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Por supuesto que pensó en que era una completa locura, cualquiera lo pensaría.

Ver cómo su amigo se preocupaba tantísimo por él hacía que sus sentimientos por el chico siguiesen floreciendo sin descanso alguno. Incluso llegó a pensar que se volvería loco, esa brillante sonrisa que cegaba a todos los que se cruzaran por su camino, era como una luz fluorescente.

Rezaba todas las noches por no ser un libro abierto y dejarse leer por la persona que... ¿amaba?

Era tan paciente consigo mismo. Aquella forma en la que esperaba para poder declararse era increíble, sí, habrán personas que jamás confesaron su amor pero eso no cambiaba sus pensamientos.

No sabía en qué momento dejó de escuchar al castaño para fijarse en sus esponjosos y rosados labios, como aquellos se movían rápidamente cuando él hablaba emocionado.

ㅡ ¡Vamos! ㅡ dijo Jisung.

Como sus comisuras se levantaban lentamente y su sonrisa no se desvanecía, Felix creía que lo hacía para que pudiera apreciarla con toda la atención posible.

Ahora se encontraba observando sus mejillas, después sus preciosos ojos oscuros que le miraban fijamente, una mirada dulce, añadida de confusión.

Y no fue hasta que habló y frunció levemente el ceño que se dio cuenta de lo embobado que se había quedado mirándolo.

Dios, esos labios, quería besarlos, ya.

Y rezaba a dios por no cometer ninguna idiotez en medio de todo el mundo.

ㅡ Felix, ¿me estás escuchando? ㅡ hizo un puchero.

Joder, cuando un puchero invadía su rostro ya sabía cuán jodido estaba.

freckles ➶ jilixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora