Caminaba por el pasillo de aquel hotel como si lo conociera a la perfección, era normal, el aroma dulzón de su amigo le llenaba las fozas nasales y lo conducía hacia la dirección en la que estaba.
No tardó mucho en darse cuenta de que el rubio se alojaba en los pisos más altos.
Camino a paso rápido y firme, encontrandose entonces con la puerta de la habitación del chico abierta.
Entro con cautela, observando todo a su alrededor...
Tweek inmediatamente se dio cuenta de la presencia del intruso, por lo cual solo se escondio y espero el momento de atacar.
Craig estaba maravillado.
El aroma le encantaba, hacia mucho no se sentía tan comodo en un lugar.
En las sombras se ocultaban un par de ojos verdes que lo miraban, acechando, pero se relajaron al ver al gran anubis comportandose como un pequeño felino doméstico, paseando por la habitación observando con curiosidad todo.
Craig, observando que nadie lo mirara, cerrando la puerta discretamente tras de si, se sentó en la cama, aspiro profundamente.
Aquel colchon estaba impregnado de su aroma...
Podía olerlo con claridad, se recostó con la cara contra la superficie suave y se sintió como un completo enfermo pero no pudo evitar ronronear y sentirse tentado a restregarse sobre aquel colchón.
Tweek contuvo lo mas que pudo su reacción, pero se acerco aprovechando la distracción del pelinegro, poniendose a su altura, arrodillado en el suelo, recargandose en la cama observando al muchacho alto acurrucado entre sus sabanas.
–Eres sin duda alguna el anubis más jodidamente adorable que he visto– dijo el rubio en voz alta, causando el asombro y susto del pelinegro que salto de la cama rápidamente y miro al rubio ahí, sonriendole.
Craig estaba pegado a la pared, alterado por el sonido fuerte de la voz del rubio.
Lo miro con atención desde las sombras, el rubio miraba al joven desde su cama, recargado en sus codos.
–Hola intruso– dijo con buen humor el rubio –No se si quieras que te golpee tambien como a su amigo rubio pero entrar a mi habitación sin invitación es una forma fácil de provocarme a que te de una paliza–
–L-Lo siento...– su voz grave sorprendio a Tweek, escucho atentamente al sujeto frente a el.
–No vine sin invitación...– dijo Craig en voz baja, Tweek alzo las cejas sorprendido y lo miro totalmente lleno de curiosidad.
–¿Ah si? ¿Quien te ha invitado a estar conmigo?–
–Tu...–
–No recuerdo tal cosa...–
–Dijiste que si quería... Podíamos pasar la noche juntos... Pero ese día... No pude volver–
Los ojos del rubio mostraron una gran conmoción en su interior.
Se levanto inmediatamente de la cama y se acerco a aquel muchacho en las sombras.
Era mucho más alto que él pero noto entonces un olor reconocible.
–Tweek... M-Me alegra mucho que estes bien...–
Tweek estaba que no cabía en si de lo impresionado que estaba, primero miro a todos lados buscando una respuesta, tapó su boca y despues simplemente se lanzo sobre él efusivamente.
Craig se quejo adolorido mientras el rubio sobre el lo abrazaba con mucha fuerza aferrado por completo a su cuerpo.
Lo atrapó en sus brazos, aferrándose casi violento a él, era algo instintivo ya, su modo impulsivo le dictaba no soltar al rubio bajo ninguna circunstancia, inmediatamente su nariz busco el cuello de Tweek y se posiciono sobre el con facilidad, tanto por su fuerza como por la sumisión del rubio ante él.
Era raro para Tweek sentirse así, era como si su cuerpo inmediatamente se relajará en la presencia de Craig y su voluntad fuera desvaneciéndose mientras estaba en sus brazos.
Sintió entonces todas las alarmas de peligro en su interior encenderse por la peligrosa cercanía de la boca de Craig a su cuello, pensó en que el pelinegro lo marcaría nuevamente, pero no sucedió, solo sentía su respiración contra su cuello y su piel contra la de él.
Deseaba preguntarle tantas cosas... Sobre su vida, sobre cómo era ahora, que había hecho en su ausencia y que sucedía con él.
Craig por su parte se concentraba en no morder el cuello de su acompañante, estaba tan cerca y era tan tentador que no podía evitar pensar en ello como algo que le traería mucha satisfacción.
Debido a la distancia entre ambos desde hacía tiempo ya, Tweek ya no gozaba de ciertos privilegios de estar marcado, pues la marca se había desvanecido levemente y la esencia de Craig en el era ya inexistente.
Ya más concentrado y tratando de asimilar todo, se alejo del rubio, no porque quisiera hacerlo en realidad, si no por que sabía que si hacían algo mal sería enteramente su culpa, estaba bastante seguro de lo que quería decirle a Tweek ahora que estaban juntos, pero primero debía desahogarse, su voz salió clara y grave de sus labios, el rubio lo escucho con atención.
–No sabes cuanto extrañe tu presencia... No tengo palabras para decirte lo terrible que fue pensar que habías muerto–
–Y-Yo pensé que tu habías muerto... Entiendo perfectamente Craig... Dios ahora yo solo... Estoy tan feliz de que estés aquí... Diez malditos años pasaron y nos volvemos a ver... Es increíble – dijo el rubio con una risilla al final, lo miro sonriendo, feliz.
Craig miro el cuello de Tweek y rasco su propia nuca algo avergonzado.
–Lamento mucho haberte mordido... No sabía que era lo que implicaba y yo... Bueno... Era muy joven para entender muchas cosas, desearía no haberlo hecho, ya sabes... Todo... Solo te metí en problemas –
"Desaria no haberlo hecho"
Tweek supo entonces que Craig no solo no era el mismo, si no que ya no se sentía igual respecto a él.
En realidad no lo culpaba, habían pasado tantas cosas que era normal para el también. Incluso tenía pareja, así que le parecía estúpido sentirse herido ante aquella declaración, sonrió lo mejor que pudo y lo golpeó juguetonamente en el hombro.
–Vamos, no te preocupes, de hecho... Fue muy útil, me ayudó a sobrevivir, si no los anubis me habrían comido vivo... Y no te preocupes Craig... Se que... Ha pasado mucho tiempo y... Bueno... Todo cambia ¿no? –
El más alto sintió cierta incomodidad ante la manera ligera con la que Tweek lidiaba con la situación.
–Supongo... Y... ¿Que es todo esto? Los grupos de anubis y humanos, tu... –
–Pienso que son perfectamente capaces de convivir, ellos parecen pensar lo mismo, entonces creo que mientras no le hagan daño a nadie estará todo bien, hasta la fecha nadie ha atacado a otros–
Craig le sonrió levemente, Tweek era Tweek, sin importar que... Incluso si ahora había cambiado en algunas cosas, su amigo continuaba siendo la mejor persona que conocía.
–Y hablan de ti como un amable líder... Y un sadico–
Tweek arrugó la nariz pensando en ello, miro a Craig con más seriedad.
–A veces las cosas que vives te transforman ¿No crees?–
Aquella voz había salido con un tinte amargo y triste, Craig se quedó callado y simplemente se acercó con cautela, agachandose levemente mirando directamente a Tweek.
–No se que te ha sucedido... Pero quiero que sepas que contarás conmigo para absolutamente todo Tweek, eres mi hermano, mi familia y eso jamás voy a olvidarlo... Hemos sufrido... Somos iguales–
El rubio noto la seriedad de Craig, miro su mano y le removió el guante. El pelinegro no protesto pero miro aquello con curiosidad.
La curiosidad fue reemplazada por sorpresa cuando Tweek se quito su guante, el pequeño muñón que debía ser su meñique era algo difícil de mirar.
–No Craig... NO somos iguales y nunca vamos a serlo... Eres un líder por naturaleza, por instinto sabes que hacer, yo vivo asustado por la gente que me rodea, por que no quiero que nada les pase, no tengo la misma confianza de que nadie me dañara como a tu, cada día es prioridad sobrevivir, comer, dormir, ustedes viven vidas más cómodas, cuentas con personas que te aconsejan y apoyan, yo debo cuidar de todos yo solo, cargar con el peso de eliminar lo innecesario o problemático...Jamas vamos a ser iguales Craig... Vi como devoraban a mis padres y me salve de milagro por que me desmaye de terror cuando estaban torturandome, así perdí mi dedo, mi casa, muchas personas que amaba, muchas más que eran inocentes de cualquier pecado–
El joven Tucker estaba preocupado por el rubio, Tweek era más que valiente por todo lo que debía pasar, era cierto, se había quedado totalmente solo, obviamente Stanley y compañía podían calmarlo y acompañarlo en su día a día, pero sabía que Tweek debía lidiar con los asuntos más serios el mismo.
No eran una manada, Tweek no era seguido incondicionalmente por su grupo, se aventuraba solo a hacer muchas cosas y eso implicaba un riesgo enorme.
–No lo sabía... Y lamento que hayas pasado por eso tu solo... Pero mi intención es que no tengas que hacerlo jamas... Tienes razón... He contado con mucho más que tu, solo quiero que comprendas que estoy completamente comprometido a ayudarte y todo con lo que cuento esta a tu disposición –
Tweek miro a Craig unos momentos... No pudo evitar quedarse serio y luego abrazarlo.
–Sabes que es igual de mi parte... Pero hay cosas en las que no puedo meterte...–
–Era mi familia también... Tengo derecho a... –
–No Craig, no voy a decirte nada, pero la respuesta siempre va a ser no, no sabes lo que quiero hacer y créeme... No quiero que lo sepas–
Las palabras de su amigo fueron suficientes para despertar su curiosidad ¿A que se debía tanto misticismo? Se suponía que confiaban ciegamente el uno en el otro.
O era así anteriormente.
Ahora las cosas habían cambiado y el no podía simplemente quedarse tranquilo, dejar que eso pasara.
Por primera vez en mucho tiempo agacho la cabeza ante otra persona, dejó ser la situación, únicamente por que sabía que era la mejor manera de proceder.
No iba a faltarle al respeto, era su autoridad ahí, aplicada del todo en quien lo visitara, era su territorio y no iba a ponerse a desafiarlo.
Había maneras más pacíficas de conseguir lo que quería.
Le haría confiar en él, se ganaría su cariño y admiración, su principal objetivo era conseguir la verdad del rubio y ayudarlo en lo que sea que estaba tramando.
Si supiera con claridad lo que sucedía por la mente de su amigo probablemente no lo habría creído o habría entrado en un profundo conflicto por aquello.
Tweek ya sabía que un anubis de ojos azules era algo que sólo había visto dos veces en su vida, y sabía también que tenían que tener alguna relación entre sí.
Sabía que aunque estaba feliz por tener a Craig con él y vivo, representaba un obstáculo gigantesco...
¿Como se suponía que abordará una situación así?
Iba a matar a su madre.
No era un plan o una posibilidad, era un hecho, obviamente Craig no debía tener ni la más mínima idea de ello o de las atrocidades de las que era culpable su madre.
Y Tweek no iba a decirselas.
Aunque el rubio odiara a muerte a aquella mujer... Craig seguía siendo el mismo dulce tonto que el conocía... Su hermano pequeño.
Lo supo al momento en el que lo vio entrar y comportase de aquella manera ingenua.
Lo supo cuando lo abrazo y le prometió total lealtad.
Craig no había aprendido nada de lo cruel que era el mundo, contaba con demasiados privilegios y autoridad como para conocer la vida de una presa y las injusticias que podían ser cometidas en su contra.
Lo miró, sus ojos gritaban por atención, aquellos ojos azules lo miraban suplicantes, Tweek simplemente sonrio levemente y acaricio su mejilla.
–Somos familia... Y tu eres mi hermano menor, de ninguna manera te dejaría desamparado Craig... Pero no te metas en mis asuntos... No quiero tener que repetirlo –
El muchacho solo asintió suavemente y miro a Tweek con un gesto sumiso.
–Tweek... Yo... Bueno creo que nuestro grupo estará feliz de verte... – dijo sonriendo sutilmente, Tweek abrió los ojos sorprendido.
–Espera... ¿Todos... ? –
–Estaban abajo, conmigo...–
Entonces las cosas se tornaron más incómodas cuando Tweek miro la puerta abrirse rápidamente con Stanley, Red y Porsche mirándolos preocupados.
–Tweek pensé que lo matarías así que vine rápido y... –Dijo la pelinegra, para ser interrumpida.
–Y yo pensé que Craig lo mataria–
–Yo pues... No pensé que estuvieran matándose... De hecho... Mis teorías iban por un rumbo muy diferente... Más sobre algunos arrumacos o algo así – dijo Stanley riéndose, la chicas lo miraron, Red, furiosa, Porsche algo confundida.
–Hey... Aquí no pasa nada, yo no voy a matar a Craig ni él a mi, solo... Hacíamos un recuento del tiempo que pasó – explicó el rubio –y tu, hijo de perra, más te vale dejarte de bromas estúpidas –
–¿De que hablan? – pregunto la muchacha mirando a Tweek, el rubio suspiro con resignación.
–Craig y yo solíamos... Estar juntos–
Porsche miro al pelinegro y le sonrio con cierta ternura, el muchacho devolvió la sonrisa tímidamente.
–Oh, estar juntos, si claro ... ¡Fue tu primer amor!– se burlo Red pero abrazo a su novio posesivamente.
–Pero tranquila cariño, soy la alfa ahora–
Porsche río con fuerza cuando vio a Craig con una cara de desconcierto y molestia. Estaba claro para ella que el pelinegro no estaba muy agusto con aquella afirmación.
–Yo soy la... Compañera de Tweek... O bueno... No se como se supone que me presente–
–Eres la jodida cosa más dulce en mi vida, puedes presentarte así si quieres– dijo el rubio mirándola embobado.
A diferencia de Craig, que llevaba una relación cómoda por compromiso y para satisfacer ciertas necesidades, Tweek genuinamente amaba a la muchacha a su lado, de entre todos en aquel lugar, era por mucho en quien más confiaba y a quien consideraba como igual.
Habían sanado sus heridas mutuamente, vivido muchas cosas juntos y compartido sus sueños y temores más profundos desde hacia mucho.
Y aunque la relación de Craig y Red era algo más formal, Tweek y Porsche eran quienes de verdad estaban profundamente conectados el uno con el otro, no tenían etiquetas, iban y venían a voluntad pero siempre terminaban juntos, a veces durmiendo al lado del otro, a veces acariciandose amorosamente a espaldas de los demás, a veces besándose hasta quedarse sin aliento en el techo del edificio mientras el frío viento les congelaba las mejillas.
Fue notorio para todos cuando el rubio miró a la pelinegra que había mucho más ahí que una relación amistosa, Red sintió un gran alivio...
Mentiría si dijera que no estaba preocupada por ser reemplazada por Tweek, sabía que no había desicion alguna para Craig. Era Tweek, siempre sería Tweek por sobre todo y todos.
Pero ahora viendo al rubio teniendo una prioridad diferente fue suficiente para que ella sonreirá ampliamente y apoyara la relación.
Craig por su parte miraba aquello tratando de sentirse bien por su amigo.
Pero sabía que eso no iba a serle posible, no pronto.
No por que no fuera racional, siempre intentaba serlo, era más cuestión de sus estúpidos instintos animales que le exigían reclamar al rubio como propio.
No sabía lo que sentía por él, pero aquella sensación de pertenencia era muy fuerte, aquellos sentimientos infantiles seguían en él, atormentandolo como un recuerdo vergonzoso de su juventud.
Odiaba con ganas el hecho de que había muchos comportamientos que aunque sabía tóxicos y perjudiciales no podía cambiar.
Una vez los chicos conocieron a sus respectivas parejas, las cosas fueron más y más incómodas para Tucker.
Tweek fue recibido por el grupo con gran gusto, se sintió feliz de ver a Wendy cerca de Stan y a Kevin acurrucado en Butters y Kenny.
Aquel rubio...
Esperaba no tener que darle otra lección pronto.
La noche paso relativamente tranquila con todos conversando sobre como habían sido sus vidas en el pasado.
Craig no pudo apartar la mirada de Tweek y esperaba en verdad conseguir algo de información sobre lo que pensaba...
Ahora solo le resultaba un poco doloroso verle siendo mimado por un par de manos femeninas que alborotaban sus dorados cabellos de manera juguetona mientras el estaba recostado en sus piernas.
Desvío la mirada cuando los labios de aquella pareja se juntaron en un cariñoso beso.
Red leyó inmediatamente en el lenguaje corporal de su pareja que algo no andaba bien.
Sujeto su mano suavemente, busco su mirada y tocó su nariz con la propia, Craig sólo atino a sonreír sutilmente y cerrar sus ojos.
Quizás... Lo mejor era mantener la vista en otro lado.
-Hola chicos :33
Les dejo actualización y me voy a hacer tarea!
Los amo mucho uwu
Comenten, eso me motiva a escribir mas :3
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Anubis
FanfictionUn visitante inesperado hace que su vida se torne en un negro azabache, tan negro como la obsidiana, tan negro como sus ojos expectantes... Con un pasado oscuro como la noche que lo ampara, con una profunda necesidad de proteger aquella criatura com...