❛23❜

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Día viernes. El día previo a la guachafita que se iba a prender en la casa de Jinnie flower.

Yo estaba echado en mi cama instalado viendo una de mis películas favoritas, Busqueda Implacable, cuando de pronto viene Holly y se monta de un brinco forzado. Tampoco era tan alto y la cama no estaba tan fácil de saltar, pero con la práctica el lacrita había aprendido a montarse de una para lograr su cometido de que le prestara atención.

El canino comenzó a ladrar cagao cuando el teléfono vibró al lado suyo, me reí y agarré el aparato ignorando su arrechera cuando dejé de hacerle cariños en la barriga.

—Háblalo, pajúo.

—Voy llegando pa tu casa, ábreme ahí.

No pude evitar soltar la carcajada en respuesta a rolo e chinazo.

—Aaay chamo, tú sabes que tienes que coordinar con otro para esa tarea, conmigo guachaste, guevón.

—Sí eres gafo, vale, sal.

Me paré con toda la flojera del mundo y me tardé todo lo justo y necesario para que Hoseok llevara la suficiente cantidad de sol y pagara por interrumpir mi viernes de vagancia.

—Naguará, no, te fueras tardado un año más, no hay peo...—se quejó sarcásticamente y le fui a cerrar la puerta de nuevo en la cara, pero puso cara de sorpresa e indignación que solo me dio ganas de reír.

—Pasa, mongólico.

Le terminé de abrir la puerta y entró detrás de mí. En la casa solamente estaba mi hermano, pero estaba dormido y ese es una piedra cuando duerme, hasta creo que me supera, ocurre un apocalipsis, se cae la casa y el bicho seguirá rendio hasta el fin de los tiempos. Rela.

— ¿Qué me guardaste?

—Flojera, hambre, insultos, coñazos... ¿cuál se te apetece primero?

—No vale, de serio, no he comido y me mata el hambre. Debe de haber algo guardado aquí—aseguró y se dirigió al horno de la cocina—. Siempre hay...

Sacó la olla en la que había quedado la pasta a la boloñesa y el plato donde había tajadas.

—Kike no, yo sabía...—comentó por lo bajo.

—Me dejas tajadas, cabrón—amenacé antes de ir a buscar mi teléfono de la mesita de la sala.

Cuando regresé Hoseok iba ya por la mitad del plato que se había servido. Me senté enfrente de él en las sillas altas del mesón.

—En la nevera hay refresco.

Levantó la cabeza lentamente y con drama, para verme con los ojos entrecerrados, deseándome la muerte como si le hubiera hecho el peor mal existente.

—Si quieres no me dices, ya pa qué—gritó arrecho.

Pero aún así se levantó y fue a la nevera para servirse un vaso de coca-cola, quién se resistiría a ese matalento tan adictivo. Esperé a que terminara de comer para pedirle razones de su presencia aquí, yo pensaba pasar todo el día acostado haciendo nada y él viene a cagarme los planes.

—Ajá y entonces, ¿pa qué viniste a mi casa, más o menos?

— ¿No puedo venirte a visitar solamente porque sí? Eres mi pana, para eso estamos.

—Hoseok, tú eres marico pero tampoco llegas a aquellos límites. Habla claro es lo que.

—Vine porque estaba aburrido, ya. Con eso pasamos la tarde y matamos el tiempo...

—Verga pana, qué ladilla eres...—reproché con cansancio. Uno está lo suficientemente ladillado para cargar con la ladilla de los demás.

—Ah, y con eso también hablamos de lo de mañana. ¿Nos vas a presentar oficialmente a Taehyung?

—Qué es, no seas marico.

—Digo, toda la universidad espera que lo hagas, esos rumores de que te lo estás—hizo la seña de tirar levantando el meñique y el pulgar— llegaron hasta a los oídos de la señora que limpia.

—Coño, vale ¿por qué la gente es tan salía en esa vaina?

— ¿Eso es una afirmación?

—Eso es un no es peo tuyo.

En cuanto lo dije, inhaló sonoramente como sorpresa y me vio con cara de shock, poniéndose una mano en el pecho y abriendo los ojos a más no poder. Y durante el resto de ese día estuve en boca de todos, hasta escribían indirectas de la situación en sus estados de Facebook y todo, nunca deja de sorprenderme lo sin oficio que son todos esos mamaguevos salíos.

  
súuuuper relleno pero es porque más adelante sí se viene lo chido

Lacra meets Pajúo ↠ yoontae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora