Capitulo 15

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Por la mañana sonó de nuevo aquella alarma, 8 am, era demasiado temprano.
Me levanté y me di un baño, solo había ropa del mismo color, hoy no me pondría aquella sudadera.

Recogí mi cabello en una trenza y salí de nuevo al comedor, la misma imagen del día anterior. Caminaba por la fila, cuando estaba buscando un lugar, divisé a aquel chico que había golpeado.

Sus ojos estaban sobre los míos, no le preste atención y me senté en una mesa sola, había pequeñas ventanas que dejaban ver al exterior. Todo estaba cubierto de nieve, estábamos en medio de las montañas rodeados de nieve.

Gracias, por lo de ayer, me salvaste de que me quitará mi cena- mire aquel muchacho.

–No tienes por qué agradecerme, solo es otro bravucón que quiere atención- dije y seguí comiendo.

Él soltó una risita y se sentó delante mío, no me molestaba pero tampoco quería compañía por el momento.

–Mi nombre es Demian, tengo 15 años, soy el más joven de aquí ¿Puedes creerlo?- dijo riendo.

–¿15 años?- pregunte incrédula.

–Si, nací aquí, mi madre murió poco después de dar a luz, no sé quién es mi padre- dijo un poco triste.

No dije nada más, era sorprendente que un chico como él, que nació aquí nunca supiera que el mundo afuera era una mierda.

–Señor Peter, por aquí- mire a quien llamaba y era un señor algo mayor, como de la edad de Silco.

Camino hacia nosotros y cuando me vio se sorprendió, se quedó parado y yo volví a lo mío.

–Te he dicho Demian que no debes molestar a los nuevos, no sabes si les agradaras o no- dijo y se sentó aún lado de Demian.

–A ella no le molesta nuestra presencia señor Peter- dijo riendo aquel chico.

–¿Cuál es tu nombre?- pregunto aquel señor.

–Rosean Evelia Ackerman Willous- dije sin más.

–Rosean, mucho gusto yo soy Peter y él es Demian- los mire y sonreí.

Tal vez estaba siendo muy antipática, tal vez aquí estaría mejor que afuera, aunque aún tenía una promesa que cumplir.

Sonó una alarma y todos empezaron a levantarse, sin prisa pero con orden.

–Vamos, podemos andar libres en el patio- dijo el señor Peter y nos levantamos de ahí.

Me guiaron hasta aquel patio, había una gran cúpula, árboles por dentro de este, de verdad dudaba que fuera una prisión.

Demian salió disparado con los demás y el señor Peter y yo nos sentamos frente a frente en una mesa de ajedrez.

–Cuentame Rosean ¿Por qué te han traído aquí?- dijo mientras acomodaba aquella mesa.

–Prefiero que me llame Evelia- suspire- Mi padre es Silco Adams, me envió a una misión donde falle y fui rescatada por unos positivos, no sabía realmente que pasaban ellos, así que poco a poco me convertí en uno de ellos, me enamoré de un chico, cuando llegaron los negativos, lo capturaron, con ayuda de otro teniente escapó pero regreso por mi, estuvo conmigo casi 8 meses, intente escapar con él pero me quedé para darles el tiempo y ahora estoy aquí- dije sin más detalles.

–Hija de Silco, ya veo, aunque evito tu muerte no pudo hacer más por ti, supongo- dijo un poco serio.

–¿Lo conoces?- pregunté un poco dudosa.

–Lamentablemente si, para mí desgracia es por él que estoy aquí, 20 años atrapado en este lugar, sin salida- dijo un poco serio.

Me sorprendió bastante, cada vez me daba más curiosidad de preguntar más cosas. Empezamos aquel juego, era muy bueno, ya que todos sus movimientos eran determinados y sin dudar.

–¿Por qué dudas Evelia? Eso no te ayuda, debes concentrarte por más difícil que sea, debes encontrar siempre como resolverlo- dijo y yo lo mire mal.

Por más que intentaba concentrarme no podía, hasta que me rendí, no podía.

–Tranquila, con el tiempo vas a dominar el poder de la concentración, bien jugado Evelia- dijo riendo.

–No tengo tiempo, debo salir de aquí- dije suspirando.

–Lo he intentado por años, no hay manera Evelia- dijo serio.

–Tiene que haber una manera, yo la voy a encontrar, tengo que cumplir una promesa- dije mirando el cielo nublado que se veía por la cúpula.

Toda aquella tarde habíamos pasado afuera, no era nada más que una rutina que se repetía todos los días. Hasta que uno de los guardias llegó por el señor Peter, este le dijo algo y se fueron ambos por dónde habíamos entrado.

Demian leía un libro y todos tenían algo que hacer, yo solo observaba con detenimiento cada mínimo lugar.

–Como todos buscando una salida, aquí no hay salida, solo la muerte te salva de este lugar- esa voz era de ese hombre.

–Detesto a las personas como tú- dije mirándolo.

–Me divertire mucho contigo entonces- se lanzó contra mi y logré esquivarlo.

¿Qué era lo que pretendía? Si era matarme estaba segura que no lo lograría.

–¿Qué pretendes idiota? Yo no pierdo el tiempo con estas cosas- dije y me di la vuelta.

Me estuvo en seco y se acercó hasta mi oído, lo suficientemente cercas como para susurrar algo.

–Jenie quiere tu cabeza y si ese es el precio para salir de aquí, se la dare- me empujó y yo caí.

Me incorpore pero el fue más rápido y empezó una serie de golpes, hasta que sentí que pararon.

No habían sido los guardias, había sido el señor Peter, él me había salvado de ese tipo.

–Si vuelves a tocarle un cabello a Evelia yo mismo te haré trizas Kim- el nombrado se fue ardiendo de coraje.

Demian se acercó a ver si estaba bien, solo tenía unos pequeños golpes y unas gotas de sangre.

Entre ellos dos me llevaron al área médica del altiplano, veía a los guardias por los pasillos y solo recordaba como es que yo solía usar ese mismo uniforme antes de estar aquí.

Me dejaron el resto del día ahí, esto no parecía tanto una cárcel, parecía un internado.

Yo solo sabía que aquí estaban los criminales más peligrosos y los desertores, pero todo era tranquilo.

Ahora solo necesitaba respuestas, estaba tan confundida.

¿Cómo podria yo detener esto?

...

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⏰ Última actualización: Feb 11 ⏰

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