggsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora