Daniela era una chica normal, llevaba con felicidad su vida. Pero en un momento se desmoronó todo, a causa de una mirada que la observaba desde lejos.
Esta experiencia comenzará en una escuela de arte, donde nuestra protagonista llamará la atención...
Sonó la sirena de las 9 de la mañana. Salí a la puerta a fumarme un cigarro con dos compañeros míos. Eran los únicos de mi clase con los que me llevaba bien, ya que eran los más adultos.
Miré hacia las escaleras de la entrada y vi bajar a Daniela y Mikel. Siempre los veía juntos, ¿pueden que sean pareja?
Me lo preguntaba a veces, incluso me molestaba que fuese así. Desde la primera vez que vi a Daniela llamó bastante mi atención. Me odiaba a mi mismo por ello, tengo mi pareja, aunque no estábamos muy bien precisamente.
Mikel: Hey, Chandler -me da una palmada en la espalda- ¿qué pasa? -sonríe-
Conocí a Mikel el año pasado, en el primer curso de Ilustración, pero este año decidió terminar el grado medio que tenía pendiente.
Chandler: Aquí estamos -le doy una calada al cigarro- echando la mañana -suelto el humo- Hola, Daniela -digo amablemente evitando su mirada-
Daniela: Buenos días, Chandler -dice tímidamente-
Notaba como me mirada a veces, ella sabía que era mayor que ella. Me miraba con admiración y una timidez a mi que parecía una mirada preciosa. Aunque a veces notaba tristeza y confusión en ella; muchas veces me habían dado ganas de preguntarle, pero seguro iba a pensar que qué coño hacía un desconocido preguntándole por su estado de ánimo o sus problemas personales.
Daniela se encendió un cigarro y Mikel y ella comenzaron a hablar de sus cosas.
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Noté como vibraba mi móvil en el bolsillo, me estaba llamando Lidia, mi novia. Suspiré y descolgué el teléfono sabiendo que esto iba a llegar a una discusión.
Y fue así, desconecté totalmente cuando comenzó a gritarme por teléfono, así que sin decir nada le colgué.
Mi compañero Eduardo vio mi cara amargada tras la llamada de teléfono.
Eduardo: ¿Otra vez discutieron? -suspira- no sé como no la dejas ya
Yo tampoco sabía que hacia con ella, quizás sea ya costumbre por los tres años que llevamos juntos, no me atrevía a dejarla. Pero sabía que mi relación con ella estaba más que muerta, para nada sentía lo mismo, quizás un poco de cariño, pero nada más, ya no estoy enamorado de ella.
Eduardo: He visto como miras a esa niña -mira a Daniela de reojo-
Eduardo apenas hablaba, pero se daba cuenta de las cosas, era muy observador.
Chandler:-suspiro- es una niña -aparento indiferente-
Y era verdad, yo tenía 25 años, seguro que mínimo le saco 4 años. Lo malo era que esa niña me atraía. Eduardo se rió de la gilipollez que había dicho, hasta yo lo sabía. Y se fue para clase.
Yo me quedé en la puerta despejándome de la discusión que había tenido con Lidia. Vi como Daniela subió las escaleras para entrar a clase y Mikel se quedó ahí. Me miró y se acercó a mi.
Mikel: Bueno -coloca su mano en mi hombro- ¿que tal te va segundo de ilustración?
Chandler: Un poco agobiado, sabes que no es fácil este ciclo -suspiro de frustración- pero ahí voy, ¿y tú? -sonrío- veo que estás ligando este año, ¿eh? -sonrío de forma pícara-
Mikel: ¿Daniela? -sorprendido- no, que va -ríe- solo que estoy intentando convencerla de que se una a mi para forma el grupo de música del que te hablé el año pasado
Chandler: Es verdad -pienso- me dijiste que cantabas pero que no querías ser la voz principal ya que también tocabas el bajo
Mikel: Exacto, y quiero que ella sea la voz principal, pero me está costando
En fin, conversé un poco con Mikel de su grupo. Por lo menos averigüé que no tenían nada entre ellos. No sabía porque hacía éstas cosas relacionadas con Daniela.
Me despedí de Mikel y me fui a clase e intentar no pensar en nada más.
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