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"Tranquilo... Zim debió haberme seguido por los conductos hasta aquí" Se dijo con valentía, retrocediendo al escuchar el sonido de las gotas impactando a la mancha rojiza del piso. La valdosa pálida y monótona del piso se había manchado de rojo, cambiando por completo el ambiente del edificio. Su frágil cuerpo comenzó a temblar, y trató de retroceder progresivamente, como instinto para evadir el peligro que ya sentía cerca; más de lo que debía estar. Tan atento estaba que no se fijó en la persona tras él.

¿Qué es esa mancha? - El chico de guadaña dio un salto digno de felino asustado y comenzó a mover las manos para defenderse. La sangre se le heló por el tono de voz tan chirriante y alto empleado en la pregunta. - Ups...

¿Z-Zim? ¡Guarda silencio! Despertarás a todo mundo con esos gritos - Le reprendió en un susurro silencioso cuando ya se hubo calmado, pero volvió a tener un ataque de pánico cuando comprendió mejor todo. ¡Estaba charlando con Zim ahora mismo! Entonces, ¿Quién o qué estaba en los ductos?

Hey, hey, hey qué pasa contigo ahora - Zim preguntó con voz arisca al escuchar a Dib hiperventilar en el piso. Rodó los ojos con molestia y se agachó a sarandearlo con algo de fuerza. El sonido metálico de pisadas resonó por los pasillos vacíos del sanatorio y Zim se alertó por ello. Abofeteó a Dib antes de levantarse y correr por la dirección en que se fue el sonido.

¡¿Zim?! - Exclamó con voz insegura. Se levantó a tropezones y corrió hacia donde Zim se había ido antes, tratando de controlar su respiración y temor esta vez. Al cabo de un rato logró alcanzar al alien, y ambos continuaron siguiendo un objeto desconocido que corría sobre sus cabezas. Con sus extremidades arácnidas Zim se colgó del relieve de los tubos y en un momento dado en que logró adelantarse, perforó con fuerza el metal, haciendo un agujero algo grande y dejando caer al piso al objeto desconocido. Dib se detuvo al momento de ver a ese "algo" caer al piso.

Bueno, ya está. Lo encontramos. - Habló el alienígena sacudiendose las manos. Sonrió con orgullo al ver lo que había logrado. Dib se acercó con cautela a la "cosa".

Hey Zim... Esto se parece a tus patas de araña-robot... - Zim sacó una de sus patas robóticas y las comparo a las de la cosa (Que ahora parecía una araña robotizada con algo redondo en el centro de todas las patas). Efectivamente se parecían.

Sip. Se parecen. Bueno, misterio resuelto. ¿Puedo ir a disfrutar de esa cosa-cama ahora? - Dib sujetó la mano de Zim antes de que se marchara. El aparato mecánico volvía a estar en funcionamiento, y entre la oscuridad el azabache pudo observar un brillo en el centro del falso arácnido. Pasos se escucharon en los pasillos, y antes de que siquiera pudiera voltearse a ver las luces ya estaban encendidas.

¡Chico! Son las 12:30 y tu estas haciendo escándalo en el pasillo. ¿Qué pasa contigo? Estas castigado amiguito. - Decretó con tono duro, no dejando respuesta a ningún niño común. Pero claro, Dib Membrana no era un niño común.

¡Había algo en la tubería de ventilación! Lo seguí hasta aquí, mire, ahí est-... ¡Demonios! - Maldijo por lo bajo al ver que en ese lugar ya no había nada. Volteó a su derecha para buscar ayuda en Zim, pero el hace tiempo ya no estaba allí. Sudo frío antes de mirar hacia arriba; Zim se había metido a la tubería por el agujero que había hecho antes y ahora observaba la escena desde arriba, con una risita burlona en los labios.

Si, si, niño. Veo las pruebas. Ve a tu habitación. Estás castigado sin almuerzo por mañana. Deberás esperar a la cena, lástima. - La amargada mujer se marchó con sus sandalias viejas haciendo ruido en las baldosas blancas. Dib se preguntó si habría visto la sangre, mientras se dirigía a su habitación (con Zim caminando por las tuberías todo el tiempo). Suspiró antes de entrar a su pieza asignada, y tras cerrar la puerta Zim hizo otro agujero en el metal y se lanzó directo a la cama. Le sonrió a su amigo.

Hay que ser más cuidadosos a la próxima - Murmuró mientras bostezaba. Dib fruncio el ceño; nunca nada le salía bien.

Si, bueno... Zim, ¿Sabes qué era eso? Y ¿Por qué tenía sangre? Era un robot... - El alienígena ladeo la cabeza, pensativo. Finalmente asintió.

No pase mucho tiempo en mi tierra natal ni en otros planetas, pero eso no parecía terrestre en lo absoluto. Lo de la sangre era porque había una rata muerta clavada en una de las patas. - Dib se sorprendió por lo que Zim había podido observar en la oscuridad, sin duda tenía una visión sorprendente.

Bueno... ¿Entonces todo fue por nada? ¿me quedé sin almuerzo por algo estúpido? - Zim asintió antes de acomodarse más en la cama.

Sip. Perdimos tiempo y no entregamos el frasco... - Al oir esas palabras Dib se espanto de nuevo; Lo que le harían esos chicos si descubrían que había robado el frasco sagrado iba a ser mucho más terrible que sólo quitarle el almuerzo.

Esperame aquí Zim, ire a buscar el frasco... ¡Hazme espacio en la cama! No quiero tener que dormir en el piso... - Maldijo de nuevo, esa noche parecía ser la más larga de toda su condenada vida.

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Un capítulo cortito y algo aburrido</3
Pero buenas noticias! Tengo el final pensada, así que avanzaremos más rápido ahora wujuuu

I don't feel well, Zim  [Invader Zim - Zadr] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora