Daniela era una chica normal, llevaba con felicidad su vida. Pero en un momento se desmoronó todo, a causa de una mirada que la observaba desde lejos.
Esta experiencia comenzará en una escuela de arte, donde nuestra protagonista llamará la atención...
Ya solo nos tocaba una hora de preimpresión y después ya nos íbamos a casa.
Nos encontramos al profesor con el cual nos tocaba la clase.
Profesor: Decirle a los demás compañeros que vamos a bajar al taller con los de ilustración -nos informa a María y a mi-
Bien, ¿más cosas hoy?; María me guiñó un ojo y nos dirigimos a la puerta del taller.
Daniela: vamos a esperar a que vengan los demás -miro el interior del taller, evitando entrar-
María: yo quiero entrar ya -sonríe de forma picara-
Suspiré cansada. De repente el chaval que llamaba mi atención salió del taller.
Daniela: Vale -indiferente- vamos a entrar
María me miró extrañada por mi cambio de opinión tan repentino. Entramos y cada cual estaba haciendo sus cosas. Poco después llegaron nuestros compañeros y el profesor.
El profesor de los de ilustración estaba hablando con cada uno de sus alumnos, nuestro profesor nos estaba explicando unas cosas de unas impresiones, pero yo estaba más atenta al otro profesor que estaba hablando con el chaval.
Se llama Chandler. Lo último que ya me faltaba era saber su nombre, pero yo misma me lo estaba buscando.
Bajé la mirada e intenté atender a lo que nuestro profesor nos estaba explicando. Hasta que sentí una mirada en mi. Era él, sin duda, comencé a sentirme tan incómoda que me di media vuelta dándole la espalda.
A mi lado había una mesa llena de dibujos, como no, de ellos.
Uno de ellos me llamó bastante la atención.
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Me encantaba, ojalá supiera dibujar así, pero no había practicado lo bastante. La firma del autor era Riggs, ni idea de quien sea.
Profesor: ya que vamos a cooperar con los compañeros de ilustración, podríamos dedicar un par de clases a que os enseñen técnicas de dibujo.
Los demás compañeros sonrieron ilusionados.
Nos tocó mezclarnos con ellos, Maria me había dejado sola para acercarse al tío que le gustaba, pero por lo menos un amigo de clase estaba cerca de mi. Pero tuve la mala suerte de que me tocó sentarme al lado de él.
Profesor: sacad vuestra libreta de bocetos y haced un dibujo, para ver lo que sabéis hacer -nos ordena-
Saqué mi libreta de bocetos, que ya había unos cuantos dibujos en ella, noté como Chandler los miraba, pero no decía nada.
Me sentía más que incómoda. Comencé a dibujar para olvidarme de que estaba ahí.
Comencé a dibujar un ángel. Era lo que mejor se me daba. Entonces me acordé del dibujo que había visto anteriormente.
Chandler: tienes que mejorar el trazo de las alas -me dice sin levantar la vista de su dibujo-
No puede ser, me está hablando. No supe que contestar a eso.
Daniela: ¿cómo? -giro la mirada-
El chaval se levantó y se puso detrás de mi. Agarró el lápiz y me mostró como lo dibujaría él.
Chandler: así es como lo hago yo -suelta el lápiz y vuelve a su asiento- pero no esta nada mal sabiendo que eres de diseño gráfico
Daniela: Gracias -digo nerviosa, sin levantar la vista de la libreta-
Se escuchaba murmullo, todos estaban hablando entre todos.
Por fin acabó la hora y sonó el timbre, la hora más larga de mi vida. Comenzamos a recoger nuestras cosas, pensaba que todo había acabado por hoy, pero no.
Chandler: ¿cuál es tu nombre? -pregunta curioso, mientras guarda sus cosas en la mochila- Daniela: Daniela -digo entrecortada-
Chandler: Yo soy Chandler, por si alguna vez quieres preguntarme cualquier cosa -se coloca la mochila- nos vemos
Y se fue del taller. No podía creer lo que acababa de pasar. Simplemente al salir me despedí de mi amiga y me fui a casa a hacer trabajos.
