Disputa

708 103 32
                                    

Red se encontraba observando atentamente a Porsche que permanecía cercana a Tweek, lucía realmente tranquila incluso con la información que el rubio le había dado recientemente sobre Craig. Simplemente no lo entendía.
Para ella era sumamente raro que no mostrará inquietud alguna ante aquello, cuando la hora de dormir llegó, las chicas se apartaron yendo a sus habitaciones y la pelirroja tuvo una oportunidad al fin de hablar con aquella chica, Porsche la recibió sonriendole amablemente.
–¿Puedo ayudarte? – dijo incluso antes de que Red le preguntara cualquier cosa, la pelirroja miró a Porsche algo apenada pero tomó su mano y la apartó de los demás.
–¿Como consigues estar tan tranquila? Ya sabes... Con lo de...–
–¿Tweek?– preguntó la pelinegra, Red asintió y la chica la miró algo insegura.
No era que no sintiera cierta incomodidad...
–No quiero molestar a Tweek con esas cosas... Se que debe ser duro para él todo lo que esta pasando y probablemente esta muy confundido o no sabrá como lidiar con todo, así que solo no quiero ser otro problema que solucionar– dijo ella con una sonrisa comprensiva.
–Dios es solo que... Yo estoy tan nerviosa, Craig es tan cercano a Tweek incluso después de todo este tiempo y... Bueno... Me siento como una maldita farsa... –
–No lo se ehmmm... Bueno... Yo no... No me siento como una farsa... De verdad quiero mucho a Tweek y es alguien importante para mi... Quizás es algo diferente, tiene muchas cosas que debe pensar pero confío en él, se que es una buena persona y se también que el me quiere... Entonces... No me siento insegura al respecto, no creo que algo tan repentino cambie lo que hemos pasado y creo que deberías relajarte un poco tu también, Craig debe sentirse muy conflictuado y no creo que necesite nada más–
Red sonrió con cierta burla, estaba bien para aquella chica si quería llevar ese momento así, pero no ella, ella no se sentía con esa complicidad ni con esa infinita comprensión.
Quizás era cosa de humanos.
Red no podía controlar su posesiva forma de ser y era por eso mismo que se sentía insegura, sabía que Craig estaría igual, pero no por su causa.
–Se que confías en él, yo también confío en Craig, pero la cosa es que una vez que marcas a alguien las cosas no son tan fáciles... Probablemente no eres conciente de ello, tu marca parece haber sido de hace mucho incluso puede ser que quien la hizo ya esté muerto, pero Tweek y Craig tienen una forma especial de relacionarse y créeme... Esa marca que Tweek tiene va a traernos muchos problemas y no por que sea culpa suya... Craig no puede controlar esas cosas, nadie puede... –
Porsche paso sus dedos por su cuello, sintiendo la marca aún visible pero ya no era tan perceptible, se borraba con el tiempo.
La de Tweek también, pero estaba por decirlo así más fresca, más vistosa y parecía más vigente.
–¿Que importancia tiene una cicatriz?– dijo la pelinegra ya un poco irritada. Deseaba no obtener una respuesta... No le gustaba la idea de que fuera algo tan relevante.
Pero lo era.
Red rio burlándose de la situación, no había otra forma de abordarlo.
–Podemos intentar que estén lejos el uno del otro, pero en cuanto sientan la necesidad de estar juntos ni el mismo Craig va a poder evitarlo, su cariño hacia Tweek siempre fue muy fuerte e incondicional, esa marca que tiene podría ser solo un recordatorio que hace que él se deje llevar por sus instintos, pero a fin de cuentas... Por como lo mira... Si yo fuera tu tendría mis precauciones, bueno, yo tendré las mías... –
Dijo para retirarse, dejando a Porsche pensando en aquello...
Era en verdad preocupante si aquella chica decía la verdad...
No quería perder a Tweek, aunque la idea no era atemorizante para ella, si le generaba conflicto... Era lo único que tenía.
Su cruz de salvación en un mundo de porquería que no entendía lo que ambos habían sufrido.
¿Craig en verdad merecía su amor?
NUNCA.
La idea le parecía totalmente una locura.
Era un Anubis. Una criatura que ya le había hecho daño y había marcado a su novio como si fuera un animal, una pertenencia.
Se prometió estar atenta a lo que pudiera suceder. Sin embargo... Ella desconocía por completo lo que Tweek podría estar pensando.

-

–El frío es tan implacable y duro... Y cuando dejas de respirar unos segundos es tan... Abrumador... Estar en la montaña de nuevo es muy raro... Hace años que no venía aquí –
Tweek se encontraba a un lado de Craig. Se habían escabullido para que nadie más los siguiera, había mucho, muchísimo de que hablar...
Pero para Craig había una inquietud que no podía resolver en su cabeza.
Miró los restos de los cimientos ya casi inexistentes ante el paso del tiempo y el inclemente ambiente en el que estaban.
–Mamá y papá... – susurro para si mismo mientras veía aquello... Tweek pudo escucharlo y apretó su brazo suavemente.
–Es difícil... Lidiar con eso... Bueno incluso ahora que ha pasado tanto yo aun los extraño...–
–Eran personas maravillosas Tweek... NO merecían esto en absoluto–
El rubio noto que los ojos de Craig se coloreaban levemente de carmín. Lo miro sorprendido.
–Tus ojos... ¿C-Como...? –
El pelinegro soltó un suspiro tratando de calmarse, ahí estaba otra vez... Perdiendo el control de sus emociones, sus instintos le jugaban una mala pasada, todo era cuestión de largarse pronto pero había que afrontarlo tarde o temprano.
–Cuando me descontrolo mis ojos... Bueno, usualmente es cuando estoy muy emocional o muy... –
–¿...? –
Tweek abrió sus ojos sorprendido y capto la idea. Rasco la nuca del pelinegro.
–Ya, ya... Buen chico–
Craig gruñó molesto ante aquel trato, sacándose la mano de encima.
Tweek sonrio con nostalgia.
–Todo estará bien Craig... Si te sientes molesto puedo calmarte, una paliza te haría bien, cachorro–
El pelinegro miró a Tweek con mucha confianza, río ante aquel desafío.
–Basta Tweek, ya no soy el mismo niño que te dejaba hacer lo que quisieras, si me desafias tengo la obligación de patearte el trasero–
El rubio río con entusiasmo, emocionado por aquel encuentro, se puso en guardia mientras el pelinegro lo miraba concentrado.
Sin poder impedirlo, Tweek lo perdió de vista entre los árboles, se dejó ir descuidadamente a la profundidad de la naturaleza.
Sintió una extraña sensación, un presentimiento extraño en su nuca. Su piel se puso de gallina, rápidamente sintió la cercanía detrás suyo del pelinegro, que, de manera rápida, colocó una de sus piernas entre las del rubio, afectando su equilibrio y logrando derribarlo, Tweek comenzó a retorcerse en el suelo, fingiendo estar indefenso, Craig se acercó y terminó siendo atrapado las piernas del rubio, poniéndose sobre él y listo para propinarle un puñetazo.
El pelinegro lo detuvo rápidamente, paso su brazo alrededor de Tweek y lo sometió nuevamente, sostuvo sus manos y puso su rodilla en el torso del chico Tweak.
El rubio miró con el cuerpo lleno de adrenalina a el joven Anubis sobre el bastante exaltado.
Sus ojos ya eran por completo carmesí y negros, jadeaba levemente y exhibía un poco sus colmillos.
–Hey chico rudo, ya se acabo, tu ganas... Aunque me sorprende que hayas ganado así de fácil... Es muy claro que eres un perro alfa– se burlo el rubio, sin embargo Craig no relajo su posición, más bien parecía cada vez más ansioso.
–Ehmmm... Craig –
El pelinegro se acercó a su cuello peligrosamente.
Tweek sintió todas sus fuerzas abandonar su cuerpo, como si quedara totalmente sedado ante la presencia de Craig y su aroma.
El rubio acaricio levemente el brazo de Craig, sintiendo un calor insoportable y un deseo casi enloquecedor por que los afilados colmillos le perforaran la piel.
Craig se alejo rápidamente, sintiendo su nariz extasiada ante el aroma dulzón del rubio tan potente, pero Tweek se aferraba fuerte a su brazo.
El rubio lo miró aún en un desafío, pero Tucker no entendía que era lo que su amigo pedía con aquella mirada.
–L-Lo lamento... Perdí el control de nuevo –
Tweek jadeo alterado y se quedo inmóvil en el suelo.
Apretó los ojos cerrandolos con fuerza y poniendo sus manos sobre su cara, para luego dirigir sus dedos a rasguñar su cicatriz.
–Tweek... Lo siento yo... –
–A-Alejate— dijo aún afectado el rubio, sintió un tirón en sus piernas, jadeo nuevamente.
–Tweek... Por favor... N-No quise lastimarte lo siento... –
Ahí estaba.
Esa cara adorable diciéndole que no quería herirlo.
–No estoy herido... –Dijo mientras se recomponia, Tucker lo miraba preocupado.
Esa cara de cachorro bajo la lluvia, Craig lo abrazo con suavidad, Tweek por su parte respondió más efusivamente.
Era enfermo... Estaba olfateando al pelinegro con poco disimulo porque su aroma le encantaba , sonrió en silencio contra la piel de su cuello.
Sin pensarlo un momento más, mordió con fuerza el cuello de Craig que se quejo levemente, pero sonrió al oír la risa de Tweek.
–¿Estas marcandome?–
–Hmmm no lo se... ¿Lo hice Craig?–
Lamió con cuidado la pequeña herida que había infligido y sintió las manos de Craig en su cintura...
–Craig... Vamos a quedarnos aqui un rato... –
El pelinegro deseaba simplemente aceptar aquella oferta. Pero intento retroceder levemente.
–No... Esto no está bien... Tweek yo... No... –
Comenzó a susurrar con un tono cada vez más bajo.
El rubio paso sus manos con suavidad por los brazos del joven más alto, hasta llegar a su cuello y luego a su nuca, masajeando con las yemas de sus dedos aquella superficie y su cabello suave.
Craig sintió que se derretía ante el suave trato de su compañero, se aferro con más fuerza a su cuerpo y acercó su boca al cuello de Tweek, que lo alentó a acercarse más con ayuda de sus manos.
–Craig... – susurro mientras acariciaba su cabello azabache, Craig paso sus dientes con delicadeza sobre la piel de Tweek. Lamió con firmeza su cicatriz, haciendo jadear al rubio y sintiendo sus dedos apretando sus brazos.
Se separo levemente de él y se acercó a sus labios casi inmediatamente, los rozo con mimo y delicadeza, pero Tweek lo atrajo hacia él con salvajismo, tomando su rostro, devorando sus labios con ansiedad.
La dulzura en ellos era algo que había extrañado tanto...
Luego de un rato simplemente acaricio con dulzura las facciones del joven Tucker.
Se separaron con lentitud y de mala gana, deseando prolongar más aquel contacto, pero sentían ya algo de culpa en aquella acción.
–Tweek... Esto está muy mal...–
–Si... Lo esta... – dijo besando los labios de Craig nuevamente, el pelinegro aunque conflictuado, abrazo al rubio y correspondió a su afecto.
–Tweek por favor... –
–¿Que quieres que haga Craig? No puedo evitarlo... Joder me... Me sentí tan molesto cuando Red habló de ustedes... Yo... Joder...–
Volvia a besarlo de manera exigente.
–Eso es nuevo... No pensé que te molestara... Parecías tranquilo–
–No lo estoy, me esta matando la ansiedad, hace unas horas pensaba que estabas muerto, ahora estas aquí y me haces sentir de esta forma y no se exactamente que esta pasándome... –
El pelinegro acarició a su compañero de manera reconfortante mientras susurraba cercano a él.
–Tranquilo Tweek... Me alegra estar contigo ahora y yo en verdad... Me siento bien de estar contigo –
–Craig... Me gustas... En verdad... No puedo con esto... Te quiero, sabes que lo hago demasiado... Te extrañe demasiado – se aferro nuevamente a su rostro y lo acarició, dando pequeños besos a sus mejillas, el pelinegro solo sonrió bobamente y mordió sus labios con cuidado mientras Tweek reía en medio del beso.
–Sabes que yo a ti también Tweek... –
Craig suspiró y miro al rubio directamente a los ojos, aquel regocijo era algo que no había experimentado hacia mucho.
Pero mientras los cariñosos besos y mimos continuaban, el joven Tucker sentía una sensación de malestar haciéndose presente.
–Estoy enamorado de ti Craig... No se que me pasa... Solo... No quiero que te alejes otra vez... –
Las palabras comenzaban a inquietarlo...
–Tweek... Yo... –
Su parte más instintiva estaba feliz y disfrutando, pero su parte racional estaba siendo torturada por aquello...
Tweek era su alma gemela... El lo sabía y podía saberlo a cada dulce beso que el rubio le daba.
¿Que era lo que debía tener como prioridad? Su familia... Su manada... Su integridad como un líder intachable... Tweek.
Tweek.
Su nombre se repetía con insistencia en la mente de Craig.
Su rubio amigo obviamente no iba a ser aceptado por quienes le rodeaban... Le fallaría a su madre, a Red...
Al carajo con todo eso... Lo amaba, lo amaba con fuerza y no le importaba nada..
Pero pronto se dio cuenta de que una realidad muy triste le daría una bofetada en la cara.
El rubio se había portado sumiso y cariñoso hasta el punto de llegar a ser exigente.
Era caprichoso, siempre lo había sido... Pero esta actitud... Era nueva... Incluso había sido el él de la iniciativa.
¿Y si la causa de su supuesto amor era...?
Acaricio con suavidad el cuello del rubio y este rio... La marca... sabía que estaba sucediendo...
–Si no sabes lo que sientes... Puede... Puede ser la marca... Quizás... Es solo un instinto que despierta en ti mi presencia...–
Tweek sintió algo raro en su pecho, un extraño sentimiento de dolor y tristeza.
Decepción.
–Crees... ¿Crees que es solo por la estúpida marca que estoy así por ti? –
Se aparto violentamente de Craig. Incluso sintiéndose sumamente atraído por instinto. El pelinegro miró con cierta tristeza a su acompañante.
–Tweek... Es posible que solo sea algo hormonal, se de lo que hablo... Las cosas a veces son así y hay impulsos que no puedes... –
–Solo cállate maldita sea.. –
Las palabras cortaron como afiladas navajas debido al tono frío y amenazador.
–Tweek... Tienes que entender... A veces nos dejamos llevar y... –
–QUE TE CAYES LA PUTA BOCA MIERDA–
El grito violento hizo retroceder a Craig levemente de la impresión.
No sólo compartían aquella marca, esa actitud alfa estaba impregnada en Tweek, tenía tatuado a fuego ese papel de líder que no se dejaba intimidar, después de mucho tiempo Craig se sintió algo amenazado en su propia posición en aquella jerarquía de pareja, se molesto al instante.
–No me grites de esa forma. No es mi culpa que este diciéndote la verdad sobre lo que pienso y te portes así –
–Cállate ahora mismo maldita sea... NO ME DEJO LLEVAR, no soy un puto animal Craig–
–¡Te abalanzaste sobre mi Tweek! Y si dices que no eres un animal como yo... Entonces deja de comportarte como tal–
El rubio abrió los ojos sorprendido.
–No quise... –
–Es lo que querías decir ¿No? Que soy un animal y solo a mi me ocurre esto... Anda, dilo, era lo que querías decir–
Tweek miro con incomodidad a su amigo, pero se negó a disculparse, sintió lágrimas de rabia amenazando con salir de sus ojos.
–Bien, estoy harto, me largo de aquí– dijo el rubio comenzando a caminar dándole la espalda a Craig.
El moreno comenzó a pensar en que se sentía herido, aquella insinuación, aquella actitud caprichosa... No era amor, definitivamente no lo era.
Solo era la estúpida marca.
Pero el efecto desaparecería, tarde o temprano lo haría. No la había renovado jamás y viendo lo que sucedía... Jamás lo haría.
Sin desear ver a Tweek o a los otros, se adentro en el bosque, sintiendo una gran desolación... Pero no por lo vacío que estaba aquel espacio... Si no en su pecho.
Él estaba vacío.
Tan vacio...

-

–Tweek... ¿Estas bien? ... – hablo Porsche con una voz dulce, Tweek estaba en su habitación, había llegado y había despertado a su compañera de al lado, haciendo que esta fuera a verlo.
La pelinegra sabia que Tweek solo se encerraba de esa forma cuando algo andaba muy mal.
Se acercó con cautela al muchacho. Noto los rasguños en su cuello e inmediatamente lo abrazó contra sus pechos.
Tweek tembló ante el contacto y alzó su mirada con tristeza, su novia lo miró expectante y acarició su rostro con cuidado, noto sus ojos rojos, no sabía la causa pero en realidad no tenía que preguntarla, cualquiera que fuera, Tweek se lo diría con el tiempo y cuando estuviera listo...
–¿Tu alguna vez... Alguna vez pensaste que no te quería? Por... Por tener la marca, me refiero–
–No Tweek... Se cuales son tus sentimientos y se que aun con eso tu eres demasiado rebelde y terco como para solo dejarte llevar por instintos tan básicos...  Se que me quieres y yo te quiero a ti... –
–Siempre haz estado a mi lado... Soportando mi mal genio, mi ausencia y a veces hasta mi extraña forma de ser... ¿Por que lo haces? ¿De verdad significo tanto para ti? –
La muchacha sonrió ampliamente y beso sus labios con ternura.
Aquella inseguridad...
Algo había pasado y ella podía saberlo, pero se dedico a acariciar el cabello de su pareja mientras plantaba suaves besos en su boca y rozaban sus narices cariñosamente.
–Eres todo lo que tengo Tweek... Eres lo que más quiero y... No importa que pase... Te voy a amar siempre–
El rubio acarició con ansias a su acompañante y comenzo a besar sus hombros y su cuello, embriagado por aquella sensación de amor incondicional que siempre le brindaba su pareja.
Porsche lo dejo ser, hacia un tiempo que no era así de efusivo y le venía bien sentirse así.
Querida.

-

Actualizado
Jdkdjdkdkkdkdkkd
Chicos estaré actualizando y escribiendo así que tengan paciencia :3
Estoy planeando unos regalitos de navidad así que esperen por ellos ;3
Mientras, cuéntenme en los comentarios
¿Hace cuanto que leen mis historias?
¿Cuál ha sido su favorita?
Hasta pronto x3

AnubisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora