Daniela era una chica normal, llevaba con felicidad su vida. Pero en un momento se desmoronó todo, a causa de una mirada que la observaba desde lejos.
Esta experiencia comenzará en una escuela de arte, donde nuestra protagonista llamará la atención...
Como cada día, me desperté temprano, desayuné, me vestí y me fui a la escuela.
Como cada mañana María me estaba esperando en los bancos de afuera de la escuela para fumarnos un cigarro antes de entrar a clase.
Maria: Hola Dani -sonríe- te invito a un cigarro -saca un cigarro del paquete y me lo ofrece-
Daniela: Gracias nena -agarro mi mechero y lo enciendo-
Anoche apenas había dormido, se me notaba que estaba sin ganas de nada. Cuánto menos me hablen hoy mejor.
Entramos al pasillo y, como no, Chandler estaba sentado en unos de los bancos que había en el pasillo, para entrar en el taller.
María se paró a hablar con un amigo y los demás de mis clase también estaba en la planta baja, eso significaba que tocaba en el taller con los de ilustración, seguramente el tutor les había avisado de ello.
Me senté al lado de Chandler en aquel banco.
Chandler: ¿cómo vas? -dice sin alzar la mirada de su móvil-
Daniela: voy... -intento no dormirme en el banco-
El tutor llegó junto con el profesor de ilustración, abrieron la puerta del taller y nos dijeron que entrásemos.
María: mira -ser acerca a mi susurrando- ahí está el buenorro, y me toca sentarme al lado suya -me alza una ceja-
Levanté mi mirada para ver el susouesto buenorro al que María se refería, pero se me fue la vista a la chaqueta que llevaba Chandler.
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Espera, ¿el Joker? ; esa chaqueta se la había visto a otra persona, pero no recuerdo a quién.
Sabía que no era una chaqueta normal, ya que ese joker era pintado con pintura para textil.
Entramos al taller y yo me coloqué a su lado como me correspondía.
Profesor de ilustración: Hoy os voy a mandar un ejercicio de copiar -explica- ya que tenéis a una pareja de compañero, tenéis dos horas para dibujar su rostro
Genial, dos horas Chandler mirándome, va a ser divertido.
Todos los demás compañeros comenzaron a colocarse unos en frente de su respectiva pareja.
Daniela: Chandler... no sé si voy a poder -me coloco mirando hacia él- no voy a poder evitar cerrar los ojos - suspiro de cansancio-
Chandler: -sonríe- no te preocupes -me mira- no tendré problemas para dibujarlos -agarra su libreta de dibujo-
Seguía dándole vueltas a lo de la chaqueta... juraría que se lo había visto a alguien de mi entorno.
Chandler: mírame a mi, ¿vale? -me agarra del mentón para alzarme la mirada-
En ese momento no pude evitar sonrojarme, seguramente él lo notó porque se dibujó una pequeña sonrisa en sus labios después de eso.
¡Ya me acuerdo!, se la vi a mi amigo Javi una vez que quedamos todo mi grupo. ¿Que hará él con una chaqueta de Javi?
Daniela: ¿conoces a Javi? -pregunto extrañada-
Chandler: ¿lo dices por la chaqueta? -me observa- Javi es mi hermano pequeño -vuelve su vista al cuardeno-
¿Cómo?; he estado en su casa mil veces y jamás había visto a Chandler por ahí.
Daniela: ¿en serio? -sorprendida-
Chandler: ¿es tu amigo? -me mira curioso-
Daniela: Si -afirmo- está en mi grupo de amigos, de hecho -le explico-
Chandler: Que pequeño es el mundo -sonríe- seguro has estado en mi casa muchas veces y ni nos hemos visto -me mira- para la próxima ya lo sé -sonríe-
Hoy estaba especialmente agradable conmigo, y no sabía por qué.
Las dos horas terminó y ya había terminado aquel ejercicio. El profesor de ilustración les echó una fotografía a cada dibujo y se los devolvió a sus alumnos.
Chandler: toma -me da el dibujo- quedátelo -se coloca la mochila en la espalda- tengo que hacer más dibujos tuyos de todas maneras -me sonríe- nos vemos
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