capítulo catorce.

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Mientras almorzaba veía como Logan conversaba con el jefe sobre la situación, él estaba obsesionado con lo de la licencia.
Colgó con una sonrisa y volvió hacia donde yo me encontraba.

- Qué dijo.–  ya me venía viendo cuál era la respuesta pero aún así tenía las esperanzas de que dijera que no.

- Dijo… Que es lo mejor y que te vas a tomar una semana de licencia, para que vayas al médico, descanses y hagas otras cosas.

- Logan, no quiero una licencia. – mi tono ya era de súplica.

- _______, es por tu bien. No quiero que nada malo te pase. – besó mi frente. – hazlo por mi.

- Ok, lo haré por ti. – resoplé resignada.

- Gracias. – sonrió. – bueno me tengo que ir Jason mandó un mensaje, es hora de interrogar a los Weasley. – besó cortamente mis labios. – Te veo luego, amor. – cerró la puerta.

- Ok. – suspiré. – Pero no va a salirse con la suya.

Terminé de almorzar, me cambié  con algo más sencillo y discreto y salí en un taxi. Tenía curiosidad por la tal Melody, además de que no me agradaba nada por lo de Logan, ella era extraña, siempre estaba ocupada hablando por su teléfono o nunca aparecía cuando teníamos que perseguir a Coleman.

La vi salir del edificio y subir en su auto rojo.

- Siga a ese auto. – le dije al taxista.

- Como ordene.

Melody condujo hasta una casa un poco alejada del centro y los grandes edificios. Parecía ser su casa, aproveché y saqué fotos con mi celular. Entró y luego salió vestida con otra ropa. Hacía calor, llevaba puesto una remera de tirantes roja y un short de jean. Al entrar a su auto vi en su pantorrilla derecha como una especie de tatuaje, parecido al de la chica de la foto.

- Un segundo… - Murmuré. - ¿Es ella?

Mi  celular comenzó a sonar.

- Hola.

- Amor, ¿Dónde estás?

- Estoy en el medico. – mentí.

- ok, voy yendo para ahí.

- Ok.

El auto arrancó y le ordené al conductor que la siguiera.
La pelirroja salió a una carretera y luego de unos minutos se perdió por un camino de tierra y unos arbustos.

- Discúlpeme  Señorita, pero ya no puedo entrar para ahí. – dijo el conductor deteniéndose.

- No, está bien… vuelva al hospital. – le dije.

- Como diga.

El chofer fue hasta el hospital y me dejó ahí. Le pagué y me quedé en la vereda a esperar a Logan.
Él apareció unos minutos después.

- ¿Y? qué dijo.
- Está todo bien. – mentí. – Sólo debo alimentarme bien… Es como te decía.

- Oh, entonces me quedo más tranquilo. – sonrió.

Juntos volvimos a casa e hicimos la lista de cosas que faltaban para redecorar la casa.

***

Salí de ducharme y traté de contener las náuseas que no habían cesado desde hacía un par de días. Trataba de contenerme porque no quería que Logan me mandara otra vez al médico, quería seguir en el caso investigando a Coleman y a Melody. Pero este día era el más especial de todos… Por fin era el día de mi casamiento.

Logan y James estaban en la  habitación de huéspedes arreglándose y Rossi y yo estábamos en mi habitación vistiéndonos.

- Aún no puedo creer lo bien que les quedó la casa. – Rossi  me entregó el vestido que había elegido. – La decoraron fantástica.

- Gracias. – dije colocando una toalla en mi cabello. – Aún le faltan cosas, pero por lo menos la pintamos y le pusimos cortinas nuevas a los ventanales de la sala.

- Pero te digo que aun así, esta genial. – pausó. - _____, te veo distinta… - dijo Rossi haciendo una mueca.

- ¿Cómo que distinta? – pregunté sin entender.

- Si, es como si… fueses otra _____.

- Oh pues, no cambie en nada.

- No, no me refiero a eso… es otra cosa.

- Pienso que es porque cuando nos conocimos yo era una adolescente gruñona y ahora estoy a punto de casarme. – reí colocándome los tacones.
- Si, debe ser eso. – rió. – Ahora ven así te peino.

Después de media hora terminé de cambiarme, peinarme y maquillarme. Mi vestido blanco era hasta las rodillas, ajustado, con tacones de color nude. Rossi me había hecho un semi recogido con unas cuanta ondas y lo decoró con invisibles que tenían apliques de flores blancas.

- Estas hermosa ____. – Rossi tenía  los ojos cristalizados.
- Gracias. – me acerqué a abrazarla. – Creo que es hora de bajar.

-Vamos.

Bajé las escaleras un tanto nerviosa… Logan y James estaban de espaldas conversando, los dos con unos trajes muy elegantes. James tenía a Dylan que estaba vestido con un pequeño smoking, que  parecía una ternurita. Al sentir los pasos por las escaleras, Logan dio media vuelta y a simple vista parecía estar petrificado.

Y por otro lado yo sentí lo que uno ve en las películas. No puedes creer cuando ves a tu esposo el día de tu casamiento, emocionandose por verte de blanco y saber que se han elegido para hacer una vida juntos.

Mis piernas comenzaron a temblar.

AMOR ENCUBIERTO 2 (Logan Henderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora